Solo yo #2

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'Pop' La oreja de Van Gogh

Al final resultó que esos dos sí que estaban ocupados cuando entré pero, como una buena compañera de piso, estaban usando la habitación.

Cogí lo primero que encontré en el armario y me fui a la ducha.

Me pasé más tiempo del necesario debajo del chorro de agua pero lo necesitaba. Sentía que me hervía la sangre y mi enfadado con el idiota que estaba abajo no hacía más que crecer.

'Loca, pesada y mentirosa'. ¿Enserio? ¿De verdad no tenía insultos mejores?

Salí aun furiosa y me fui al salón secándome las puntas con la toalla. Había pensado en ponerme una película cualquiera en Netflix y cenar algo rico, una pizza o así, pero la vida no podía sonreírme ni un poquito, porque mis planes se fueron a la mierda cuando vi a Jacob en la terraza, fumando.

-¿Puedes dejar de acosarme? ¡Dios mío! Búscate una vida y vete de aquí- chillé más de lo necesario mientras me acercaba a él pero me dio igual.

Se giró, me dio otro repaso rápido como el que me había dado en las escaleras y siguió fumando como si no le pudiese importar menos.

-¿Estás sordo?- espeté desde la puerta de la terraza- ¿Y cómo has entrado? Cómo nos hayas robado una llave yo...

-He sido yo- escuché la voz de Blair al fondo del pasillo y la vi asomar la cabecita con sumo cuidado. Le dirigí una mirada furiosa, aunque no era ella con quien estaba enfadada y eso la descolocó, creo que nunca nos habíamos peleado- Pero... ¿qué pasa?, ¿por qué le gritas? ¿Ha hecho algo o...?

-Claro que sí- me di la vuelta y volví a mirarle y su pasividad me irritó más todavía, ¿por qué no le molestaba que le gritase?- Existir, eso hace.

Luke apareció por la puerta de la cocina que conectaba con el salón y nos miró a todos con el ceño fruncido.

-O sea, que eso de que se quede a cenar... ¿No lo ves factible no?

Su tono suave y calmado no me sorprendió, ya conocía a Luke desde hace unos meses como para saber que siempre estaba tratando de poner paz y tranquilidad.

Y de pronto me sentí mal por ellos. Yo era la extraña que se había acoplado a sus vidas, yo era la que había suplicado un hueco en aquella casita y no tenía ningún derecho a comportarme así, ni exigir nada, y mucho menos de las formas en las que lo estaba haciendo.

Agaché la cabeza al suelo, avergonzada, sintiendo todas las miradas puestas en mí.

-Eh, no, perdón... Es vuestro amigo, si quiere quedarse no pasa nada- me giré entonces a Jacob y vi que no estaba para nada sonriente- Siento haberte gritado.

Abrió los ojos sorprendido pero no le dio tiempo a responderme porque sonó el timbre sacándonos a todos de la conversación.

Luke, que estaba más cerca a la puerta, descolgó el telefonillo y abrió con una cara rara antes de anunciar quien era.

-Leyre- me llamó- es tu prima.

No tardé ni un segundo en reaccionar y me acerqué corriendo a la puerta y, cuando la abrí, me encontré de cara con Olimpia.

-Hola- me saludó secamente, con una sonrisa que ya conocía demasiado bien como para saber que era totalmente forzada- ¿Puedo pasar?

Me quedé inmóvil en el marco de la puerta y negué con la cabeza.

-¿Qué haces aquí?- dije sin moverme de mi sitio.

Ella asintió como si entendiera le motivo por el que no le invitaba a pasar.