Missa:
Al despertar me sentía extraño. La luz que entraba por la ventana me molestaba, al igual que un leve pinchazo en la zona baja de mi espalda.
Miré a mi lado, viendo la delgada y llena de lunares espalda de Phillip. Estaba desnudo. Ambos lo estábamos. Fue ahí cuando recordé todo lo ocurrido y mis mejillas se coloraron con gran velocidad. Me tapé la cara, avergonzado por los recuerdos de la noche pasada. No tenía ni idea de donde me había sacado la idea de que fuese Phillip quien hiciera lo que hizo, pero no había salido nada mal.
Lo había disfrutado y pasado bien, aunque si estaba muy seguro de querer hacerlo con Felipe de la otra manera. Ya estábamos más entrenados al respecto y podía incluso confiar más en mis habilidades. A la siguiente, le demostraría mis habilidades como amante.
Necesitaba ir a bañarme con urgencia. Ayer, luego de lo ocurrido, quedamos tan cansados que únicamente nos acostamos y caímos rendidos en los brazos de un sueño arrasador. Me sentía pegajoso y sudoroso. Me puse en marcha, moviéndome como podía, tratando de no despertar a Phillip ni que el dolor se sintiese demasiado. Porque sí, a pesar de haber tomado todas las precauciones posibles, me quedaba una sensación molesta en la parte baja.
La cama no era de ayuda, chillaba como mil demonios la chingadera esa e hizo que Phillip se despertara preocupado. Me miró, con los ojos muy abiertos, confundido por el repentino movimiento.
— ¿Missa?
— Lo siento, Pili, no quise molestarte —respondí con un dejo de culpa. No sabía que hora es.
— No te preocupes, ¿estás bien?
De seguro lo preguntó al verme levantar algo adolorido. Asentí, no quería que se preocupase por un dolor de ese estilo. Este negó con la cabeza, se levantó muy rápido, puso su ropa interior y rodeó la cama para venir a ayudarme. Traté de negarme, pero insistió, poniendo mi brazo sobre sus hombros para llevarme al baño.
Lo miré, muy sonriente. Es muy preocupado... por eso estaba enamorado de él.
Chingada madre. Estoy muy enamorado de Phillip.
Con su ayuda entré a la ducha y me dejó solo para bañarme tranquilamente. Disfruté de como el agua caliente relajaba mis músculos y se llevaba con ella los miedos e inseguridades que había tenido antes de acostarme con Phillip. Ya había ocurrido, ya estaba. Ahora, venía la segunda cosa: confesarme.
A estas alturas me parecía casi innecesario. Le había estado demostrando de todas las formas posibles lo loco que me tiene y lo muy interesado que estoy de él. Había terminado con Mafer, le había explicado lo mucho que lo extrañé y como en base a eso organicé este viaje. ¿Era necesario decirle?
Creo que sí.
Pero lo pospondría un poco más. Al final, somos adultos y entre adultos era extraña esa tradición de "¿Quieres ser mi novio?". Lo habíamos hecho juntos, con todo el amor que nos tenemos, eso tenía que hacerle entender que ya somos algo más.
Salí de la ducha para que Phillip entrara y, de mientras, me vestí y ordené la habitación, que estaba hecha un desastre. De seguro si yo no limpiaba todo, Phillip se pondría a ello como un maniaco. Abrí las cortinas y ventanas para liberar el calor de la noche pasada, recogí su ropa que estaba desperdigada por la habitación y guardé mi camiseta que se había puesto. Le quedaba muy bien, le dejaría usarla las veces que quisiera.
Cuando Phillip salió del cuarto de baño, ya fresco y renovado, nos dispusimos para bajar y tomar desayuno. El estómago me rugía como mil demonios, frenéticos por conseguir algo de comida. Así que, animados y habladores, bajamos al buffet. Nos servimos un montón de cosas que definitivamente no debían mezclarse (como Phillip, que se sirvió tocino y sandía. ¿Qué chingados con eso?) y nos sentamos en la mesa para pasar un tiempo tranquilos.
Puse mi mano sobre su rodilla para sentirlo más cerca, era algo que solía hace con Mafer. Estar juntos y solo tocarlo, sin otras intenciones más que hacerle ver que me tiene. Él no se quejó.
A los pocos minutos, llegaron las chicas muy contentas. Mafer brillaba, traía las mejillas levemente sonrojadas y vestía muy bonito. Me hacía muy feliz verla sonreír de esa manera.
— ¡Chicas! ¡Aquí! —dijo Phillip, alzando la mano para llamar la atención de ambas. Amber agitó su mano en respuesta, feliz de verlo.
Después de buscar su desayuno, se sentaron en nuestra mesita. Ellas si traían un desayuno más normal.
— ¿Cómo están? ¿Cómo te sientes Feli? —preguntó Amber mientras se sentaba a su lado.
— Bien —respondió alegremente. Volteó a verme y no pude evitar corresponder su preciosa sonrisa. sus mejillas brillaron enrojecidas —. Bueno, muy bien.
— Así se ve —carcajeó Mafer bebiendo de su café con leche—. Si Missa tiene todo el cuello con... picaduras se zancudos.
Abrí los ojos muy grandes mientras escuchaba esas palabras. Chingado, ¿en serio? Miré a Phillip, preocupado y muerto de vergüenza. Este hizo un gesto culpable. El muy joto no me había dicho que me había dejado marcas. Traté de transmitirle en mi mirada un "estas jodido". Me las iba a pagar.
Las chicas se rieron mucho.
Tuve que pedirles que me prestaran maquillaje para cubrir lo que mi playera no alcanzaba a tapar para no andar con esas marcas por todo chingado japón. En mi ventaja, Phillip tenía la espalda llena de mis marcas. Que él hubiese sido el activo no lo excluía de ser marcado con rasguños.
— Incluso parece que Felipe anda caminando raro —rió Amber.
Casi escupí mi café. Volví a lanzar una mirada furiosa a mi compañero, que se tapaba la boca para intentar no reír, pero al pendejo se le escapaba por todos lados. Al menos ambas pensaban que sería él quien quedaría cojo, aunque, después de esto, mis ganas de volverlo realidad habían incrementado de tal forma que se las cobraría todas.
Ay Philliberto, ríete por ahora. Ya verás, te voy a chingar de una forma que no puedas disimular que así fue.
El desayuno, lejos de los comentarios sobre nuestra GRAN reconciliación, pasó entre risas y chistes varios. También varias proposiciones sobre a donde iríamos ese día. Queríamos ver y hacer de todo, pero Phillip principalmente quería ir a Akijabara, porque es muy otaku y deseaba comprarse un montón de figuritas y desperdiciar dinero.
Así que ahí iríamos y mañana, cuando fuéramos a nuestro nuevo alojamiento en Osaka, sería el día para decirle como me sentía respecto a nosotros. Todo saldría perfecto.
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Ey ey, ¿qué tal?
Lamento mucho el tiempo de espera y más que este haya sido un cap de relleno :( pero hay que dar introducción a lo que viene. Me encontraba sin inspiración y no me salía NADA cuando intentaba escribir, pero ya vendrán nuevos capítulos.
Gracias por seguir esperando y seguir aquí. Se les quiere :3
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Quédate un momento más y ya | Mr. Phissa
FanfictionLa distancia puede ser el protagonista de tantas historias de amor como personas hay en este mundo. Si la distancia fuera un impedimento, las cosas jamás habrían funcionado. Y si la distancia no existiera jamás me habría enamorado de ti de la forma...