Mimos y amor

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Nayeon estaba en su tercer mes de embarazo, lo mismo ocurría con Sana. Ambas seguían yendo una a trabajar y la otra a la universidad pero Tzuyu y Jeongyeon se preocupaban mucho por ellas e hicieron todo lo posible para hacerlas felices. Estando ambas embarazadas, las dos chicas se acercaron aún más, haciendo arreglos para ir juntas de compras para los niños cuando llegara el momento.

La estadounidense estaba acostada en su cama ese domingo por la tarde. 
Jeongyeon estaba escribiendo algo en su computadora portátil obviamente producida por Chim, y su prometida estaba bastante impaciente.

-Jeong, ¿terminaste?

-Casi.

-¿Qué estás haciendo?

-Estoy organizando una carpeta. Estoy... Estoy poniendo todas tus fotos en... Cada mes de embarazo.-Nayeon sonrió y se sentó. La barriga no se notaba mucho pero se notaba que había crecido. Envolvió sus brazos alrededor de la cintura de Jeongyeon y vio las fotos que su prometida le había tomado. Jeongyeon terminó de ordenar las fotos y apagó la computadora, colocándola en la mesa de noche. -¿Qué quieres hacer?- preguntó él finalmente mirándola a los ojos.

Nayeon empujó a Jeongyeon hacia abajo y apoya su cabeza en su pecho. -Solo quiero abrazarte un poco. No hemos hecho esto en mucho tiempo.

Jeongyeon comenzó a rascarle la cabeza a su prometida, quien cerró los ojos y se dejó llevar por las caricias de Jeongyeon, quedándose finalmente dormida. Se despertó después de aproximadamente una hora y miró hacia arriba, donde vio el rostro de su hermosa prometida, quien también acababa de despertar.

-¿Has dormido bien?- le preguntó Jeongyeon con su voz aún ronca, una de las características favoritas de Nayeon.

-Mh.- Ella asintió. -¿Tú? ¿Estabas incómoda?

Jeongyeon sonrió y sacudió la cabeza. -¿Qué hora es?- tomó el celular a su lado y vio que eran las siete. -Las siete en punto...

-Es temprano...- Una sonrisa se formó en los labios de Nayeon. -¿Quieres... Hacer algo?- Jeongyeon se despertó de repente. Nayeon se levantó y se sentó en Jeongyeon. -Hace tiempo que no lo hago... Te gusta cuando yo estoy a cargo, ¿no, baby?- Jeongyeon asintió excitada, esperando que la linda y costosa pijama de su prometida tocara su preciosa alfombra. Nayeon pareció leer sus pensamientos, de hecho se quitó la camiseta dejando al descubierto sus pechos con pezones rosados ​​ya erectos. Jeongyeon quería tocar pero ya sabía que cuando Nayeon dominaba, ella estaba a cargo. El ceo desabrochó la blusa de Jeongyeon y luego se la quitó, viendo los senos blancos y redondos de su novia. -¿Qué quieres que haga, baby? ¿Por qué no me lo dices?- susurró. Ese susurro hizo que Jeongyeon se excitara aún más y Nayeon lo sabía muy bien, por eso lo hacía a menudo.

-Quiero que me toques... Y que... Y que me hagas correrme dentro de ti.

-La última vez que me quedé embarazada.

-Pero es una cosa... Cosa bonita.

Nayeon sonrió. -Yo domino, mis reglas.- Tomó sus pechos entre sus manos y se llevó uno a la boca, mordisqueando el pezón, haciendo que la chica sintiera un enorme placer debajo de ella. Con el índice y el pulgar de la otra mano jugaba con el otro pezón. Sus gemidos eran música para sus oídos. Siguió un rato, hasta que se cansó y luego bajó con las manos al pantalón de la pijama que tenía un bulto fuera de lo común. -¿Qué quieres que haga, baby?

-Quiero... Me quitas los pantalones, mommy.

-¿Y entonces?

-Y luego... Quiero meterme dentro de ti.

-Describe lo que quieres, baby.- susurró una vez más.

-Quiero que... Me dejas entrar en ti y... Ir muy rápido. Entonces quiero oírte gritar mi nombre como yo grito el tuyo mientras va... Vamos cada vez más rápido. Quiero correrme dentro de ti y... Y luego tocarte y besarte.

-¿No eres un poco codiciosa, baby?

Nayeon le bajó los pantalones, comenzando a cumplir la primera voluntad de la chica. También le bajó las bragas de Calvin Klein que le había regalado por su cumpleaños y luego se bajó los pantalones y las bragas.

Jeongyeon hizo una sonrisa traviesa. -¿Ya monada para mí?

Nayeon frunció el ceño. -Callate.

Si había algo que odiaba era cuando Jeongyeon la avergonzaba porque, sí, Im Nayeon también se avergonzaba, especialmente cuando Jeongyeon hacía comentarios cuando estaban en la cama. La fotógrafa lo sabía muy bien y disfrutaba avergonzando a su bella novia.

Nayeon empujó el pene de Jeongyeon dentro de ella, instantáneamente haciendo que alcanzara su punto G mientras él se movía hacia arriba y hacia abajo, haciendo que sus senos se destaparan. Jeongyeon la miró encantada, con el deseo aún mayor de tocarla pero para todo hay un tiempo. La habitación se llenó de gemidos y, aunque les pareció infinito, no duró más de un minuto. La primera en correrse fue Jeongyeon, que estaba mucho más excitada que Nayeon. Como quería la fotógrafa, se corrió dentro de ella pero ahora ya no importaba. Nayeon se acostó junto a Jeongyeon y se mordió el labio inferior, recuperando el aliento. Jeongyeon abrazó a Nayeon y la cubrió con las mantas. Metió la cabeza en el hueco del pecho de su novia y le dio algunos besos aquí y allá, también lamiendo sus pezones erectos y excitados- ahora que ella está embarazada más de lo habitual. Se interrumpió cuando estuvo satisfecha y puso una mano en la mejilla de Nayeon, capturando sus labios e insertando su lengua en la boca de su prometida. La lengua de la fotógrafa acarició suavemente el interior de las mejillas de Nayeon y el ceo no pudo evitar corresponder con el mismo énfasis y amor. Cuando se separaron, Nayeon parecía haber estado en apnea. Jeongyeon volvió a meter la cabeza en el hueco del pecho de su novia y cerró los ojos, dejando que el calor emanara de sus cuerpos juntos hasta que se durmió de nuevo.

Extrañeca|2YEON|ESPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora