Missa:
Al terminar de grabar, Phillip y yo nos miramos para luego largarnos a reír.
— Wey, fue súper intenso, no creí que sería así —dije mientras me levantaba para estirarme de tanto estar sentado—. Estoy seguro de que a la gente le va a encantar, fue un sacrificio necesario —apunté al chileno con mi dedo índice—. Me debes un gran favor, Phillip.
Él se rio mientras asentía. — Te daré lo que quieras, mi amor.
— No mames Phillip, no sigas con tus joterías que han sido demasiadas por hoy —comencé a guardar las luces—. ¿Quieres ir a comer algo rico afuera? No quiero cocinar hoy.
Lo vi emocionarse mucho con la idea, por supuesto que él quería salir a comer. Fui a ver que estaba haciendo Amber, toqué su puerta para no interrumpirla y ella gritó desde dentro que entrara.
— Missa, ¿Qué pasó? —dijo dejando de lado lo que estaba haciendo en el computador.
— Queremos ir a cenar afuera con Phillip, ¿vienes?
— Ay, chuta... planeaba hacer stream ahora —hizo gesto de desilusión mientras apuntaba al PC—, vayan ustedes, yo me pediré algo para comer.
Asentí y volví abajo. Phillip ya había dejado todo ordenado, inclusive un poco más de como estaba al principio. Tomé las llaves del auto, la billetera y el celular, listo para llevar a mi amigo a algún lado que me gustase mucho para comer rico. Phillip también agarró sus cosas y se acercó a mi muy sonriente. Se veía muy guapo sonriendo.
Me regañé por pensar eso de Phillip. Pero a la vez también me preguntaba si estaba mal pensar que mi amigo era guapo. Cada vez sentía más confusión.
— ¿A dónde vamos?
Solo le sonreí. Salimos de la casa y subimos a mi auto, nos pusimos los cinturones y Phillip comenzó a jugar con la radio, conectando su celular y poniendo mi música. Iba cantando a todo pulmón muy contento.
— Wey, dijiste que ya había visto algunas cositas sobre nuestro shipp antes —dije sin dejar de mirar el camino. Mi amigo soltó una risa.
— Veo siempre los dibujos que me hacen, por ahí entre medio vi hartos dibujos de los dos —admitió sin problema—, también leí algo en wattpad antes, pero no pude seguir.
— ¡¿En serio?! —me reí—. Yo no podría leer algo así, pero fue bastante divertido leerlo contigo.
— ¿Ah sí? ¿Aunque sea de nosotros haciendo cochinadas? —lo dudé. Él al ver mi gesto, carcajeó con fuerza. Sí había sido entretenido, pero no había podido evitar sentirme avergonzado antes las cosas que se contaban—. A mi me gustó, podríamos grabar otro.
— Ya sabes, si quieres otro, te cobraré un favor —él asintió—. ¿Y qué fue lo que leíste?
No se esperó mi pregunta, pensó bastante lo que iba a decir. Me paré en un semáforo y lo miré con curiosidad, con una sonrisa burlona.
— Era romántico, una historia bastante cliché de dos mejores amigos enamorándose —comenzó a decir, tratando de recordar lo que pasaba—. Tú ibas a Chile a verme... a confesarme tu amor —se tapó la boca antes de reírse al ver la cara que yo ponía—. Y después te cogía yo a ti.
— ¡WEY, NO! —él no podía dejar de reírse. Se agarraba el estómago de la pura risa—. Pendejo, no era necesario decir eso.
— Es que quedé picao', me ven como el pasivo —se cruzó de brazos haciendo un nada maduro puchero.
— La neta es que yo soy muy hombre —dije haciendo gestos de músculos con los brazos. Él me miró escéptico.
