Capitulo 20

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Estaba en la bati-cueva igual que los últimos seis meses.
Era el día de Flash, y Cisco me había llamado dos veces. Para la noche Barry también me llamó. Pero no respondí.

Cuando Barry deshizo el equipo intenté hablar con él, varias veces, pero él simplemente no quería escucharme. Después de eso regresé a Gotham, arreglé algunos negocios, y no busqué a nadie de nuevo.

Un par de días, Caitlin llamó, pero igual no respondí.

Una ráfaga de aire entró en la cueva seguida por un rayo rojo

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Una ráfaga de aire entró en la cueva seguida por un rayo rojo.

—¿Qué haces aquí? —pregunté aún mirando las pantallas.

—Queria...

—¿Saber si estoy bien? Lo estoy. Puedes regresar a Ciudad Central, Flash.

Él se acercó y se recargó ligeramente del escritorio.

—Helena, yo...lo siento. No debí apartarte de ese modo, tu solo intentabas ayudar. Reuní al equipo de nuevo... me gustaría que volvieras.

En ese momento Jason salió del baño con una toalla amarrada a la cintura.

—Hey, ¿Hola?

—Hola —lo saludó Barry y le dió la mano— Barry Allen.

—Jason Todd —dijo y me miró— Yo...tengo una llamada que atender.

Jason subió las escaleras y Barry volvió su mirada hacía mí.
Sabía lo que estaba pensando, lo ví en sus ojos.

—Ahh, entiendo porque no respondiste mis llamadas.

—Barry, él no...

—No, no tienes que explicar nada, Helena. Pero te agradezco todo lo que hiciste por mi, y Ciudad Central siempre tendrá sus puertas abiertas para tí.

Puso una mano en mi hombro y luego se fue.
Enterré la cabeza entre las manos.

—Que discurso tan cursi —dijo Jason.

—¿Estabas oyendo?

—Solo un poco

Le lancé un batarang y claro lo esquivó.

—¿Ustedes eran novios?

Tardé en responder.

—No

—¿Pero sentían algo el uno por el otro?

—¿Vas a jugar a ser cupido, Jason?

—Es solo...la forma en que lo ves.

—Cállate, idiota.

Él se sentó a mi lado y me tomó de la mano.

—Sabes que Bruce querría que fueras feliz.

—Ser feliz no venía con el manual de la bati-familia.

—Bruce fue feliz —me recordó— Se casó con Diana, te tuvo a ti, adoptó a Dick, a mí y a Tim. Inténtalo, ¿Quieres?

—Te odio, Jason.

—Igualmente —dijo dándome un zape y se levantó— Me voy, tengo negocios que atender. Solo avísame si tengo que golpear a alguien, ¿De acuerdo?

Asentí y lo abracé.

—Cuidate, ¿De acuerdo?

—Tu igual, niña.

Había llegado a un caso pausado, un callejon sin salida.
Tal vez podría regresar a Ciudad Central.

Empaqué algunas cosas y me subí al Porsche negro.
Llegué a la ciudad en un par de horas, dejé mis cosas en la casa, y fuí a los laboratorios.

Entré en el cortex, y estaban Barry y Caitlin.

—Espero haber llegado a tiempo

Ambos voltearon a verme de inmediato.

—¡Helena! —dijo Cait y me abrazó.

—Hola

—Helena —saludó Barry, un poco distante.

—¿Podemos hablar?

Nos fuimos a una sala apartada.

—¿Qué sucede? —preguntó

—Debemos hablar sobre lo que sucedió en Gotham.

—¿Hablas del chico casi desnudo en tu casa?

—Si, eso. Hubiera deseado que te detuvieras a ver mejor. O que me dejaras hablar. Él es mi hermano, te hablé sobre él —dije mostrándole mi tatuaje— Él tiene la otra mitad.

—No tiene sentido, él es Todd, tu eres Wayne.

—Tu eres Allen y Iris es West.

—Tienes un buen punto... Entonces, ¿Estamos bien?

—Si, supongo.

The lightning huntress (Barry Allen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora