Solo yo #2

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'Say something' A great big world

Unas horas más tarde ya estaba sudando de tanto bailar. No había bebido nada, al final decidí estrenar mi moto y fuimos hasta allí, yo de piloto y Nerea de copiloto, tras haberle ganado a un 'piedra, papel o tijera' a Craig, así que luego tenía que conducir de vuelta a casa y, si ya era difícil conducir por la izquierda, no quería ni imaginarme lo que tendría que ser hacerlo borracha.

No estaba muy segura de que fuera legal que yo condujese por allí, pero decidí arriesgarme y, si me pillaban, me haría la tonta.

Al rato Blair y Luke acabaron desapareciendo, como de costumbre, Nerea se había esfumado también a la parte de atrás con uno de los camareros y Craig lloraba desconsolado en uno de los sofás, medio borracho, mientras que yo le escucha sin parar hasta que acabó quedándose medio dormido, con la baba cayéndole por la comisura de los labios. Justo cuando me fui a levantar para pedirle un taxi, sonó mi teléfono.

Una sensación amarga me revolvió el estómago al ver que era Lucas el que me llamaba y descolgué porque me pareció mal no hacerlo tras su regalo.

-¡Leyre!- exclamó desde el otro lado de la línea. Parecía más alegre y gritón de lo normal así que supuse que habría bebido de más.

-Hola, Lucas- saludé y me levanté, arrastrando conmigo a Craig fuera de local, para pedirle un taxi. En esas condiciones no podía llevarle en la parte trasera de la moto.

-¡Felicidades!- chilló de nuevo, dejándome medio sorda.

-Gracias- dije y por fin alcancé la puerta de la calle tras haber esquivado a todo el mundo- espera un segundo- le pedí.

-¿Que qué?- chilló preguntando, pero le ignoré y me acerqué a la carretera, subí a mi amigo al primer taxi libre que vi, le di la dirección al conductor y le pagué un poco de más por si acaso le vomitaba en el coche.

Por fin vi cómo se alejaba y pude volver a centrarme en la conversación.

-¿LEYRE...?- seguía diciendo como un loco.

-¡Sí! Sí, aquí estoy. Dime.

Se quedó unos segundos callado.

-¡AH! Pues que felicidades- repitió y no pude evitar reírme.

-Muchas gracias, Lucas- volví a agradecérselo, recostándome sobre una de las paredes de la calle, pegada a la cola del local.

-¿Te ha gustado mi regalo?

Me paralicé.

Así que sí. La moto me la había comprado él.

-Sí- dije borrando mi sonrisa- No tenías por qué, Lucas, seguro que te ha costado muchísimo, no creo que pueda acep...

-Claro que puedes- me interrumpió- Es para ti. Porque te quiero, Leyre.

Y otra vez un escalofrío me revolvió las entrañas.

Me tapé la cara con la mano, sin saber qué responder.

-Yo... ya lo hablaremos, ¿vale?- intenté tranquilizarme.

-Vale- dijo con la voz entrecortada- Adiós, cumpleañera.

Y tuve que colgarle.

Me agaché sobre mis rodillas, sin saber qué narices pensar. Estaba frustrada conmigo misma, ¿por qué tenía siempre que ir del revés? Cuando estaba enamorada de Lucas, él no sentía lo mismo que yo, y ahora que ya lo había superado, el enamorado era él...

Esto era muy injusto.

Suspiré, malhumorada y me fui furiosa hacia mi moto, que estaba aparcada en uno de los laterales de la acera, pero, antes de llegar, me choqué con el rubito que salía justo en ese momento de dentro.