'Si tiene que ser, será' Mafalda Cardenal
Tres meses después.
-¿Quién es?- grité desde la cocina, limpiándome un poco las manos que estaban todas manchadas de cortar las verduras.
-Los chicos, ¡ábreles!- la orden de Blair me llegó desde su habitación pero en lugar de obedecerla, fui corriendo hasta su puerta.
-Blair... ¿qué...?- no me salían las palabras- ¿los dos?
-Ajá- fue su única respuesta.
Yo seguía en shock, ¿por qué demonios venían los dos?
Ella estaba tirada en el suelo de su cuarto, ordenando un montón de zapatos que estaban todos desperdigados y cuando subió la mirada y me vio de brazos cruzados, sin saber qué hacer, ni dónde esconderme, me puso un puchero.
-Haz un esfuerzo, anda- me suplicó.
-Llevo sin verle tres meses, Blair, ¿qué hace aquí?- exigí saber, no entendía porque venían los dos a cenar.
-Le invité yo- me dijo sin entender muy bien el problema y eso seguramente era culpa mía porque nunca llegué a explicarle a mi mejor amiga porque no quería volver a saber nada de Jacob.
Tras aquella conversación en su salón, en la que me dijo que debía darle una segunda oportunidad a Lucas, mi ex, decidí que no podía seguir así, colgada de un chico que no iba a querer nunca nada real conmigo, así que esa semana llamé a nuestra comunidad de vecinos, exigiendo volver a nuestro piso y me dijeron que no íbamos a tener problema, esa misma semana terminaban por fin las obras.
Así que, tres días después, Blair y yo hicimos de nuevo las maletas y nos marchamos de su casa y, cuando me despedí de él en su puerta, decidí que aquel abrazo sería el último que le daría.
No podía seguir así, no podía continuar martirizándome, era insoportable.
Me marché y tardé semanas en poder continuar como si nada.
A Luke le veía prácticamente a diario, pero Jacob no había dado señales de vida desde entonces, y yo tampoco, así que supongo que ambos entendimos que, fuese lo que fuese lo que había entre nosotros, había muerto definitivamente.
Me centré en mi música, trabajaba día y noche con Jeannine y el resto del equipo, tanto Nerea como Craig o Blair no dejaban de repetirme que me estaba exigiendo demasiado, que debía tomármelo con más calma, ir más despacio, pero no lo entendían, no me podía permitir parar porque, cada vez que lo hacía, cada vez que tenía la cabeza desocupada, mi mente volaba a ese chico rubio idiota, y dolía, y tenía que dejar de doler.
Y con todo eso, me obligué a mí misma a darle otra oportunidad a Lucas.
Estuvimos quedando varias veces, nada formal, él quería ponerle una etiqueta a nuestra relación, pero yo no estaba lista para eso y no le quedó otra que conformarse.
Así era mejor, al no sentir tanto por ese chico, podía centrarme en lo que realmente quería, llegar a lo más alto cantando.
Pero claro, nada de todo esto lo compartí con Blair, no lo entendería y cuando tuve que ir a abrirles la puerta de nuestro piso, lo hice con la mano tan temblorosa que aparentar que todo iba bien fue una de las cosas más complicadas que hice nunca.
Me gustaría deciros que pasó algo interesante aquella noche, me gustaría poder contaros que por fin fui valiente de enfrentar lo que más me aterraba en esta vida, mis verdaderos sentimientos, pero nada de eso pasó, tan solo cenamos, tranquilamente, como millones de veces atrás, hablamos de todo un poco, de la vida, de sus trabajos, de mi música y tres horas más tarde se marcharon de nuevo.
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Solo yo #2
Romance*Segunda parte de la biología 'Solos'. El primer libro está en mi perfil* Leyre tiene las cosas muy claras, quiere ser cantante, y no piensa dejar que nada, ni nadie, se entrometa en su camino. Así que, tras una ruptura muy dolorosa y una noticia d...