Años después:
Evidentemente los consejos de la señora Ota no fueron ni serian escuchados. Los hijos varones de los Jung hicieron todo lo contrario. Se dejaron seducir por ese inusual primer amor, un amor clandestino y venenoso, un delito a los ojos del mundo y esa como ella imaginó sería su perdición.
Vivieron su época dorada colmada de conversaciones, juegos y pasiones. Con noches cargadas de horas de estudios y recompensas exquisitas, donde ambos fueron un aliciente para la formación del otro. Compartieron tardes de libros con lecturas silenciosas y en voz alta, así mismo disfrutaron de mañanas de chocolate espumoso acompañadas con música o arropados bajo las mantas.
Al menos así fue hasta que Jiwoo le recodó a HoSeok sus sospechas previas respecto a YoonGi y su origen. Como nunca había dejado de ser una entrometida terminó escuchando cosas que no debía escuchar y coincidió después de años sin pensar en ello que efectivamente un gran misterio cobijaba la repentina adopción de su hermano mayor.
HoSeok que tampoco dejaba de ser comenzó a sobrepensar las cosas. Actuó en consecuencia y marcó distancia. No aceptaba las caricias de YoonGi y se negaba a tener cualquier contacto sexual con él, incluso llego a fingir clases extra con tal de evitar su tentadora presencia.
Esa conversación con su hermana hizo que empezara a cuestionar su insana relación. De nuevo todo lo que tenía que ver con su Hyung se le antojaba raro, confuso y desafortunadamente incierto.
- Esto está mal - reconoció una noche cuando después de cenar YoonGi lo secuestró en la cocina arrastrándolo a la parte más oscura del jardín para finalmente poner las cartas sobre la mesa. No estaba conforme con esa nueva actitud y exigía razón de lo que estaba ocurriendo.
- ¿Quién lo dice? - cuestionó el mayor incomodo mientras ponía una mueca de desaprobación y presionaba el cuerpo ajeno contra la fachada bien cuidada, colocando una pierna entre las del menor acorralándolo y manteniendo los brazos a cada lado para evitar su huida.
HoSeok no era un tipo que huyera de los problemas o evitara enfrentarlos. Se consideraba otra clase de cobarde. Quería explicar sus motivos, pero necesitaba tiempo, tiempo para estar seguro de no equivocarse y sobre todo para no desatar una tormenta de un vaso de agua.
- Es obvio... - el menor se removió incomodo tratando de resistir la cercanía - somos hermanos - había duda en su voz, no tenía certeza de hecho y esperaba equivocarse, era lo que más deseaba en el mundo.
Necesitaba poder aceptar esos sentimientos que lo arrollaban sin remordimiento alguno.
- No lo somos - una mano suave y fría acaricio la mejilla del menor quien trato de ocultar su cara y alejarse, cosa que solo pudo hacer desviando la mirada hacia el suelo.
HoSeok guardo silencio, a diferencia de YoonGi tenía una sospecha. Una para nada descabellada sospecha: eran literalmente hermanos, medios hermanos en realidad, y ese hecho, aunque no quisiera admitirlo los convertía en unos incestuosos.
- ¿Cómo sabes que no lo somos? - contrataco cuando el mayor con un ligero movimiento de la mano le obligó a darle la cara.
- No seas tonto HoSeok, eso es absurdo.
El menor no quería crear cizaña, no pretendía sembrar dudas respecto a su madre y su padre, pero no podía entender como YoonGi con lo listo que era no dudaba ni por un instante de esa relación empleada jefe tan cercana y misteriosa. ¿Acaso estaba al tanto de algo que él no? Sacudió la cabeza en un vago intento por disipar esas ideas.
- La sociedad no lo ve con buenos ojos - reconoció con un tinte de vergüenza - estuve leyendo. - algo le decía que no se equivocaba y daba por hecho que había cometido un grave error.
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Reverso * YoonSeok *
FanfictionDonde YoonGi es un médico sin escrúpulos y HoSeok un juez bastante escrúpuloso. Ambos comparten un pasado que creían haber dejado atrás pero el destino y una mala situación los pone de nuevo cara a cara.