Reverso * YoonSeok *

Capítulo 38: verdad a medias

El siguiente mes fue bastante calmado. YoonGi estuvo ocupado con la universidad y el trabajo. Y en los ratos libres fingiendo estar en algo importante para evitar que el menor se acercara a él.

HoSeok no insistió mucho; nada en realidad. Había concluido muchas cosas de esa última conversación y estaba decidido a olvidarse del asunto; no porque fuera el tipo de persona que se rinde fácilmente sino, porque entendía cuando algo no era bien correspondido. Y lo respetaba. Ademas, tenía muy claro cuando debía alejarse de alguien por el bien de ambos y sobre todo por amor propio*. Y YoonGi era uno de esos casos.

Volvieron a la rutina de evadirse mutuamente y todo parecía estar en perfecta calma. Tanto que a veces daba un poco de miedo. Pues dice la premisa del pesimista que "después de la calma siempre llega la tormenta". Afortunadamente HoSeok no era nada pesimista.

El joven estaba ilusionado con otro asunto. Había desistido de tener cualquier tipo de relación con su hermano, especialmente si esta era en un sentido más romántico. Como prueba de ello retomó lo que había empezado con Jay park un chico sexy de ultimo año que llevaba un tiempo esperando por él.

HoSeok sentía que creció y maduro bastante esos días y que estaba listo para dar grandes pasos. Había tardado más que sus compañeros; pero hacia las cosas bien, a su manera, a su ritmo. Sin prisas y sin coacciones*.

Sin embargo, creía que no estaba del todo listo. Tenía todavía unas cuantas dudas y por desgracia solo había una persona que podía resolverlas; en realidad, había muchas personas a las que podía recurrir, pero ni loco le preguntaría a su mamá y a su padre mejor ni hablar, la señora Ota se escandalizaría igual que los profesores y por supuesto que no hablaría de sus inquietudes con sus compañeros. Necesitaba un profesional y, YoonGi ya le había dejado claro que tenía conocimiento del tema. Más del que HoSeok hubiera deseado, especialmente en la práctica porque en cuanto a teoría le alegraba que supiera de todo. Estaba sin opciones o eso quería creer. Tenía que buscarlo a él.

Se metió a la tina con agua tibia mientras estudiaba las preguntas que debía hacer. Descartaba unas y priorizaba las más importantes. "¿Tal vez deba anotarlas? No, claro que no. Le daría oportunidad para burlarse de mí". Estuvo allí tanto tiempo haciendo su ritual completo de baño, conversando con sí mismo y ensayando en voz baja lo que iba a decir que cuando salió del agua estaba arrugado como pasa.

Se rió de sí mismo y para sí mismo y se dispuso a hidratar su piel. Una vez que su segundo ritual sagrado estuvo completo entró al cuarto y se vistió con la ropa que había dejado lista sobre la cama. Todo esto frente al espejo disfrutando de la vista de su cuerpo. Le gustaba como era y estaba seguro que a Jay park también le gustaría, se lo había dicho en varias ocasiones y eso que no había visto lo que guardaba debajo de tanta ropa. De solo pensarlo se sonrojo y sus orejas se sintieron calientes.

Se dejó caer en la cama con dramatismo, tapando sus ojos con el antebrazo izquierdo; y mientras tanto pensaba en como seria ese momento a la vez que su mano diestra acariciaba la suave piel de su abdomen. Suspiró y tomó aire como si se llenara de valor y salió de su cuarto antes de que ese repentino ataque de valentía se esfumará.

Se paró frente a la puerta y observó la luz que salía por debajo de ella. ¿Estaba despierto? seguro que sí. Últimamente casi que pasaba la noche en vela, ese detalle le recordó que nunca en la vida, jamás, estudiaría medicina. No quería vivir como un alma en pena. Igual no tenía opción tampoco, lo que estudiaría había sido decidido mucho antes de venir al mundo. Él y Ji-woo a diferencia de YoonGi sí que estaban sujetos a las tradiciones familiares y en cuanto a su futura profesión no tenían posibilidad alguna de elegir.

Frotó sus manos como si las lavara, mordió su labio inconscientemente y golpeó la puerta suavemente aprovechando el valor y la necesidad que lo motivaban. Esperaba que se abriera en cualquier momento por lo cual, trataba de lucir lo más relajado posible; pero, nunca se abrió.