Abigail
Dos mujeres estaban peleando en televisión por un jarrón. La tensión en mi departamento había aumentado en las últimas horas y, como forma de sobrellevar todo, mi hermana y yo nos habíamos colocado un pijama cómodo para ver un reality show de varias mujeres ricas y sus problemas triviales. Pero, en todo lo que yo podía pensar era en el desastre que se estaba ocasionando fuera de mi departamento.
Johnny había tomado mi celular para hablar con el señor Hernández, reorganizar mis compromisos de ese día y alejarme de la posibilidad de revisar en redes sociales lo que sucedía. Podía usar mi lap top para entrar a internet y ver las notas de Derek y la otra mujer, pero, estaba claro que la presencia de mi hermana junto a mí también había sido organizada por Johnny para vigilarme.
- ¿Quieres comer algo? –Raquel me habló y dirigí mi atención a su cara, me estaba mirando con detenimiento.
Sacudí la cabeza de derecha a izquierda. Comer no estaba en mi lista de prioridades, no tenía hambre y estaba segura que vomitaría cualquier alimento que consumiera.
- Deberías comer algo –la voz de Johnny retumbó en la habitación y dirigí mi vista a la puerta que ahora se encontraba abierta, con él recargado en el marco.
- Joder Johnny, me asustaste. No me di cuenta que entraste.
- ¿Cómo te sientes? –él caminó hasta sentarse en la orilla de mi cama.
Decir que me sentía mal, molesta y con deseos de asesinar a la estrella española de la fórmula 1 resultaba obvio. Pero, no se me ocurría otra respuesta. Estaba por responder cuando Raquel hizo un ruido similar al de un sollozo y ambos dirigimos nuestra atención a ella.
- Perdón –se dio cuenta de nuestra mirada, abrió mucho sus ojos y cepilló su cabello claro con sus dedos-. Estaba leyendo una nota...
- ¿De qué? –casi lo exclamé, ¿estaba leyendo algo sobre mí? ¿Eso fue lo que la puso triste?
- Una mujer perdió a su hijo pequeño en un accidente automovilístico, ella es enfermera y ni siquiera pudo salvarlo. El pequeño murió en los brazos de su esposo.
No supe cómo, pero pasé de escucharla a echarme a llorar, del tipo de llanto que te deja sin aire, que te sofoca y te causa desesperación. Quizá era porque yo estaba embarazada y la idea de perder un hijo había cobrado otro sentido para mí. mientras lloraba, mi mente pareció conectar esa situación con Derek y el dolor que estaba sintiendo y luchaba por ocultar. Joder, él estaba con alguien más. Pensarlo solo me hizo llorar con más fuerza y ser envuelta en los brazos de mi hermana.
- Creo que estás estresada y cansada. Deberías dormir –Johnny señaló mientras me miraba con lástima.
Giré a ver a mi hermana, ella estaba asintiendo.
- ¿Solo porque lloré gracias a mis puñeteras hormonas? Eso no es un diagnóstico de cansancio, Johnny. Lo que necesito es mi celular y la verdad. ¿Qué mierda está pasando?
- Nada que no podamos solucionar –él intercambió una mirada con Raquel y ambos movieron levemente la cabeza.
- ¿Hay algo que no me están diciendo? Además del claro hecho de que estoy nuevamente metida en un escándalo, embarazada y sola porque Derek está saliendo con alguien y ni siquiera sabe de... -me detuve cuando me di cuenta que mi voz había alcanzado el volumen de un grito.
- Abigail, vamos a solucionar esto. Hablaré con Héctor, su celular está apagado, pero, apenas responda sabremos qué hacer.
- Ese hombre me odia –bufé.
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Promesa de papel
Romansa¿Cómo mierda Abigail Lorente, la abogada más brillante del Bufete, experta en divorcios, termina casada casi por accidente con uno de sus clientes? Peor aún, ¿Cómo logra un gilipolla, adinerado y tres veces divorciado, que me case con él? La respue...