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'Radioactive' Imagine Dragons

Un par de horas más tarde yo ya estaba tumbadita en mi sofá, con un bol de ensalada en mi regazo, unas galletitas de chocolate en la mesa y una serie en la televisión.

Blair no había vuelto todavía del trabajo así que pude darme una ducha caliente tranquila y tirarme allí a cenar sin escuchar protestas de que no manchara el sofá.

Cuando la serie estaba llegando a lo más interesante, justo cuando el protagonista estaba a punto de averiguar que su abuela era la asesina en serie, llamaron a la puerta.

-Maldita sea.

Me levanté a regañadientes mientras volvían a llamar.

-¡Qué ya voy! Ay, Dios... Blair... ¿Por qué nunca te llevas las llaves? Siempre igual, algún día...

Cerré la boca de golpe.

-¿Qué decías de unas llaves?- la voz de Jacob me hizo dar un respingo- ¿Qué ya va siendo hora de que me deis unas? Sí, estoy de acuerdo.

-Eh... no... nada- entrecerré los ojos- ¿Qué haces aquí molestando?

Sonrió, como siempre, y me sacó de quicio, también como siempre.

-Ajá. Ya veo que vuelves a ser la de siempre. Menos mal, empezaba a preocuparme.

Y entró como si fuera su casa.

Le seguí de cerca, agitando las manos en el aire.

-Eh... ¿Hola? ¿Te encuentras bien? ¿Qué narices haces aquí?

-Sí, muy bien, gracias- dijo, ignorando parte de mi pregunta- ¿Y tú?

Se tiró en el sofá, haciendo desaparecer mi rinconcito acogedor.

-Hasta que has venido a interrumpirme la serie, genial.

Y me tiré a su lado, quitándole la manta de margaritas y tapándome con ella. Sabía que era inútil intentar echarle y preferí no perder mi tiempo intentándolo.

-¿Qué ves?

-¿Qué más te da? No vas a quedarte a averiguarlo.

Frunció los labios.

-Eres una malísima anfitriona, ¿te lo habían dicho alguna vez?

Puse los ojos en blanco.

Desquiciante. La palabra que lo definía era desquiciante.

-¡OHH!- exclamó de repente- ¡Ya la he visto!

-Enhorabuena.

-Corre, ponla, esta es la mejor parte.

Bufé pero le hice caso. Volví a taparme hasta la barbilla con mi manta, me hice una bolita en la esquina del sofá y le di al play.

Claramente no tardó ni un minuto en volver a hablar interrumpiendo el maravilloso silencio.

-Me encanta este actor- dijo sin despegar los ojos de la tele.

Fruncí el ceño pero no le dije nada porque volvió a enmudecer enseguida.

-Y esa también- fallo mío, no podía estar callado.

-Shhh.

Me ignoró.

-¿Y sabes? Ese se acaba de casar ahora pero dicen que era infiel y que la muj...

-¡Jacob!- bramé- ¡O te callas o te vas!

Hizo un gesto con los dedos, pasándolos sobre sus labios como si los estuviera sellando y me hizo caso. Al menos por cinco minutos.

-Le van a matar.

Solo yo #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora