Capitulo 88

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Él puso sus manos en mis hombros.

Mi celular comenzó a vibrar, era la alerta de peligro de Joe.

Miré a Barry y desapareció.

—Hey, necesito transporte —me dijo Cisco palmeando mi hombro

—No soy Uber, Ramón

—Oh...me llamó "Ramón", mejor me voy

Dió la vuelta y caminó fuera del cortex. Unos minutos después regresó y se fue con Caitlin a su taller.

Estuve entrenando en el laboratorio de velocidad, mientras destrozaba un maniquí.

La cabeza rodó hasta que alguien la detuvo con el pie.

—Auch —dijo Barry— Me parece que alguien está enojada.

—No, solo necesito un trago...algo fuerte.

Él alzó las cejas y se sentó.

—¿Qué pasa?

—Anoche...hoy, pareces muy abrumada.

Me senté a su lado y suspiré.

—Siendo honesta...no me veía en Ciudad Central hoy.

—¿A qué te refieres?

—Esta Ciudad grita tu nombre a cada paso que doy...yo... quería irme de aquí.

—¿Irte?

Suspiré nuevamente.

—Las cosas...se complicaron demasiado. Cada día buscaba una señal de que todo iría bien, pero nunca la encontré. Todo cambió.

—¿En qué sentido?

—No quería seguir viviendo, Barry. Y todo el odio que sentía por esta absurda vida...

Él aguardó a que continuara.

—Volví a matar personas...iba a Gotham de vez en cuando para perder la razón...

Él inclinó la cabeza y exhaló.

—¿Por qué? —preguntó

—No puedo valorar la vida de los delincuentes cuando ni siquiera valoro la mía, y ahora que volviste... no sé quien soy... qué soy. Tengo miedo...de no ser lo que dejaste, de no ser lo que quieres o lo que necesitas.

Tomó mi mano y me jaló hacía él.

—Lamento decirte todo esto

—No, está bien. Quiero escucharte siempre que quieras hablar.

Se quedó callado por un largo minuto.

—Lo siento tanto, no tenía idea...parecias feliz de que hubiera regresado...

—Lo estoy, eres todo para mí, pero...no puedo dejar de pensar en que ya no soy la persona que dejaste. Me dejaste...—repetí— Perdí a los gemelos...todo mi mundo se vino abajo.

Tomó mi cara entre sus manos y me miró fijamente.

—Si sabes que no es que yo haya deseado dejarte, ¿Cierto? Tenía que hacerlo y... tenía miedo.

—Lo sé

—Quiero que sepas que mi amor por ti no ha cambiado, ni cambiará nunca —me aseguró— Y aquí estaré en cada paso que des. Sé quien quieras ser, no quien los demás quieren que seas, y eso me incluye.

Me dió un beso en la cabeza y nos quedamos en silencio por un par de segundos.

Amigos, los necesitamos arriba, ahora —interrumpió Cisco

The lightning huntress (Barry Allen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora