Capítulo 2

592 55 14
                                    

Missa: 

Me encontraba tirado en la cama, eran las 2 de la mañana y no había podido dormir en todo lo que iba de la noche, estaba dando vueltas en la cama pero simplemente me resigné ante mi insomnio y tomé mi celular. 

Vi algunos memes, reí con otros vídeos y luego, sin saber porqué, terminé en el chat de mi chileno favorito. Lo vi en línea. ¿Qué hacía despierto a las 4 de la mañana? Esa, según yo, sería la hora que tendría en chile. 

Missa: psss... pili, ¿qué haces despierto a esas horas? ¿con quién andas hablando tigre? 7u7

Phillip: Hey, hey, Misoki. Yo me inspiré y estoy haciendo ilustraciones, ya sabes, comisiones. La pregunta es, ¿qué haces tú despierto a las 4 de la mañana?  

Missa: ... insomnio, no hay más respuesta.

Phillip: ¿No estás hablando con una de tus chiquitas? jksjsksj 

Missa: JAJAJA, ojalá. 

Phillip: Mientes, mientes. ¿Me andas engañando, Misoki? 

Missa: Sabes que jamás te engañaría bebé

Me reí de la conversación que estábamos teniendo, siempre terminábamos llamándonos con apodos cariñosos y haciéndonos escenas de celos que terminaban en carcajadas por parte de ambos. Lo gracioso es que nada en esa conversación era mentira, me había metido al celular para terminar conversando precisamente con él, no con alguna chica. Lo que en realidad, era algo triste. 

Nah, en realidad no era tan triste si la conversación era con él. 

Además, obviamente no hablaría con nadie más. Yo tengo a Mafer, mi novia de toda la vida. Él lo sabe, pero nos decimos ese tipo de cosas por molestarnos. 

Phillip: Oye wn, ¿te puedo llamar? estoy aburrido. 

Su mensaje me hizo sentarme, me acomodé en la cama e increíblemente me puse nervioso, no sabía porque, siempre estábamos en llamada y nunca me había puesto así. Sentí que me sudaron las manos, me las tuve que secar en las sábanas antes de poder contestarle. 

Missa: Obvio wey 

Sentí que quería responder más, pero con eso era suficiente. Cuando apareció su "visto", me puse mucho más nervioso y terminé por saltar al escuchar la música de llamada y la vibración. Contesté y enseguida oí su: 

— ¿Aló? —con su acento tan chileno. Sonreí por inercia— Hola Misoki. 

— Pili —mi sonrisa podía notarse incluso en mi voz. 

— Gracias por acompañarme mientras termino la ilustración, quizá podrías darme tu opinión de lo que te parece —de fondo escuchaba sus clicks y como pasaba el lápiz por la tableta. 

— Claro wey... siempre es un gusto acompañarte, Pili. —dije muy sincero, quizá demasiado. Me puse de pie, quitándome las sábanas de encima—. Ahora tu me acompañarás a buscar algo que comer y calentar leche para ver si puedo dormir. 

— Ay weón, calentar leche, si quieres yo puedo calentártela —no veía su cara, pero podía percibir su sonrisa y como se aguantaba las carcajadas. 

— Ayyy weeeey, Pili, no digas esas cosas —agudicé la voz al decir eso. También me reí, sentí que mis mejillas se ponían ligeramente rojas— después por eso los fans nos hacen fanarts y esos fanfics en wattpad que nos escriben dándonos besos y... y... culeando. 

Ambos nos reímos. 

— ¿Alguna vez leíste una de esas historias? —preguntó Phillip casualmente, se notaba que su concentración seguía en el dibujo, escuchaba los clicks.

— No no, NO —dije alzando la voz, carcajee luego de eso. Puse a andar el microondas— No puedo, creo que moriría de cringe o vergüenza ¡o ambos! Más aún leyéndolo solo, me vería como un pervertido. 

— ¿Sabes qué deberíamos hacer? —no respondí, pero asentí para que siguiera aunque no pudiera verme— Cuando vaya a México, leeremos fanfic Mr. Phissa... y veremos fanarts. 

— Oh no, no mames —respondí con risa en mi voz— No sé si estoy preparado para eso Phillip, pero creo que sería un muy buen vídeo. 

— Siii wn, estoy seguro que tendrá muchas vistas y será graciosísimo. Yapo, dime que sí, dime que siiii —sonaba como ese niño que le pide un caramelo a su madre, un niño muy mimado.

— Mmmm... está bien, está bien... pero solo bajo una condición —respondí sonriendo, él se quedó callado esperando que le dijera mi pedido— Te la pediré cuando lo necesite. 

Él protestó levemente, pero finalmente aceptó. 

— No voy a entregarte el poto eso sí, solo eso —después de tiempo hablando con él, ya me sabía sus modismos chilenos y sabía lo que eso significaba. Hice sonido como de pensativo, como si estuviera planteándome la idea— ¡Ni te la pienses Misael!

— Uy, uy... me dijiste Misael —dije con un tono de pena haciendo un drama. Ya subía a mi cuarto para volver a acostarme— No me digas así wey, tu dime mi amor. 

— Que joto weón.  

Reímos a carcajadas. La conversación continuó hablando de cada pendejada, mientras yo bajaba a la cocina para hacerme un sándwich y leche tibia. Aún en medio de la conversación comenzó a darme mucho sueño, pero no quería dejar mi conversación con él. 

— Missa, te escuchas muy muerto de sueño, anda a dormir... yaya, partiste —dijo él tratando de sonar autoritario. 

— Noooo —respondí como si fuera un niño haciendo pataleta— Yo quiero hablar contigo. 

Se quedó en silencio unos momentos; — Mañana podemos seguir hablando Missa, duermete. Buenas noches. 

— Mhmmm —me quejé suavemente, pero él tenía razón, yo tenía demasiado sueño— Está bien, buenas noches bebé. Te quiero. 

— También te quiero... 

Y colgó la llamada. Yo estaba tan cómodo que solo apagué mi mente y me dormí. 

Quédate un momento más y ya | Mr. PhissaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora