Capitulo 11

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—Bueno, pues camino al búnker —dijo y luego hubo silencio, hasta que dijo— Oh, vaya

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—Bueno, pues camino al búnker —dijo y luego hubo silencio, hasta que dijo— Oh, vaya. Amo esta camiseta, la secadora la deshizo

—Cisco, concéntrate —le exigí

—Bueno, le hago pruebas al sistema de contención, los datos no tienen sentido. Los super capacitadores aún tienen carga completa. No hay ninguna razón por la que el hombre de amarillo pudiera escapar.

Pasaron un par de segundos más.

—No puede ser —dijo— Eso era un holograma. Nos engañó.

Su ritmo cardíaco comenzó a acelerarse.

—Oh,no. El doctor Wells está aquí

—Cisco, es solo un sueño, no puede herirte —le dijo Cait.

—Espero que tengas razón —dijo

Pasaron unos segundos.

—Eobard Thawne —susurró

—¿Thawne?, ¿Igual que Eddie? —preguntó el detective

—Esta confesando —dijo

—Cisco —lo llamó Barry

—El no quería asesinarla. Era a ti, Barry. Quería asesinarte a ti.

Su ritmo cardiaco comenzó a acelerarse.

—Su presión es de doscientos y su ritmo de ciento cuarenta y siete —dijo Cait— Pierde la función cerebral superior. Cisco vas a estar bien, es solo un sueño. Estarás bien.

—¡Su mano está vibrando! ¡Va a asesinarme!

—Ay, no. Tendrá un ataque —dijo Cait

—¡Saquenlo de ahí! —gritó Barry

—¡Ayúdenme!

—Caitlin

—¡Ayúdenme, por favor! ¡Ayúdenme!

Apagué el sistema y despertó.
Le pasé unas pastillas para prevenir un dolor de cabeza.

—Tranquilo, solo fue un sueño. Tranquilo —lo calmó Caitlin.

—Se sintió tan real —dijo con la respiración entrecortada.

—¿Barry? —lo llamó el detective West.

—Mi mamá, eso fue mi culpa —susurró

Alguien marcó al teléfono de Barry.

—¿Hola? —respondió

Se quedó pasmado.

—Doctor Wells —dijo cuando se recupero— Si, lo lamento, la señal no está funcionando bien —escuchó nuevamente— Bue-bueno, ¿Por qué? ¿Qué ocurre?

Puso el altavoz.

—¿Un incendio? ¿Dónde?

En la torre Brandford —respondió el doctor.

—Conozco el edificio, ahí trabaja la pareja del capitán —dijo el detective.

Barry titubeó un momento.

—Voy para allá —dijo y se fue.

Salí y me subí a la moto. Llegué hasta la torre en unos minutos.
Entré y llegué hasta el piso donde estaba Barry, ya había apagado el fuego.

Ayudé a algunas personas a salir y las llevé hasta el médico.

—Gracias —me dijo una señora.

—No, yo no hice nada.

—Tienes un gran corazón —fue lo último que dijo y los médicos la subieron a una camilla.

No es la clase de halago que se escucha en Gotham.

Me fuí a mi casa, y Barry fue a mi casa horas después.

—¿Hola?

—Hola, Helena —dijo

—Pasa

—Helena Wayne es Huntress —dijo viendo la casa por completo.

—Preferiria guardar el secreto

—Claro...no puedo creerlo.

—¿Te ofrezco algo?

—Espera, ¿Tienes una bati-cueva? ¿Igual que Batman?

Le indiqué con la cabeza que me siguiera.

Bajamos hasta la cueva, recién construída.

—Es increíble

Vió toda la cueva de arriba a abajo.

—¿Algún día podré ir en el bati-movil?

—Prefiero usar la moto, pero tal vez.

—Genial

—¿Qué te trae por aquí?

—Bueno quería pedirte dos cosas. La primera es que le pondremos una trampa al doctor, necesito que nos ayudes por si algo sale mal.

—Claro, ya sabes

Esperé a que hablara pero no continuó.

—¿Y la otra?

—Ahora que sé tu secreto, confío más en ti.

—No deberías

—Quiero hacerlo, pero mi propuesta es...¿Te gustaría unirte al equipo flash?

Le dí la mano.

—Puedo intentarlo, aunque no juego muy bien en equipo.

El miró el tatuaje que tenía en el brazo.

—Un murciélago —dijo sonriendo.

Era una mitad de murciélago de color rojo, la otra mitad la tenía el mismísimo Jason Todd, al cual ya no veía tan seguido.

Recuerdo el día en que no lo hicimos, papá nos castigó sin las motos por un mes. Era tan bueno tenerlos a ambos...

The lightning huntress (Barry Allen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora