45. Abandono

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Abigail

- Para mí, tu palabra siempre será definitiva. Pero, necesito preguntarlo otra vez para estar seguro. ¿Quieres hacer esto?

Asentí. Ya no había vuelta atrás, ya había hablado con Derek y sabía que, no había lugar para el arrepentimiento en mi decisión. Había dado el paso más grande, el que daba más miedo, dar media vuelta y volver al inicio sería absurdo. Debía recordar la razón por la que estaba haciendo todo y, aunque apenas sabía de su existencia hacía un par de semanas, era suficiente para hacer que me moviera.

Es extraño, pero el dolor me hundió y, recapitular las siguientes horas a partir de ese momento, se volvió difícil. Johnny se encargó de todo lo que no requería de mi presencia, incluso hablar con Héctor para agendar nuestros vuelos de regreso a Madrid. No me pareció extraño que el representante de Derek no quisiera hablar conmigo de frente y prefiriera hacerlo por medio de mi asistente, pero no insistí, yo tampoco quería verlo.

- Todo en orden. Tenemos equipaje que guardar y un vuelo que tomar. Héctor dijo que se te haría el pago de tu parte del trato en una semana –Johnny estaba cepillando su cabello con sus dedos, seguramente la reunión fue más estresante de lo que él admitiría.

- Te dije que no...

- Si, se lo dije a Héctor –me interrumpió-. Pero, le importó un carajo. Dijo que el contrato era claro y no quiere problemas legales contigo.

Respiré profundamente, no era la primera vez que lidiaba con hombres como Héctor. Claro estaba que debía ser yo quien lo hablara de frente con él. No recuerdo que le dije a Johnny, pero recuerdo caminar con grandes zancadas desde la habitación hasta la sala de estar del penthouse, donde Héctor se encontraba. Sentía la mente nublada y tenía náuseas que amenazaban con hacerme vomitar.

- ¿Te puedo ayudar en algo? –ni siquiera me miró

Él nunca había sido mi mayor admirador, pero parecía ser que ahora ni siquiera se molestaba en disimular su desagrado hacia mí.

- He decidido no tomar el dinero. No lo quiero, esto ya no se trataba del dinero.

- Si no se tratara del dinero, no te estarías marchando a mitad de temporada, justo en el momento en el que tu contrato expira.

- No lo entenderías.

- No soy el único. Derek decidió irse y dejarme en su lugar para supervisar tu salida porque él tampoco te entiende. No quiere verte y no lo culpo. Haznos un favor a todos y arma tus maletas rápido, en una semana tendrás tu dinero.

- No lo quiero.

- No está a discusión.

Verdaderamente no lo estaba en ese momento. Tampoco mi cuerpo estaba en la disposición de luchar por esa causa, mis náuseas solo aumentaban a cada segundo. Apenas llegara a Madrid resolvería todo.

- Cuando esté en Madrid te haré llegar el documento para rechazar de forma oficial el dinero del acuerdo. De momento, creo que no hay nada más que arreglar contigo.

- ¿Por qué harías eso? Todos sabemos de dónde vienes, Abigail –se quitó los lentes y talló sus ojos-. No es necesario que pretendas actuar como una mujer digna que no necesita varios miles de euros. El dinero te arreglará tu vida, es la razón por la que hiciste esto en primer lugar.

- A diferencia de ti, yo si tengo un trabajo que no incluye besar el culo de Derek todos los días. Un día vas a despertar y te darás cuenta que después de todos estos años nunca has logrado ser Derek, solo vives a su sombra, ordenando su vida y arreglando su mierda. Quizá en este punto necesite el dinero de Derek, pero no lo quiero. Ya comencé desde cero antes y sobreviví, cuando estás acostumbrada a la lucha, una batalla más no significa nada.

Promesa de papelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora