3L F1N4L D3 UN 4M0R N0 C0RR3SP0ND1D0

Capítulo 4

Capítulo 4

─ Absorbe el aire del bosque. Estarás de buen humor.

Finalmente, Lenny no pudo soportarlo y se echó a reír, y luego volvió a abrir la ventana.

Tan pronto como abrí la ventana, el aire de un bosque fresco y claro llenó el carruaje. Parpadeé y respiré pesadamente.

Incluso si Lenny no lo dijo, estaba lo suficientemente claro como para saber por dónde pasaba el carruaje.

─ El Gran Bosque Imperial... ha pasado mucho tiempo.

El Gran Bosque Imperial era un denso borde de coníferas que se formó alrededor del palacio y tenía más de 100 años. Era un lugar donde a menudo pasaba el rato cada vez que lastimaban mi corazón en el Palacio Imperial.

Y... fue el primer lugar donde conocí a Rubellus.

Todavía recuerdo el momento en que vi al emperador por primera vez hace 12 años.

Creo que fue la misma temporada que ahora. Alrededor de la época del verano y que pronto iba a ser otoño.

Mi padre, que me amaba tanto, me llevó al palacio imperial porque había querido que todos admiraran a su hija que acababa de empezar a hablar.

Y de mi parte monopolicé la ternura de la familia imperial de una vez. Especialmente yo le agradaba mucho a la Emperatriz.

La emperatriz, que tenía un solo hijo, declaró que pasaría tiempo conmigo personalmente porque amaba a Ira Wildenviston.

Me colocaron en los brazos de la Emperatriz y caminaba por el interior de la casa imperial por donde podían entrar solo los nobles, y luego...

De alguna manera me perdí.

Y él me salvó del medio de este gran bosque imperial.

¿Estás perdida?

El príncipe Rubellus que tenía una espada me habló y me consoló dulcemente. Esa vez yo tenía cuatro años y él tenía ocho, caminamos por este Gran Bosque cogidos de la mano uno al lado del otro.

Está bien, no te preocupes es muy fácil perderse por aquí. Es un bosque voluminoso, por lo que no se abre para los extraños.

Y.... accidentalmente descubrí el secreto del príncipe heredero allí.

¿Es porque aún era muy joven? Me pareció que el Príncipe Heredero no tenía ningún escolta que lo vigilara. Todavía lo recuerdo. Se acercó a mí, parpadeando y dijo:

No deberías decirle a nadie lo que viste hoy. Originalmente, todos los que saben de este secreto mueren en silencio, pero lo dejaré pasar porque se trata de ti.

.....

Me quedé quieta. En realidad, no sabía de lo que estaba hablando. Rubellus me miró a los ojos.

Escucha atentamente.

Continuó sus palabras.

Es un secreto que solo tú conoces, así que debes ser mi prometida.

Con una sonrisa tan grande, me tocó la nariz con suavidad.

Oh, a partir de ese momento ya era la prometida de Rubellus. Soporté 12 años en ese palacio imperial esperando que los cálidos y dulces ojos me volvieran a mirar.

─ ...espera un momento.

Recordando el suceso cálido de la primera reunión, de repente me levanté.

Ahora que lo pienso, en primer lugar fue él quien pidió que fuera su prometida y que nos casáramos, ¿no es así? ¿Y porque en esos años me miraba con desprecio?