Dejamos ahí el tema, pero se veía que Phillip seguía dándole vueltas al asunto. Aprovechaba cualquier momento para hacer alguna broma sobre ese y hacerse el ofendido. Yo lo molestaba, me quejaba y le pedía que superara el tema. En medio de esas conversaciones, llegamos al restaurant italiano que me gustaba mucho, servían la mejor pizza italiana del mundo, por lo que necesitaba que Phillip la probara y le gustara tanto como a mí.
— Oyeee, pero qué lugar tan lujoso po' —decía él mirando todo el lugar muy emocionado.
— Sipo, si es nuestra primera cita.
Phillip se rio, pero pude notar como sus mejillas se ponían coloradas. Trató de evitar mi mirada. No supe porque, pero sonreí, me hizo feliz aquella reacción.
Pedí una mesa para dos y nos sentamos en la que el garzón nos dio, estábamos cerca de la ventana y se podía ver una linda vista desde allí. Mi compañero parecía realmente entusiasmado, miraba a todos lados como si fuese un niño.
— Todo se ve demasiado bueno weón —dijo mirando el menú con mucha atención—. Elige tú, todo se ve rico.
— Mira, esa es exquisita. Mi favorita —le apunté a una pizza con pesto y levemente picante. A mi me encanta—, pica un poco, pero puede que te guste.
— Yapo, esa misma me pido entonces.
Cuando llegó el garzón que nos iba a atender le pedí la comida que deseaba, pero noté como le prestaba atención excesiva a mi amigo. Parecía ser muy amable con él y sonreírle de forma dulce. ¿Le estaba coqueteando?
— Que linda pareja hacen ustedes —al parecer el hombre no sabía quienes éramos, porque cualquiera que nos siguiese sabía que no éramos pareja. Su comentario pareció tomar desprevenido a mi amigo y a mí aún más, porque no supe que responder en aquel momento.
— No... No somos pareja —titubeó un poco nervioso Phillip. Luego le sonrió al mesero de forma tímida.
Phillip no parecía darse cuenta de que el chico estaba preguntado esas cosas porque le estaba coqueteando, ya que estaba muy centrado viendo la bebida que quería. Yo sí podía notar sus intenciones, no me agradaban para nada. Sabía que estaba poniendo caras y no me importaba.
— ¿Cuál me pido? Recomiéndame una —le pidió Phillip al garzón con una linda sonrisa, quién inmediatamente comenzó a ofrecerle buenos bebestibles, incluso dándole la posibilidad de hacerle algunas modificaciones—. Dame la limonada con frambuesas, por favor.
— Claro, lindo —y diciendo eso, se fue. No sabía porque, pero estaba molestándome muchísimo la presencia del garzón. No quería que volviera a acercarse a nosotros o que le dirigiera la palabra a Phillip.
— Que mesero tan amable —dijo Phillip sonriendo y dejando de lado el menú para volver su vista hacia a mí. Ahora se acordaba que yo existía. Ajá.
— Te estaba coqueteando —mi voz sonó más dura de lo que quería en un principio, pero no podía controlarme. Me había enfadado.
— ¡Que mentira!
— Te dijo lindo, pendejo.
— Es que soy lindo po —comenzó a reírse. Sus mejillas estaban sonrosadas, por supuesto que se veía lindo, pero me enojaba mucho verlo así—. En una de esas... no sé.
— ¿Cómo?
— Él no estaba mal.
Espera, ¿Qué? ¿En serio estaba diciendo algo así? ¿Ahora le gustaban los hombres también? Eso no me enfadaba, en lo absoluto, pero me molestaba mucho que se hubiese fijado en el mesero. Primero el repartidor y ahora otro. Sé que Phillip es guapo, pero me molesta mucho que se le ofrezcan así. Y me molesta aún más que este pendejo se deje.
¿Porqué esto me molestaba tanto?
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Quédate un momento más y ya | Mr. Phissa
FanfictionLa distancia puede ser el protagonista de tantas historias de amor como personas hay en este mundo. Si la distancia fuera un impedimento, las cosas jamás habrían funcionado. Y si la distancia no existiera jamás me habría enamorado de ti de la forma...