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'Wish you were here' Pink Floyd

-¿Entonces todavía no tenéis nada?

La reunión con una de los productoras, Jeannine, había empezado hacía ya media hora y nos había repetido la misma pregunta unas cuatro o cinco veces.

Volví a negar, cabizbaja, sentada en una de las sillas que había en su despacho. Olimpia estaba a mi derecha, también agachando la cabeza, pero sabía que en cuanto saliésemos de ahí me iba a ganar una buena regañina.

-¿Ni la melodía?

Negué de nuevo.

-¿Ni la letra?

Silencio.

-¿Nada?

-Nada- logré decir.

Jeannine, un chica relativamente joven, de unos 30 y pocos años y con ropa que parecía muy, pero muy cara, del estilo del que no me podía permitir, suspiró pesadamente pero, para mi sorpresa, no se enfadó ni nos despidió, como me temía que pasara, se limitó a apuntar varias cosas en una libreta y levantarse de su silla, que estaba en el lado contrario de la mesa.

-Bueno- se acercó a uno de los ventanales de su despacho para mirar a la calle- no os preocupéis, estas cosas a veces pasan. Cuando uno trabaja a contratiempo no suele venirle la inspiración, sino que me lo digan a mí- y se rio suavemente logrando que mis músculos se relajasen un poco.

-Le prometemos que la próxima vez tendremos algo- saltó Olimpia, como si ella fuera la encargada de componer las canciones...

La mujer asintió y se dio la vuelta para clavar sus ojos en los míos, pero no me produjeron inseguridad, todo lo contrario, me transmitió calma y confianza y eso me gustó.

-¿Crees que podrás, Leyre?

-Sí, claro que pod...

-Perdona, Olimpia- le cortó- pero le he preguntado a ella.

Intenté contener una sonrisilla y asentí con fuerza.

-Sí, claro- afirmé- Tan solo necesito un poco de tiempo y te traeré lo mejor que hayas escuchado nunca.

Pareció satisfecha con mi respuesta, extendió su mano y la apreté con firmeza antes de salir de nuevo al pasillo.

Como ya había previsto, una vez estuvimos en la calle, mi prima comenzó su ronda de quejas pero mi móvil vibro en mi bolsillo justo en ese momento y la ignoré pensando que tal vez esa era mi escapatoria, pero cuando vi la pantalla, descubrí que me había escrito un número desconocido.

De: ...
Para: Leyre.
'Espero que te abrigue mi sudadera. Puedes quedártela si quieres. A no ser que prefieras usarla como excusa para que nos veamos y me la devuelvas.'

Un escalofrío me sacudió.

No tenía ni idea de quién era pero ya me caía mal. ¿Qué clase de persona escribe un mensaje así? ¿Cómo se podía ser así de arrogante?

Por un momento se me vino la imagen de Jacob a la cabeza, pero sabía que no era él. No podía serlo. Era muy molesto y creído, pero lo demostraba disimuladamente, casi que a veces ni te percatabas, así que nunca escribiría un mensaje así de repelente.

De: Leyre
Para: Desconocido.
'¿Quién eres?'

De: Desconocido.
Para: Leyre
'Hugo. ¿Quién sino?'

Puse una mueca al teléfono, mientras me alejaba por la calle, dejando a Olimpia ahí de pie. Supongo que seguía hablándome, pero ya habíamos acordado que no teníamos que simular que nos llevábamos bien, tan solo teníamos que ser capaces de soportarnos a la hora de trabajar y escuchar sus gritos no formaba parte de eso, así que me centré en lo mío.

Solo yo #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora