Solo yo #2

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'Lift me up' Rihanna

-Estuviste increíble- Jeannine me miraba, contentísima, desde el lado contrario de la enorme mesa de cristal. Era la quinta vez que me lo repetía y yo no podía dejar de sonreír con timidez.

-Fue... fue abrumador la verdad- intenté buscar las palabras adecuadas, ante la atenta mirada de todos los del equipo.

-Normal- Joan, el jefe de producción, me apoyó, posando su mano en mi hombro- cantar delante de toda esa gente es una locura.

-Sí, pero en el buen sentido- traté de corregirme a mí misma- fue una sensación... no sé... sobrecogedora. Poder contarle tanto a todas esas personas, a mí manera, con mi música... es lo que siempre había querido.

Todos me sonreían, entendiéndome.

-Pues lo que contaste con tú canción les ha debido de llegar, Leyre- siguió diciendo Betty, mi coach vocal- porque las reproducciones de la canción están subiendo como la espuma.

-Ya- intenté contener la emoción- lo he visto, y mucha gente me está mandando mensajes además.

Varios torcieron un poco el gesto pero me expliqué rápidamente.

-Todo bueno- me apresuré a decir- me dicen cosas como que les encanta mi música, que si les podría mandar un mensaje saludándoles, o cosas por el estilo, la verdad que es muy divertido.

Pero varios de los presentes se miraron entre sí, poco convencidos.

-Bueno- acabó diciendo uno de ellos- habrá que tener eso controlado, porque a veces los fans pueden llegar a pasarse de la raya.

Asentí automáticamente, no quería llevarle a nadie la contraria. Ellos sabían mucho mejor que yo como funcionaban las cosas al fin y al cabo.

Acabé despidiéndome un rato más tarde y quedé al día siguiente con Aiden, el arreglista, y con Betty, para poder seguir trabajando con la siguiente canción.

Cuando volví a casa, estaba agotada y me fui directa a la cama a ver una película, pero a la media hora, la puerta se abrió y el rubito se lanzó a mi lado, como si nada.

-Buenas noches- dije, pausando la peli.

-Hola- me dio un beso en la mejilla y se acopló debajo de mi manta de margaritas.

Sonreí pero no le dejé poner la película de nuevo. Me apetecía contarle todo lo que me habían dicho aquel día.

Estuvo escuchándome atentamente hasta el final, sin dejar de sonreír, contento.

-Me alegro mucho, Vega.

-Grac...

-Eso sí- me cortó, un poco más serio- como alguno de esos fans te escriban con otras intenciones, más les vale que sus usuarios sean anónimos, porque como les encuentre, me los cargo.

Elevé las cejas, asombrada.

-Tranquilo, guardaespaldas- bromeé, dándole una palmadita en el hombro- lo tengo todo controlado.

-Bueno, ya veremos.

Y se giró de nuevo al portátil.

-¿Y tú día que tal?- inquirí.

Se encogió de hombros sin mirarme.

-Normal, como siempre.

Le paré la mano antes de que le diese al play.

-¿Algo más?

-Ehh... no.

Le puse una mueca.

-¿Qué?