'Nothing else matters' Miley Cyrus (cover)
La primera semana de convivencia fue... bueno, digamos que no fue tan mal como me lo esperaba.
Lo cierto es que cada uno hacía un poco su vida y no nos vimos mucho.
Yo seguí saliendo a correr por las mañanas, luego iba a la cafetería a trabajar con Blair. Pasábamos ahí casi todo el día hasta que, a media tarde, yo me iba a la tienda de música, que ahora me quedaba un poco más lejos que antes, pero el paseo hasta allí era agradable así que no me importaba mucho.
Luke por su parte era el primero en levantarse y en irse de casa, no sin antes dejarnos café recién hecho en la cocina. También era el último en volver por la tarde. Nos contó que estaban teniendo algunos problemas en cerrar un acuerdo con una nueva empresa y sus jefes necesitaban de toda la ayuda que les fuera posible. Él decía que no le importaba hacer horas de más, que era lo necesario si algún día quería llegar a ser el CEO.
Jacob tampoco aparecía mucho por el piso. Madrugaba también bastante para irse a trabajar, volvía al medio día para comer cualquier cosa y se volvía a marchar a media tarde. Sabía que por las tardes no trabajaba, pero nunca decía a donde se iba y yo todavía no estaba dispuesta a indagar. Ya mucho habíamos avanzado con aprender a compartir las noches, como para ahora forzar las cosas y cotillear sobre su vida privada.
Pero cuando llegó el fin de semana las cosas fueron bastante distintas.
El viernes por la noche fui a las ocho y media en punto al local 'Paradise', donde actuaba siempre.
Cada vez me gustaba más ese sitio. Me había hecho bastante amiga del jefe y de una de las camareras que siempre tenía alguna anécdota graciosa para contarme y los clientes, quitando a algunos borrachos pesados, no eran del todo desagradables.
Cuando salí al escenario hice mi rutina diaria. Me acerqué primero al piano para asegurarme de que todo estaba bien. Se suponía que ya lo habían afinado antes de la actuación pero a mí me gustaba siempre comprobarlo, por si acaso.
Luego colocaba un taburete en medio del escenario y dejaba a los pies mi guitarra. El micrófono, ya colocado a mi altura ideal, le daba un par de toquecitos antes de acomodarme en mi sitio.
Y, por último, echaba un rápido vistazo al público para comprobar si veía alguna cara conocida entre ellos y, para mi sorpresa, ese día me encontré en una de las mesitas de la esquina derecha del local, un grupo que no perdía detalle de cada uno de mis movimientos, pero lo que hizo que mi estómago diese una pequeña sacudida no fue encontrarme con los ojos de Blair, Nerea, Luke o Craig... sino con unos ojos color miel que me miraban con cierto tono de burla.
"Ahí tienes a tu Romeo. Ahora no la cagues".
Devolví rápidamente mis ojos al micrófono y traté de centrarme en él lo máximo posible, pero creo que se me escapó una pequeña sonrisa.
Mierda, Leyre, céntrate.
Agarré mi guitarra y me pasé la correa por los hombros, intentando que no se notara mucho que me temblaban un poco las manos.
Pero en cuanto las luces se atenuaron y se hizo un poco de silencio, todos mis pensamientos se desvanecieron al momento y, de pronto, solo estábamos mi música y yo.
Comencé a tocar una de mis canciones favoritas, siempre solía abrir el espectáculo con ella. Hablaba de una niña, feliz, que recorría las calles de su barrio montando su bicicleta nueva. La niña se caía, una y otra vez, pero no dejaba de levantarse, limpiarse las heridas y volver a subirse para intentarlo de nuevo.

ESTÁS LEYENDO
Solo yo #2
عاطفية*Segunda parte de la bilogía 'Solos'. El primer libro está en mi perfil* Leyre tiene las cosas muy claras, quiere ser cantante, y no piensa dejar que nada, ni nadie, se entrometa en su camino. Así que, tras una ruptura muy dolorosa y una noticia de...