'Look after you' The Fray
Al día siguiente me levanté con bastantes mocos y mucho dolor de garganta pero tenía una reunión bastante importante y no me podía permitir faltar. El problema fue que, cuando me vieron la pinta que tenía, me mandaron inmediatamente a casa.
Al llegar de nuevo al piso, creo que debía de tener bastante fiebre y lo cierto es que me encontraba fatal. No podía casi hablar de lo mucho que me dolía la garganta y aunque me enterré bajo tres mantas, seguía muerta de frío.
Me quedé medio dormida hasta que al poco escuché el timbre.
Me arrastré, literalmente, hacia la puerta, sabiendo que solo podía ser una persona, el rubito. Porque los demás seguían de viaje, no volvían hasta dos días después.
Al abrir me puso tal cara de asco que si no llega a ser porque me estaba muriendo, le habría dicho cuatro cosas bien dichas, pero opté por irme de nuevo al sofá.
-Vega, ¿qué te ha pasado?- me siguió, preocupado, y se sentó a mi lado pero antes de responderle, lo dedujo él solito- La nieve.
Y asentí, avergonzada.
-Te lo dije- me regañó- Te avisé de que te ibas a poner enferma, pero como nunca me haces caso...
-Pareces mi abuela- tosí y me tapé un poquito más.
Me puso una mueca pero en lugar de apartarse, se echó hacia delante, refunfuñando entre dientes y trató de quitarme una de las mantas.
-¡No! ¡Eh! ¡Devuélvemela!- pero me ignoró completamente- ¡Tengo frío!
Y puso de pronto su palma de la mano sobre mi frente.
-Claro que tienes frío, estás ardiendo.
Se separó de nuevo y se fue a la cocina a rebuscar entre las cajas de las medicinas y yo aproveché para taparme hasta arriba de nuevo.
Cuando volvió, me quitó de nuevo la manta y me obligó a ponerme el termómetro.
-Reza por que no tengas más de 39, porque sí tienes más, vas directa a la ducha a mojarte con agua fría.
Le puse un puchero, sabía que lo estaba haciendo para ayudarme pero no quería darme esa ducha.
Tuve suerte, dentro de lo que cabe, tan solo tenía 38 y medio.
"Tan solo, dice..."
Me quitó de nuevo el termómetro y me lo cambió por un ibuprofeno y un vasito de agua.
Al terminar de beber, volví a tumbarme, esta vez sobre sus piernas para que pudiésemos entrar bien los dos en el sofá y gracias a los cielos me dejó quedarme con dos de las mantas, pero tuve que quitarme esa tercera.
-¿A qué habías venido?- dije, con los ojos medio cerrados, todavía tumbada sobre él.
-Te dije que no ibas a librarte tan fácilmente de mí.
Sonreí algo más feliz pero lo camuflé con una tos repentina.
Jacob se levantó de pronto, tras volverme a poner la mano en la frente y, cuando volvió, tenía un trapito mojado.
Se sentó de nuevo en la misma posición que antes, y me puso el trapo en la frente para ayudarme a bajar la fiebre.
Estaba helado y la primera sensación fue horrible, pero al sentir sus dedos sobre mi cuero cabelludo, acariciando con delicadeza, decidí centrarme en eso en lugar del frío.
Y así me quedé dormida.
Jacob no se fue en toda la noche. Estuvo ocupado poniéndome trapos fríos en la frente y ayudándome a secarme el sudor cada vez que bajaba la fiebre.
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Solo yo #2
Romance*Segunda parte de la bilogía 'Solos'. El primer libro está en mi perfil* Leyre tiene las cosas muy claras, quiere ser cantante, y no piensa dejar que nada, ni nadie, se entrometa en su camino. Así que, tras una ruptura muy dolorosa y una noticia de...