Capitulo 87

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—Oh, oh

Saqué a las personas que había en el edificio y las puse a salvo con los policías.

—Ahora, ¿Dónde se metió ese hijo de...?

Un golpe por detrás me hizo estrellarme con el asfalto dejando un gran hueco.

Levantó su espada y la clavó en mi pierna. Lo único que hice fue apretar la mandíbula.

La sacó y apuntó a mi cabeza, la moví hacía un lado y su espada se enterró en el asfalto.

—Helena, ¿Estás bien? —preguntó Cisco por el comunicador

—De maravilla —respondí y pateé al Samurai— Hagamos esto en otro lado, ¿Te parece?

Lo tomé del cuello y lo llevé con dirección a las afueras de la ciudad. Apenas habíamos librado los edificios cuando me hizo una cortada en el brazo y me pateó a unos metros.

—Quiero a Flash

Saqué mi espada y la balanceé un poco.

—Si, yo también

Comenzamos a pelear con la espada, pero era bastante fuerte como para darme pelea.

Me hizo un rasguño en la cara con la espada y comenzó a sangrar, pero solo me reí.

—¿Esto te divierte?

—Apenas estoy calentando

Me lanzó una de sus espadas y la logré esquivar, pero no ví el siguiente golpe y quedé tirada sin poderme levantar y con la vista muy borrosa.

El Samurai atravesó su espada en mi hombro y me levantó.

Sacudí la cabeza en un intento de aclarar mi vista cuando de pronto, un rayo rojo pasó frente a mí y me quitó al Samurai de encima.

Me quité la espada y me levanté con dificultad.

A unos metros de mí, estaba el Samurai en el suelo y un Flash parado al lado.

—¿Barry? —pregunté acercándome despacio

Él se dió la vuelta y se quitó la máscara.

—¿De verdad eres tú?

Se acercó con una sonrisa hasta mí.

—Volviste

—Siempre

Tomó con delicadeza mi rostro y me besó con la calidez que hacía que olvidara incluso mi nombre.

—Te amo —susurré mientras una lágrima se deslizaba por mi mejilla

—Te amo de aquí al infinito —susurró y me abrazó con fuerza

Mi corazón latia como antes, sentía el aire en mis pulmones nuevamente. Sentía...que todo estaba bien ahora.

—¿Nos vamos?

Asentí.

Él desapareció, junto con el cuerpo del Samurai y me reuní con él en los laboratorios.

Para cuándo llegué, él ya estaba en la camilla con Caitlin haciéndole algunas revisiones.

—Las pupilas reaccionan igual ante la luz, tus signos son increíbles, estás en perfecto estado incluso para tí. Quiero tu muestra de orina solo para confirmar, pero todo luce genial —dijo Caitlin

—Te encanta la orina —dijo Cisco

Caitlin hizo mala cara

—Te encanta analizar la orina, hacer pruebas con ella, sabes a que me refiero.

The lightning huntress (Barry Allen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora