Promesa de papel

24. Trofeo (parte 2)

El camino al lugar del evento fue silencioso. Todo el equipo de seguridad nos seguía en la camioneta de atrás mientras el chofer, Derek y yo hacíamos un concurso de silencio, hasta ese momento íbamos empatados.

-          Abigail.

-          ¿Sí? 

-          No estás usando collar.

Lancé mi mano a mi cuello vacío, estaba usando aretes, lo confirmé cuando busqué las piezas en mis orejas, también estaba usando un brillante brazalete de plata. Los accesorios que estaba utilizando Johnny los había encontrado entre mi equipaje, eran de las pocas cosas que permanecían conmigo.

-          Si, olvidamos comprar eso –levanté mis hombros-. Fue un día largo, Johnny tuvo muchas cosas que hacer.

Derek no dijo nada más. Nos tomó solo unos minutos llegar al destino, era un salón bastante lujoso. Cuando bajamos, había al menos dos docenas de autos extremadamente caros en el estacionamiento, todos tenían un chofer esperando pacientemente. Caminé unos pasos y miré de forma instintiva mi mano, ese día sería el primer evento en el que actuaría mi farsa con Derek de forma pública, también sería el primer día en el que daría la cara frente a la comunidad de España después del video sexual que arrasó con mi vida.

Mi estómago se revolvió al instante y me di cuenta que no había meditado lo suficiente mi asistencia. Había estado tan emocionada por la llegada de Johnny y nuestro día de compras con una tarjeta millonaria que olvidé por completo lo que estaba por suceder. Di media vuelta y antes de ser capaz de dar un segundo paso en la dirección opuesta, un brazo chocó con mi estómago, deteniendo mi paso.

-          ¿Olvidaste algo? –era Derek, con sus cejas moviéndose de forma uniforme en el centro de su frente.

-          Creo que esto no es una buena idea.

-          ¿De qué mierda estás hablando, Abigail?

-          Hace apenas semanas todas esas personas vieron un video sexual mío –señalé al interior del lugar-, no estoy lista para esto. Sí, mi vida se fue directo a la mierda y me vi obligada a salvarme de cualquier forma para no perder todo, pero no estoy lista para entrar ahí y ser mirada con... cualquier emoción que no sea neutral.

-          Yo también aparecía en ese video –él se acercó a mi lo suficiente como para que su nariz pegara con mi sien y bajó el volumen de su voz hasta que se convirtió en algo inaudible para cualquier persona que estuviera a más de un metro de distancia-. Es extraño, actúas como si casarte conmigo fuera solo para salvar tu culo, pero, pareces feliz conmigo. No puedes quejarte por este matrimonio cuando gritas tan fuerte cuando te cojo que seguramente tu madre al escucharte rezaría por tu alma de rodillas.

Mi nuca se heló y sentí la vergüenza correr por mi cuerpo mientras ideaba, de una forma casi acelerada, una salida de esa situación.

-          No eres el primero ni serás el último hombre con el que hago cosas que pondrían a mi madre en esa situación. ¿Qué quieres que diga? Me gusta y tú estás disponible para mí. Tengo el hombre más deseado de España en mi cama, solo hago lo que cualquiera con un poco de cerebro y una vagina haría, no significa nada.

La reacción de Derek tomó unos segundos en aparecer, pero fue todo lo contrario a lo que hubiera esperado, su risa me tomó por sorpresa cuando acabó con la tranquilidad que se respiraba unos minutos atrás.

-          No es cierto –negó lentamente con la cabeza, mientras un lado de su labio se elevaba lo suficiente para convertirse en un gesto fanfarrón. Él estaba seguro de sus habilidades y era imposible que un mal comentario de mi parte lo hiciera dudar.