Capitulo 36

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Cisco se puso sus lentes.

—Bueno, Zoom. Podrás huir, pero no esconderte

Todos esperamos en silencio y él se quitó los lentes.

—Bien, escuchen. Están invadiendo mi espacio un poco. No puedo trabajar bajo presión, si pudieran retroceder un poco. Déjenme trabajar, mi magia. Gracias.

Todos retrocedimos unos pasos.

—Toma dos —dijo Cisco y se aclaró la garganta— Escucha, Zoom. Podrás huir, pero...

—Ramón, ¿Qué te pasa? —preguntó Harrison

—Sabes que, no lo sé —dijo Cisco y se quitó los lentes— Tal vez...perdí mis poderes.

Rodé los ojos y volteé a mirar al televisor, después de un par de segundos apareció alguien bastante familiar.

—Soy yo —dijo Barry

El Barry de la televisión seguía hablando hasta que Wells apagó la televisión.

—Tengo un plan —dijo Barry y desapareció.

Regresó unos segundos después con el Barry de la televisión.

—¿Qué acaba de pasar? —preguntó y volteó a mirar a Barry— ¿Quien eres tu? ¿Cómo

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—¿Qué acaba de pasar? —preguntó y volteó a mirar a Barry— ¿Quien eres tu? ¿Cómo... cómo... cómo...? ¿Por qué te ves como yo?

—Allen, ¿Qué estas haciendo? —preguntó Wells.

—Harrison Wells —murmuró el otro Barry y rió histérico— Eres Harrison Wells. No puede ser, ¿Estoy en laboratorios STAR? Oigan, no tengo idea de que está ocurriendo aquí, pero...siempre quise conocerlo. Su-su tesis en teoría de las cuerdas fue revolucionaria para mí, la mandé laminar para poder conservarla.

Harrison le lanzó un pequeño aparato a Barry y luego señaló al otro extremo de la habitación.

—¿Amor? ¿Qué haces aquí? —me preguntó el otro Barry con una sonrisa confundida.

—Gran historia, y eso de allá es arte

Barry le dió un electro shock al otro Barry y este cayó en una silla.

—¿Qué-qué estás haciendo? ¿Qué le hiciste? ¿Te convertiste en malo? —preguntó Cisco

—Relajate —lo tranquilizó Barry— Solo esta noqueado

—¿Y por qué lo trajiste aquí?

Me acerqué hasta él y le quité las gafas con delicadeza. Se las pasé a Barry y él se las puso.

—Puedo con esto —dijo sonriendo— Fácil

Sonreí también porque se veía demasiado tierno.

—¿Qué? —preguntó

—Nada —respondí

Barry se fue y me quedé con Cisco ayudándole a equilibrar sus gafas.

—¿Dónde está?

The lightning huntress (Barry Allen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora