Capítulo 1: Mierda

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YoonGi sentado en el lugar de acusado tiene claro que ganará este juicio. Y no precisamente por su inocencia. Sino, porque es lo que él quiere que ocurra, aún le resulta útil y necesita que conserve su tarjeta profesional; además, no puede arriesgarse, requiere tenerle de su lado. El joven Min implica un peligro que no está dispuesto a asumir. No ahora, cuando puede afectar su reciente relación con la Yakusa*.

Todavía desconoce qué tanta información tiene YoonGi en su poder y esa incógnita ha sido su seguro de vida. Aunque, aparentemente le valga una mierda continuar viviendo.

Lo cierto, es que sí que tiene algo, o mejor dicho alguien que vale mucho la pena y esa parece ser la razón por la cual el médico más respetado y prestigioso del país ocupa el sillón de acusado en un tribunal de la gran metrópolis de Seúl.

Tiene certeza de salir impune o eso es lo que cree hasta segundos después, cuando en la sala se anuncia al juez a cargo del caso. Jung HoSeok.

El solo nombre hace que a YoonGi se le hiele la sangre. Luce mucho más pálido de lo normal y su corazón se permite una extrasístole, sus manos sudan y la mirada apunta al suelo, fija en un punto inexistente, viendo a la nada.

Sabe que está perdido y lo confirma cuando escucha los murmullos de sus abogados:

- Es Jung HoSeok. - Mierda ¿Por qué esta el aquí? - Pensé que era otro el juez a cargo - ¿Qué mierda hacemos ahora? - ¿Un cambio de última hora?...

Y como si no fuera un imposible, YoonGi palidece aún más.

Los susurros contribuyen a aumentar la tensión y tiene la extraña necesidad de salir corriendo y devolver todo el contenido gastrointestinal. Pero, no es algo que pueda permitirse.

Una sensación que no identifica como culpa lancina su pecho y es plenamente conciente de que no tiene oportunidad alguna.

Por supuesto que sabe quién es el juez. Todos en el lugar lo conocen, es más, toda Corea sabe de él.

Como ráfagas de viento, frías y distantes, pasan por su mente imágenes de titulares en periódicos e incluso cortos en noticieros locales donde se le atribuye al joven ser implacable, se le reconoce como justo e intachable. YoonGi lo sabe mejor que nadie, y es eso lo que más le preocupa. Le conoce de antaño y no le dará tregua alguna. No después de lo ocurrido años atrás, no ahora cuando esta tan vulnerable.

No quiere levantar la cara del suelo. Está perdido antes de siquiera haber empezado. Piensa en Tae y en lo difícil que será verle de ahora en adelante. Su vista se nubla un poco y trata de mirar a cualquier punto que no sea al frente, trata de calmar el torbellino de emociones que amenazan con derrumbarlo, y sobre todo trata de disimular su patético estado. Y lo consigue, de hecho lo hace perfectamente, no hay duda de ello.

Sin embargo, en su intento por esquivar la mirada de quien será su verdugo, un brutus lapsus hace lo suyo. Sus ojos oscuros pero vidriosos terminan posándose en un joven esbelto, de expresión dura que luce una túnica en casimir negra que lo hace ver aún más mordaz. El mismo que le devuelve una mirada de desprecio que lo envía al mismísimo infierno.

No se sorprende de lo poco que ha cambiado. Aunque es ahora más alto que él y en ese preciso instante podría decir que más seguro también.

Camina recto y pausado, con aires de suficiencia y mira por encima del hombro mientras los presentes se ponen de pie para mostrar respeto.

- Mierda YoonGi - masculla uno de sus abogado - las cosas se nos han puesto difícil.

- ¿Ah sí? - Pregunta, mientras en su mente la palabra mierda y mil veces mierda se repite sin final.

Reverso * YoonSeok * Donde viven las historias. Descúbrelo ahora