Capitulo 104

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—¿Qué está sugiriendo?

—Que ya sea que lo sepa o no, ha estado cubriendo por años la cruda verdad del señor Allen —respondió el abogado

Las preguntas y sospechas por parte del otro abogado continuaron.

La sesión hizo una pausa y Cecile nos llevó aparte para hablar con ambos.

—Como era de esperar estamos en problemas —dijo Cecile— El testimonio de David nos dañó, pero aún tenemos opciones.

—¿Cuáles son? —quise saber

—Veré si Slader nos da un trato como acortar tu sentencia —ofreció Cecile— O podemos alegar que fue demencia.

—No, ambas opciones admiten que lo hice y no es así.

—Bien, entonces solo nos queda que tu testifiques —explicó Cecile

—Cecile, lo siento, no lo haré

—Toda la evidencia, cada pieza que hay, apunta a tí —le recordó— Si no estás dispuesto a defenderte, entonces es imposible ganar.

—No voy a testificar

—Dí la verdad

—¿Qué?

—Cuentales —inisistió Cecile— Revelales que eres Flash.

Barry suspiró.

—Barry, si la corte sabe que eres Flash, las cosas cambiaran.

Volvimos más tarde a la sesión, donde Marlize DeVoe había tomado lugar para testificar.

—Señora DeVoe, ¿Cuando fue que conoció al señor Allen? —preguntó el abogado

—El señor Allen se presentó en mi casa hace casi dos meses, dijo que estaba investigando a uno de los excompañeros de Clifford. Le aseguramos que no teníamos la información que buscaba, pero el señor Allen persistió en acosar a mi esposo —lloriqueó

Aclaré mi garganta y Marlize me dirigió una rápida mirada furiosa.

—¿Y qué hizo que solicitara la orden? —preguntó el abogado

—Mi esposo tiene... Tenía esclerosis avanzada. Casi siempre estaba sola con Clifford, pero viendo el comportamiento agresivo del señor Allen me sentí insegura, así que fuimos con las autoridades. Creímos que la demanda lo disuadiría y se iría, pero no lo hizo.

Marlize seguía con su teatro de la viuda temerosa y desamparada. Ralph y Joe entraron y le entregaron un sobre a Cecile.

—¿Podría describirle a la corte la última vez que vió a su esposo? —le preguntó el abogado

—Fue en navidad, Clifford quiso confrontar al señor Allen, esperaba que el espíritu navideño lo convencería de dejarnos en paz. Y yo... —su voz se quebró— Le pedí a Clifford que no fuera, pero a pesar de su enfermedad, Clifford insistía que era su deber como esposo, protegernos... Protegerme.

Suspiré una vez más.

—No quería vivir con miedo. Y... Y se fue... Desearía haberlo detenido, y pedirle que no lo hiciera, pero lo dejé ir —estalló en llanto

El abogado le extendió una pequeña servilleta.

—No hay más preguntas señoría

Él hombre volvió a su lugar y Cecile se levantó.

—Señoría quisiera ingresar la muestra F, en la evidencia —pidió ella

—Objeción, señoría, ¿Por qué no lo hicieron en la investigación? —preguntó el abogado

The lightning huntress (Barry Allen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora