Capítulo 24: páginas grisáceas

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YoonGi llevaba ya un buen tiempo en esa casa y; aunque su relación con HoSeok no era la mejor del mundo, al menos se soportaban cada vez más.

Las cosas entre ellos eran muy básicas. Peleas por cualquier tontería y conversaciones breves, con un poco de todo, más que todo una buena dosis de sarcasmo y burla y un cierre constante con un bien replicado.

- Así que necesitas un médico solo por una pelea. Que flojo HoSeok - con ropa de cama oscura, descalzo y tirado en el sofá con las piernas cruzadas sobre la mesa, mientras no dejaba de ojear el periódico del día YoonGi resultaba todo un despojo de sujeto.

- Yo no lo pedí - HoSeok nunca pensó que a YoonGi le gustara leer el periódico, no parecía ese tipo de persona.

La verdad es que YoonGi no era precisamente fan de leer noticias. Sólo estaba buscando un mejor trabajo. Así que, últimamente echaba una mirada rápida a la sección de clasificados, antes de ir al trabajo de mierda como surtidor de supermercado que le había conseguido un viejo amigo, en el cual, hacía trabajos pesados, ganaba una miseria y que seguramente acabaría junto con la temporada navideña, cuando las ventas volvieran a un estado basal y no fuera necesario un empleado extra para llenar los huecos en las estanterías y cargar las pesadas cajas de la bodega.

- Tampoco lo rechazaste - no levantó la mirada de aquellas páginas grisáceas.

Hubo algo allí que captó especialmente su atención y no era exactamente el trabajo que buscaba.

- No me nació hacerlo. Un poco de preocupación nunca me viene mal. Además, el doctor Lee Ha Joon es muy amable - en realidad HoSeok pensaba que era muy guapo. Era interesante que se hiciera médico tan joven, parecía que no llegaba ni a los veintes o tal vez estaba muy bien conservado. Le gustaba la forma en que lo trataba, pero más que nada tenía una debilidad por esas manos de pianista, níveas, delicadas y suaves, siempre perfectas, con las que lo había examinado esa mañana en busca de cualquier signo de lesión grave que obviamente no tenía.

- ¿Y?

- ¿Hum...?

- ¿También tienes una costilla rota? - no podía creer que su padre le contara sus cosas a un completo desconocido, porque YoonGi seguía siendo eso para él. Un extraño con quien compartía residencia.

- No. Claro que no. - HoSeok tomó asiento en un mullido sofá lo más lejos posible. Que no tuviera nada grave no significaba que el dolor de su pierna no se incrementara al estar mucho tiempo de pie.

- No pensé que fueras tan agresivo HoSeok. Una cosa es dar unos buenos golpes; otra, romperle una costilla a otro.

- ¿Qué te pasa?

- ¿De qué? - YoonGi le dió una mirada de ojos caídos y fingió concentrarse en la lectura.

- Estas bastante hablador hoy.

- Tal vez. - sí que lo estaba, pero no iba a admitirlo.

- HoSeok - YoonGi elevó el periódico a la altura de su cara y lo sacudió para llamar su atención. - ¿Crees que esto se repita o debo enmarcar este periódico? -
HoSeok adivinando lo que ocurría, se apresuró hacia él y le arrancó el papel de las manos.

Resultó ser que lo que miraba el pálido con tanto ahínco no era otra cosa que una noticia de lo ocurrido el día anterior.

Cuando YoonGi se disponía a buscar la sección de empleos por accidente se cruzó con una foto que llamó su atención. Era HoSeok con su ropa de jugador de tenis poderoso, subido a horcajadas sobre un joven de unos 14 años que trataba de cubrirse el rostro mientras se preparaba para recibir un golpe de puño cerrado en la cara. Casualmente el chico se veía distorsionado mientras a HoSeok parecía que le habían hecho un estudio fotográfico para el que posaba como el matón mayor.

-¿Era necesario montarlo así o eso lo hiciste por fetiche? - el menor leyó el titular con el ceño fruncido "hijo del abogado Jung Geum-jae demuestra su intolerancia y falta de control al agredir físicamente a un compañero de curso".

Estaba molesto. No se creía que hubieran sacado una noticia de eso. Aparte ni lo llamaban por su nombre, resumían su existencia a ser el hijo de alguien y por si fuera poco en la foto se veía claramente mientras el idiota de Donggeon pasaba desapercibido. En definitiva, eran los reyes del amarillismo.

- Como sigas con eso - tensó la mandíbula - el titular de la próxima emisión será otro.

- ¿Ah sí? - YoonGi arqueo una ceja.

- Que tal asesinato en la mansión Jung - una sonrisa cómplice se deslizó entre sus labios - son tan amarillistas que no les importará poner una foto tuya destripado.

- ¿Es eso una amenaza?

- Tal vez - YoonGi había encontrado un nuevo entretenimiento favorito, joderle la existencia a su "hermanito" y sacar ese lado suyo que no parecía disgustarle.

- Bien - dijo al tiempo que bajaba los pies de la mesilla.

- Bien - replicó HoSeok dejando con un golpe seco aquel periódico desagradable sobre la mesa.

Reverso * YoonSeok * Donde viven las historias. Descúbrelo ahora