Capitulo 102

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Barry y yo salimos a una playa por una semana para disfrutar de una merecida luna de miel.

Para cuando volvimos, las calles estaban decoradas esperando la navidad, y nuestra casa se encontraba abarrotada de decenas de regalos de bodas.

Ambos nos pasamos la mañana desenvolviendo cada uno de ellos.

—¿Por qué cubiertos? —pregunté abriendo uno de los últimos regalos— De verdad, ¿Alguien pudo haber mandado algo que no tenga que ver con la cocina?

—Genial, otro juego de cuchillos —informó Barry destapando uno— ¡No está completo!

—¿Qué?

Sacó el cuchillo de mango blanco de la caja y me lo mostró.

—Si, solo es un cuchillo —comentó confundido— Que extraño regalo

—¿Puedo verlo?

Me lo extendió y lo miré por unos segundos, para luego dejarlo en la caja nuevamente.

—Treinta tostadores —suspiró mirando la gran pila— Empezaré a recoger la basura

Terminó después de un par de minutos y se reunió conmigo en la habitación.

Pasó sus brazos alrededor de mi cintura y suspiró.

—Te amo, Helena Wayne

—También te amo

Dejó un beso en mi cuello y volvió a suspirar.

—¿Qué quieres cómo regalo de navidad? —pregunté— No tengo la menor idea

—Hay algo que quiero... Y no tenemos que esperar hasta navidad —susurró

Abrí los ojos y lo miré.

—Bien, pero en la noche tenemos que devolver los tostadores que nos llegaron de más.

Se acercó en dos pasos rápidos y puso sus labios cerca de mi oído.

—Tenemos todo el tiempo del mundo —susurró

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Ambos nos despertamos por la noche y salimos directo a devolver los tostadores.

—Esto era crédito de por vida —observé mientras leía el ticket— ¿Por qué Rory creyó que queríamos cuarenta tostadores?

—Dijo que había una gran rebaja —explicó Barry

Nos miramos al mismo tiempo.

—Los robó

—Si, definitivamente lo hizo —coincidió Barry

—Mira eso —le mostré unos gorros de navidad a juego

Tomó mi mano y al siguiente parpadeo un repentino disparo azul lo impactó. Salió volando unos metros sobre el aire y cayó sobre un auto.

—¡Barry!

Me acerqué, pero me dí la vuelta de inmediato para saber de dónde provenía el ataque.

DeVoe estaba sentado frente a mí en una silla flotante con aspecto futurista y mirándome con una sonrisa.

—Hola, Helena —saludó— Reciban mis felicitaciones por su boda.

Disparó contra mí, pero Barry me quitó del camino del impacto y me dejó unas cuadras lejos.

—¿Estás bien? —preguntó alarmado

Asentí con seguridad mientras observé que tenía el traje puesto.

—Quedate aquí

—¿Qué?

The lightning huntress (Barry Allen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora