Phillip:
Después de aquella sesión de besos, decidió volverse a su escritorio a editar. Tenía los labios rojos al igual que las mejillas cuando salió por mi puerta. Yo tenía las piernas acalambradas de estar tanto tiempo en aquella posición.
Continué editando lo mejor que pude hasta que me llegó un mensaje del Madhavax, hace tiempo que no hablaba con él y lo echaba de menos. Traía una gran invitación a una partidas de among us y luego simplemente conversar, jugar o quizá, tomar un poco. Yo no soy nada fan del alcohol, más aún luego de lo ocurrido con Missa cuando me emborraché, pero acepté de igual forma por pasarla bien con mis amigos, esta vez me controlaría y no tomaría de más.
Bajé para preguntarle a Missa sobre si quería estar para la llamada y, aunque dudó un poco, terminó por aceptar. Nos conectaríamos en unos quince minutos en los que Missa aprovechó para preparar unos tragos. Cuando comenzó a echar el vodka en el mío, me miró de reojo y agregó muy poco. Sentí mi cara arder y sonreí con vergüenza.
Bajé mi laptop para poder jugar acompañado de Missa, aunque por obvias razones no miraríamos las pantallas del otro. Cuando estuvimos listos, la gente ya estaba conversando en el discord. Mada, Hariolin, Majaji, Harri y Fernan ya estaban ahí, solo faltábamos nosotros.
— ¡Llegaron por fin, par de weones! —gritó el Mada muy entusiasmado. Yo me reí al oírlo. Si lo extrañaba bastante.
— Es que están por fin juntitos po, tienes que dejarlos disfrutar de su tiempo en pareja —nos molestó Harri de igual forma. Nos miramos un poco nerviosos, pero por suerte ellos no podían ver nuestras caras—. Ya, ¿listos para unas partiditas?
Al rato llegó más gente, como el Vallo, el Alecci y otros. Nos la pasamos muy bien en las partidas, no podía evitar los gritos y carcajadas. No dejaron de molestarnos en ningún momento por yo estar en casa del Missa, sobre todo por que nuestras voces se escuchaban en los micros del otro.
Decidí grabar las partidas para tener más material para subir al canal. Siempre era necesario tener algo guardado para subir. Cuando ya tuve suficiente, corté, y los chistes fueron más subidos de tono, la gente ya comenzaba con el ánimo para lo que venía a continuación.
Una vez que terminamos de jugar varias partidas y la noche ya estaba avanzada, optamos por ponernos a tomar con los típicos juegos de fiesta. Partimos la noche con un verdad o reto en que me tocó hacer weas muy estúpidas como salir a comprar un taquito, imitar a Missa o hablar sin usar la palabra "weón". Estábamos muriendo de la risa.
— A ver... Phillip —comenzó a decir Mada con maldad. Sonreí con aire arrogante—. ¿Verdad o reto?
— Verdad, ya llevo haciendo muchas weas y estoy chato —dije bebiendo un poco de agua, lo estaba haciendo para no emborracharme más de la cuenta.
— Bacán —movió los dedos tocando la punta de sus yemas. Habíamos prendido la cámara para vernos las caras y asegurarnos de que los retos fueran cumplidos—. ¿Alguna vez dudaste de tu heterosexualidad?
Sentí que mi cara ardía, más aún por la mirada con una gran sonrisa de Missa. Sabía que si Amber estuviera aquí, también estaría sonriendo de una forma poco disimulada. Ellos no tenían ni idea que desde hace unos meses, esa palabra se había ido poco a poco de mi vocabulario. De hecho, ya no estaba seguro de qué me consideraba. ¿Era Gay? ¿Bi? ¿Algo con un nombre raro que aún no conocía? No tenía ni idea.
— Sí, alguna vez, viendo algún anime —respondí de la forma más casual posible, bebiendo de mi trago para parecer tranquilo. No iba a mirar a Missa por ningún motivo— Hay weones muy ricos, ¿pa que negarlo?
Vi a algunos asentir estando de acuerdo conmigo. El tema simplemente quedó ahí el tema y volvieron a hacer distintos retos y verdades a los demás. De pronto, le tocó a Missa. El vallo, tan gentil como siempre, se ofreció a darle un reto.
— Dale Missa, te reto a que te sientes en las piernas del Phillip lo que queda de juego —todos se rieron por la idea, incluso Missa, pero se negó. Aún así, todos comenzaron a insistirle o le darían un reto peor. Yo no me quejaba, pero sabía porque se negaba; no quería hacer enfadar aún más a Mafer, porque si a alguien se le llegaba escapar esa situación, estaría en problemas. Hasta yo estaría en aprietos.
