Capítulo 28: dulces sueños

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Cuando un grito desgarrador rompió el silencio de otra noche oscura. HoSeok abrió sus ojos de golpe, aterrado. Lee Sora corrió de nuevo, no importándole la puerta cerrada que la recibía al final del pasillo. Sólo deseaba estar cerca, quería ayudar, ayudarlo. Sin embargo, para su sorpresa y la del joven que observaba todo en silencio desde su cama tenuemente iluminada, por primera vez no choco contra un muro de ilusoria autosuficiencia.

Desde entonces estuvo siempre para su hijo, en sus días grises cuando amenazaban con volverse más oscuros, en sus noches de negrura infinita y al despertar de sus encarnadas pesadillas. Acompaño sus desvelos, y cuido sus sueños tranquilos. Desde ese día se le permitió amar a YoonGi como uno más de sus hijos y así lo quería ella, lo sentía tan suyo como a Hoseok y Ji-woo. Finalmente Sora se convirtió en la madre de ese joven pálido y callado que llego a su vida con la ropa oscura, la mirada gacha y el alma rota.

Cuando las noches eran difíciles se sentaba al lado de la cama y se ofrecía a acompañarlo. YoonGi afirmaba no necesitarla, su debilidad velada tras una máscara de fortaleza totalmente visible ante los ojos de una madre. Poco a poco fue cediendo hasta que con el tiempo y la necesidad de un joven de afecto permitieron a la señora Jung arroparse al lado de su hijo mayor, estaba con el siempre que una noche se hacía imposible de soportar y las pesadillas difíciles de olvidar, allí en la complicidad de la noche aquel joven huérfano encontraba una madre, la misma que con voz melodiosa cantaba canciones ridículas hasta que su pequeño dormía de nuevo. Un sueño ligero difícil de alcanzar, pero al fin y al cabo un dulce sueño.

HoSeok observaba en silencio. Él no quería un hermano, pero era un buen chico y esas noches de pesadilla y terrores nocturnos eran de las pocas ocasiones en las cuales no podía evitar sentir empatía por YoonGi. Al sentir su corazón arrugarse con el dolor ajeno pensaba que tal vez, solo tal vez le hubiera agarrado algo de cariño.

No era fácil aceptar que un aparecido tomara parte de lo que era suyo, pero él no era malo y egoísta, solo estaba celoso.

A medida que pasaba el tiempo todo estaba encajando, cómo piezas de un rompecabezas. Los chicos no tenían la mejor relación, la verdad peleaban todo el tiempo, pero era su forma de aceptarse y adaptarse.

Ji-woo por su parte amaba a su hermano mayor. YoonGi desde antes se había convertido en una parte esencial en su vida, su soporte, su roble, su todo. Amaba a HoSeok por supuesto, todos lo hacían, era inevitable. Pero eran muy diferentes y YoonGi era su hermano mayor, que la cuidaba y defendía, pero también que la consentía más que nadie.

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No sabía si subir este capítulo o no pero, ya estaba casi que escrito entonces ni modo.

He estado leyendo. Amo leer y amo las recomendaciones de Nam (la metamorfosis, almendra y ahí vamos por Demian y la biblioteca de media noche) así que aprovechen navidad y lean un montón.

Leer es vivir y necesitamos seguir vivos.

Reverso * YoonSeok * Donde viven las historias. Descúbrelo ahora