Segunda parte Capítulo 59: Traición

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Un par de semanas después, una tarde cuando YoonGi entró a la oficina de su padre le encontró descolocado. Tenía un vaso con vodka en una mano y en la otra sujetaba una carta mientras caminaba ansioso por el lugar. Ardía de rabia, lo cual era todo un evento considerando la actitud serena que siempre le había caracterizado.

YoonGi estaba al tanto del contenido de esas líneas, días antes había ojeado ese y otros papeles, igual o más importantes. No era un tonto y ser la mano derecha de su padre le daba acceso a cierta información que no pudo ni podría pasar por alto.

Su mirada fue del señor Jung al cenicero, podía imaginar cuan nervioso estaba calculando la cantidad de puros que debió fumar para llenar casi al tope aquel recipiente y es que no era para menos.

- Mis hijos no son un puto negocio - arrugó un papel en sus manos y lo arrojó al basurero furioso.

Fue la única vez que YoonGi le escucho decir una mala palabra.

- ¿Qué pasa padre? - conocía de sobra a lo que se enfrentaría, pero su padre no podía sospecharlo, por eso se mostró consternado ante él. Como si no supiera a que se debía esa actitud suya tan impropia, como si no hubiera empezado a acomodar piezas y hacer las primeras jugadas con cierta anterioridad.

El señor Jung nunca estaría de acuerdo con un matrimonio arreglado. Era un tipo autentico, centrado y fiel a sus ideales. No daría brazo a torcer. YoonGi sabia eso, lo conocía mejor que nadie. No por nada se había convertido en su empleado de confianza.

Un empleado que había aprovechado su posición para husmear y meter mano en asuntos que no eran parte de su responsabilidad. Alguien que no sentía remordimiento alguno de fallar a su padre. Después de todo, no era la única vez que el exceso de confianza jugaba en contra del señor Jung, esa cualidad o según YoonGi defecto era lo que los había conducido a la situación en la que se encontraban.

La pieza gorda del tablero estaba en jaque y eso ponía en riesgo a las demás. Afortunadamente el rey del juego tenía una reina que sabía qué hacer y cómo hacerlo y un caballo que se movía sigiloso entre los cuadros blancos y negros; obligando al contrincante a hacer movimientos poco favorables, haciéndolo creer que tenía todo bajo su control y saltando sobre algunas de las piezas que consideraba menos importantes, piezas que no eran más que el medio para un fin, su fin.

El señor Jung era un hombre honesto e íntegro. Creía en el beneficio de la duda y el honor de las personas. Parecía ingenuo y fácil de engañar, pero era bastante inteligente, con fe en los demás, pero muy capaz y astuto.

Su personalidad, bajo perfil y posición económica habían mantenido a la familia protegida por mucho tiempo, pero eso estaba por cambiar, las aguas empezaban a agitarse y la tormenta que había dejado atrás Lee Ji-eun podría alcanzarlos en cualquier momento.

Lo ocurrido no podía ser otra cosa que una señal de que las cosas no podían seguir siendo de esa forma y YoonGi sería el encargado del cambio. El joven estaba convencido de eso. Él mismo había debido cambiar por su bien y el de la familia porque "la familia es primero".

Su mirada viajó de su padre ansioso, a la papelera y luego de nuevo a su padre, a sus ojos oscuros y profundos que trasmitían preocupación, a su vaso on the rocks y finalmente al cenicero. Tragó el nudo en su garganta y permitió que fragmentos de conversaciones con la reina negra se tomaran su mente:

- Tu carácter no es bueno para un Min

- ¿A qué se refiere?

- Hay cosas que es mejor no saber, pero hay cosas que es mejor dejar de ser.

- Es usted muy rara señora Ota.

- Créeme muchacho. La sangre de los Min recorre tus venas y eso no es bueno de ninguna forma. Hay líneas sanguíneas malditas y la tuya es una de esa, tu apellido está manchado. Tu madre es prueba de ello.

Reverso * YoonSeok * Donde viven las historias. Descúbrelo ahora