Capítulo 22: rumores

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Desde lo ocurrido entre Gyeong-hui y YoonGi ciertos rumores se esparcieron en el instituto. La mayoría de los compañeros de curso, amigos y no amigos de HoSeok, sabían que tenía un hermano que nunca mencionó. También sabían que era muy guapo. Piel pálida, ojos oscuros y profundos, labios carnosos y sonrisa de encías que lo hacía incluso tierno y contrastaba a la perfección con un aura de chico malo e inalcanzable que exaltaba una actitud fría y distante. Y como no, sabían, además, lo ocurrido con su compañera, pues fue ella misma quien se encargó de incitar esos rumores.

Los hermanos Jung no eran dos; sino tres y, aunque todos estaban bien hechos, llamaba la atención que el mayor no se parecía mucho a los otros y sobretodo que estaba de puta madre, tanto por su aspecto físico de dios griego como por su coquetería y según había dicho Gyeong-hui por la forma en la que podía usar su lengua durante los besos. Era toda una sensación.

Muchos morían por conocerle y si era posible comprobar la información que circulaba por los pasillos. De ahí que en esos días fueron más seguidamente a la casa Jung, pero no tuvieron suerte. YoonGi nunca estuvo en casa y si estaba parecía no hacerlo, porque la puerta aledaña a la de HoSeok, siempre estaba cerrada y no salía un solo ruido de su interior.

El pálido había encontrado uno o dos trabajos. Como probablemente ingresaría a la universidad, debió encargarse el mismo de ciertas cosas. Así era él y esa era su forma irrefutable de vivir la vida. No quería ser un descarado y aprovecharse del señor Jung, por eso salía de casa temprano y volvía bastante tarde, exhausto, pero con algo de dinero para empezar su propio ahorro. De ahí que nunca estuviera o estuviera descansando.

Algunos hasta empezaron a dudar de su existencia, pero se quedaron con la duda. No podían simplemente preguntarle a HoSeok, no se atrevían a ser indiscretos y menos a hacerlo enojar. Si era cierto sus razones tendría para no hablar de ello o al menos era la forma en que lo veían aquellos que mejor lo conocían.

HoSeok no era tonto, no tardo en notar los susurros al pasar y los abruptos silencios al llegar. Cómo siempre, no le importo, estaba acostumbrado a que hablaran de él. "Que hablen mal de uno es espantoso, pero hay algo peor: que no hablen"* por eso, incluso lo disfrutaba o eso hacía hasta que se percató que en realidad no era él el dueño de esas críticas sino YoonGi.

🌻🐈‍⬛

El castaño acostumbraba ir al club tres o cuatro veces por semana para practicar algo de tenis, su deporte favorito. Siendo mitad de semana, aprovechando que no tenía muchas actividades extras pudo pasar toda la tarde allí.

Tras una buena ronda de diversión y ejercicio HoSeok caminó jadeante a la banca.

Como hacía siempre se dispuso a organizar su morral raquetero como a él le gustaba "un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar" *. Al terminar, se agachó a amarrar uno de los lazos desatados de sus zapatos, antes blancos, ahora terriblemente manchados de arcillap, soltó un chasquido molesto, odiaba estar sucio y odiaba que los alrededores de la cancha no fueran también de césped artificial.

No alcanzó a hacer el nudo, cuando una sombra oscureció su panorama. Levantó la mirada para encontrarse con una presencia que le resultó bastante desagradable.

Donggeon, su amigo de infancia que por un mal entendido acabó convirtiéndose en su mejor rival.
HoSeok cometió un error que se reprocharía hasta el final de sus días y Donggeon no supo asimilarlo. En lugar de actuar con madurez había ridiculizado a HoSeok. Decidió que era un maricon amanerado a quien nunca más podría llamar amigo. Y, terminó como no convirtiéndose en un cabrón homofóbico y desagradable, el tipo de persona que nadie queria.

La mayoría de las veces que se encontraban, el castaño pasaba de él, aunque, en el fondo le dolía. Donggeon; en cambio, aprovechaba la más mínima oportunidad para molestarle. Y esta no sería la excepción. Nada bueno saldría de ese encuentro.

Reverso * YoonSeok * Donde viven las historias. Descúbrelo ahora