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Aquel año fue uno de los mejores de mi vida.
Mi música seguía creciendo día a día. Todavía había veces que seguía dando conciertos pequeños en varios locales, pero cada vez avanzaba más y eso no hacía más que alimentar mi sueño y mis ganas de seguir adelante.
La relación con Jacob poco a poco se fue estabilizando y él aceptó ver a un psicólogo para superar ese sentimiento de culpabilidad, no fue sencillo, pero con el tiempo logró superarlo.
Mi prima Tami a principios de septiembre decidió mudarse a Londres, de manera indefinida, y se vino a vivir conmigo y con Blair.
Ella siguió viéndose con Mateo y tuve que obligarme a mantener la compostura el día que le conocí. Aunque he de reconocer que fue muy, pero que muy complicado.
Jacob, a pesar de que seguía mejorando, igual que yo, al principio se negó a reconciliarse con su antiguo amigo. Tami hizo todo lo posible por ayudarles, de hecho, fue ella la que logró convencer a Mateo para que se disculpara con Luke. No tengo muy claro como había sido esa conversación, pero lo que sí sé es que funcionó, porque cuando llegó a casa esa noche a ver a Blair, empezó a idear un plan para intentar que sus dos amigos hicieran las paces.
Al final no se nos ocurrió una idea mejor que encerrarles en un ascensor minúsculo, en concreto el de nuestro edificio. Sí, el que no funcionaba, ese mismo. Y decidimos no dejarles salir de ahí hasta que se reconciliaran.
Les costó lo suyo, todo hay que reconocerlo, pero al final acabaron cediendo y volvieron a ser amigos.
Todo súper bonito.
Esas Navidades pude cantar en la Gala de Navidad más importante del país, cortesía de Jeannine y Mateo, que se encargaron de organizarlo todo.
Fue una noche mágica si soy sincera. Vestidos largos, un palacio, un baile de máscaras... Una noche inmejorable.
Esas Navidades las pasé con mi prima, por fin tenía familia con quién pasarlas y, aunque Jacob me insistió en que podíamos ir las dos a su casa, decidimos quedarnos, no queríamos molestar mucho. Eso sí, fuimos unos días después, de sorpresa, para saludar a todo el mundo y poder darle las gracias a los señores Reed por la invitación.
Acabó el año y juro que no sabía en que momento había pasado, todo había sucedido demasiado rápido, pero dicen que eso sucede cuando eres feliz, así que supongo que eso es lo que era, feliz.
El año siguiente no fue muy distinto del anterior. Con un poco de ayuda logré dejar prácticamente el trabajo en la cafetería, es decir, seguía yendo a ayudar de vez en cuando, pero ya era más bien un hobby que una necesidad, porque me iba bastante bien con la música.
Mis conciertos se llenaban, mi música sonaba en todas las cadenas, llegaba a los número uno en un abrir y cerrar de ojos, era realmente increíble.
En mayo del siguiente año recibí una llamada, me iban a dar mi primer Grammy. No me lo podía creer. Asistí a aquel evento del brazo de Jacob y todavía recuerdo subirme a aquel escenario y mirar hacia su sitio, tan sonriente como siempre. Recuerdo agradecérselo a todos los que habían hecho posible que mi camino hubiese acabado ahí; Mi abuela, mis amigos, mi prima, mi novio, mi representante, todos y cada uno de ellos fueron la clave de mi éxito, es algo de lo que nunca tendré ninguna duda.
Y nuestra vida siguió tranquila.
Jacob y yo seguimos discutiendo, eso nunca cambió, pero lo solucionábamos igual de rápido, era lo bueno y lo malo que teníamos, pero ninguna relación es perfecta, ¿no?
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Solo yo #2
Romance*Segunda parte de la biología 'Solos'. El primer libro está en mi perfil* Leyre tiene las cosas muy claras, quiere ser cantante, y no piensa dejar que nada, ni nadie, se entrometa en su camino. Así que, tras una ruptura muy dolorosa y una noticia d...