Tras la muerte de Lee Ji-eun el señor Jung llevó a YoonGi a un servicio de salud. El chico estaba en mal estado general, además, considerando que no todos los días un joven de 16 años encuentra a su madre suicida en la bañera decidieron remitirlo a un centro de atención especializada.
En el psiquiátrico las cosas no fueron fáciles. El pálido estuvo internado más de dos meses. Llego con un evidente mutismo y la mirada pérdida. Los médicos con esfuerzo y percevetancia, poco a poco consiguieron que hablara. Aunque no decía mayor cosa. Era evasivo y cortante. Era difícil saber si era una conducta nueva o siempre había sido así. La única persona que lo conocía bien era precisamente la causa de que estuviera en ese lugar.
El mayor temor para todos, era que el joven quisiera seguir los pasos de su madre. Pero eso nunca paso. YoonGi nunca pensó en lastimarse a sí mismo, en realidad parecía no pensar en nada. Su mente la mayor parte del tiempo estaba en blanco, vacía. Excepto cuando dormía que se teñía de un doloroso rojo.
Debido a su estado de salud mental y su evidente inestabilidad no pudo asistir al funeral de su madre.
Después de 20 días de estar allí y tras una indudable mejoría el señor Jung solicito un permiso especial de salida. Siendo la persona importante que era no se atrevieron a negárselo. Esa tarde fueron a comer algo, el señor Jung hablo mientras YoonGi escuchaba y asentía de vez en cuando. Más tarde lo llevo a la tumba de Ji-eun.
Contrario a lo esperado YoonGi se mostró inmutable, no lloro ni mostro mayor emoción, permaneció en silencio con una mirada que más que tristeza transmitía desprecio. El enojo era ahora su escudo, como una máscara hecha a la medida.
De regreso el joven no pronuncio palabra alguna y al llegar al lugar agradeció como es debido y lo más rápido posible bajo del auto y se dirigió a su habitación. Afortunadamente no debía compartirla con nadie a excepción de ese estudiante de psicología que siempre que estaba de ronda iba a visitarle y siendo viernes en la tarde no era raro que el aludido estuviera invadiendo su espacio.
- Hola YoonGi. Me alegra poder verte ¿cómo has estado? - el pálido se sentó en el sofá ignorando por completo al intruso - Bien, no tienes que responder solo quiero que sepas que cualquier cosa que quieras contarme puedes decírmelo. Yo... en verdad quiero ser tu amigo.
- No necesito amigos - por primera vez el joven le respondió. - el moreno estaba tan sorprendido que hizo un movimiento brusco y sin querer golpeo la cama con la pierna.
- Auch - YoonGi medio sonrió, más parecía una mueca que una sonrisa.
El estudiante era bastante torpe, lo había notado hace tiempo, pero esta vez algo era diferente, al menos podía burlarse un poco.
- ¿Te resulto divertido? - no hubo respuesta - ahí está de nuevo ese mutismo por oposición. Pero es como eres, no me importa, solo quiero que hablemos un poco o yo hablar, claro.
- ¡Joven! - la enfermera encargada se dirigió al mayor con reproche, levantó las cejas y lo miró fijamente.
- ¿Si?
- Le he dicho que no moleste a mis pacientes.
- Lo siento, ya me voy. Aunque no los molesto ¿verdad YoonGi?
- Si lo hace. Habla de mas - su voz era áspera.
La enfermera sonrió complacida, nunca había escuchado la voz del menor.
- ¡Tú! vete y no quiero que sigas importunando - le guiñó un ojo en señal de complicidad y el moreno entendió al instante.
La visita de YoonGi a su difunta madre no tuvo un efecto negativo. En realidad, no parecía tener ningún impacto en el.
El joven continúo hablando lo necesario y su estado de ánimo fue bastante plano, no parecía tener cambios marcados.
A excepción de los repentinos ataques de ira que le daban de cuando en cuando, todo permaneció igual incluidas las visitas del estudiante torpe al que YoonGi trataba de forma hostil (en realidad asi era con todos) aunque en el fondo había empezado a apreciarlo y agradecer su presencia y terquedad, después de todo había hecho más fácil su estancia en ese lugar.
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Reverso * YoonSeok *
FanfictionDonde YoonGi es un médico sin escrúpulos y HoSeok un juez bastante escrúpuloso. Ambos comparten un pasado que creían haber dejado atrás pero el destino y una mala situación los pone de nuevo cara a cara.