Como solo era un tonto reto, prefirió restarle importancia y hacerlo. Se levantó de su silla, saliendo de su cámara y se sentó de lado sobre mis piernas, se le cortaba un poco la cabeza en el discord, pero nada que fuera importante. Los pies le colgaban de la silla y era adorable. No sabía si agarrarlo o no, para que no se fuera resbalando, pero eso solo empeoraría las cosas. Aún así, cuando sentí que se caía, me vi obligado a agarrarlo por la cintura. Él quería zafarse, pero no lo dejé.
Los retos siguieron, hasta que a uno se le ocurrió jugar al nunca nunca porque estaba decidido a beber hasta quedar inconsciente. Estuvimos de acuerdo, no en la última parte, pero si en el juego.
— Yo nunca nunca he robado algo de un supermercado —dijo Harri, la mayoría bebió sin remordimiento—. ¡Son todos unos ladrones!
A cada cosa, me tocaba beber o no. Mientras mi mano izquierda mantenía el ya, quinto vaso, mi otra mano sujetaba a Missa por la cintura, pasando por su espalda. Ya estábamos demasiado cómodos, Missa incluso estaba recargado contra mi pecho y había pasado su brazo izquierdo por mis hombros. Muy cómodo el weón.
— Haber... necesito saber esto —cuando Alecci decía eso, todos temblábamos. Siempre salía con alguna wea turbia que solo él había hecho—. Yo nunca nunca he tenido un sueño húmedo con mi mejor amigo.
Todos hicieron el "uuuh" que siempre se hacía cuando una pregunta era interesante. Cuando Hariolin bebió, todos comenzaron a reír.
— ¡Fue con mi mejor amiga! —respondió en su defensa, poniéndose rojo—. Fue bueno, no lo voy a negar.
Decidí seguir las reglas del juego... y bebí. Había sido un sueño despierto, aunque en algún momento había tenido un sueño extraño con Missa, pero había despertado antes de que algo pudiera pasar. Todos me miraron con curiosidad y una enorme sonrisa. Missa no parecía nada feliz. ¿Por qué?
— ¿Con la Amber? ¿En serio? —dijo Mada entre risas. Escuché a Missa bufar mientras bebía de su trago casualmente. ¿Lo hacía porque solo tenía sed o porque también había soñado algo? No pude descifrarlo.
— Nope —respondí con una gran sonrisa—. Con el Missa.
Todos abrieron la boca en aquel momento y el mencionado se atragantó con su bebida. Creí haber cometido un error al comentarlo. Quizá había sido demasiado directo al decir algo así. Conchetumadre, la había cagado, pero no podía tirar para atrás. Lo haría como antes, de la forma más casual posible.
— ¿¡CON EL MISSA!? —gritó Mada, alucinando. Me reí. No quería que pareciera algo incómodo— Teni' que contar esa weá culiao.
Estaban de acuerdo, querían que contara como había sido el sueño. Inclusive Missa me miraba expectante. Estaba tan cerca, sobre mis piernas, abrazado a mi y yo debía contar una de las cosas más vergonzosas que me había pasado antes de venir a México. Le cambiaría algunos detalles para que pareciera un sueño y no que lo había imaginado estando despierto.
— Bueno... no recuerdo mucho el contexto, porque fue hace tiempo —comencé a decir, tratando de recordar lo que había imaginado en ese momento tan íntimo—, pero estábamos tranquilos y... —miré al hombre sobre mis piernas, que estaba muy atento escuchando. Tenía una leve sonrisa en el rostro. Fue cuando mis mejillas comenzaron a arder—... y Missa me pedía un favor por algo que le debía. Entonces me acorralaba contra una pared, me agarraba la cara y me comenzaba a besar de... ay conchesumadre —me estaba avergonzando más de lo que pensé que lo haría—. ¡Me comenzaba a besar de una forma caliente po weón! —escuché varias risas al ver mi incomodidad— y después decía algo como "Te voy a hacer mío, nene" o yo que chucha, si ni me acuerdo.
— Oh, por la chucha, ¡fue terrible intenso po weón! —se reía el Mada.
Por suerte, dejaron el tema hasta ahí y, un rato después, decidimos irnos. En cuanto Missa se levantó de mis piernas, corrí lo más rápido que pude hacia el cuarto para opacar la vergüenza que estaba sintiendo.
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Quédate un momento más y ya | Mr. Phissa
FanfictionLa distancia puede ser el protagonista de tantas historias de amor como personas hay en este mundo. Si la distancia fuera un impedimento, las cosas jamás habrían funcionado. Y si la distancia no existiera jamás me habría enamorado de ti de la forma...