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'Falling like the stars' James Arthur

-¿Seguro que estarás bien?- insistió Blair por quinta vez desde la entrada.

-Que sí, plasta- le di un abrazo muy fuerte- Ahora vete, o perderéis el avión. Vamos.

Suspiró profundamente, me abrazó de nuevo y salió despedida por las escaleras a encontrarse con Luke que la esperaba abajo.

Me quedé unos segundos estática, pensando en la envidia que me daban que se fuesen de viaje a España y cuando fui a cerrar la puerta escuché los pasos de alguien.

-¿Lista?

Jacob apareció por la esquina del hall, sonriente, como de costumbre.

-No, pero qué más da, si no me haces ni caso nunca.

-También es cierto.

Entró detrás de mí y me siguió al cuarto donde ya tenía la maletita preparada.

Nos íbamos tan solo por una semana a la casa de sus padres. Pasaríamos ahí nochebuena, Navidad y fin de año.

No vivían muy lejos de Londres, a un par de horas en coche hacia el sur pero, aun así, tuve que cancelar las reuniones que tenía el día 26 y 28, aunque las de principios de enero seguían en pie.

A Jeannine no le importó mucho, dijo que así podría pasar más tiempo en familia, así que todos contentos, menos yo claro, que me apetecía entre cero y menos ocho ir a casa de los padres de aquel chico rubio que me miraba desde el marco de la puerta.

-Cuando quieras eh, tú con calma- ironizó y me puso más nerviosa de lo que ya estaba.

-Esto es culpa tuya, que lo sepas- y me levanté del suelo, tras coger la maleta y pasé por su lado enfurruñada, como una niña con una rabieta.

Pero el muy idiota se rio más alto.

-Le vas a encantar a mi madre.

Y volvió a reírse sin más.

El camino en coche lo cierto es que fue tranquilo, lo pasamos escuchando música y hablando tranquilamente, aunque yo por dentro estaba atacada.

¿Y si les caía mal? ¿Y si decía alguna tontería? ¿Y si incendiaba la casa?

-Puedes calmarte- me dijo, mientras miraba al frente tan tranquilo- no van a comerte, son personas normales.

-Me da igual que sean normales, son tus padres...

"Tus suegros"

Eso es conciencia, tú siempre ayudando.

-Bueno, también estarán mis tíos.

-¡¿Qué?!- chillé y soltó una carcajada.

-A ver, es Navidad, ¿qué esperabas?

-Socorro, necesito aire- y bajó la ventanilla.

Me giré, enfadada.

-¿Qué? Has dicho que querías aire...- entrecerré los ojos mientras Jacob trataba de entenderme pero era caso imposible.

-Lo que necesito es salir del coche y caminar.

-Estamos a menos tres grados y vas con pantalones vaqueros y deportivas, aguantarías medio minuto andando.

Me eché hacia atrás en el asiento, cansada de discutir con él.

-Eres insoportable, ¿lo sabías?

No respondió así que tuve que volver a abrir los ojos y vi que me miraba con compasión.

Solo yo #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora