Capítulo 5: "te falta odio"

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En casa de la familia Jung todo transcurre en calma. De puertas para afuera se perfilan como el ideal de familia perfecta; nadie diría que su realidad es otra. Una familia con un pasado defectivo y un presente peor, con muchos secretos y bastante disfuncional.

YoonGi recibe el día con una resaca terrible, con recuerdos de una conversación en el estudio y no precisamente con su madre. El olor a polvo invade sus fosas nasales y la luz del sol se filtra por las rendijas de la persiana mal cerrada, tal vez lo único que no está como lo dejó. Sin más, se dirige al cuarto de huéspedes con la excusa de tomar una ducha. En realidad, no quiere que nadie se entere de dónde pasó la noche.

Al entrar repara la ropa que yace sobre la cama, un pijama que no uso y ropa de día. Definitivamente su madre creé que sigue siendo un jovencito. El conjunto deportivo negro que eligió es parte de la ropa que usaba cuando rondaba los 19 años. Afortunadamente y por alguna razón que no le importa, huele a limpio, el olor a lavanda es agradable, nada que ver con el aroma del cuarto donde despertó.

Al salir de la ducha, como escasas veces ocurre, se siente afortunado por su estatura. Agradece que su cuerpo no ha cambiado  mucho, de otra forma no hubiera conseguido entrar en esa ropa o simplemente luciría ridículo. Omite el gorro gris que antes hacía parte de ese aufit. Y, suelta un bufido.  Ciertamente su madre piensa que no ha crecido en esos años fuera.

🐈‍⬛🌻

Ji-woo está radiante como siempre, la noche de perros que pasó es solo un mal recuerdo.  Físicamente es una versión femenina de HoSeok, el parecido entre ellos es innegable; pero adquirido o heredado su temperamento es fuerte y resiliente, su esencia es más como la de YoonGi. Ella es una combinación tangible de sus hermanos mayores.

Y, HoSeok listo para ir a su trabajo, se ve jodidamente bien con aquel traje gris y el cabello indeciso, medio peinado hacia atrás y medio cayendo en su frente.

Para deleite de Sora, el desayuno es todo paz y armonía, nadie menciona lo ocurrido un día antes, ni las razones por las cuales todo se ha vuelto tan complicado en esa casa. Sin embargo, la tensión puede sentirse en el aire. Solamente una persona parece estar a gusto con todo esto, pero, claramente no es el común denominador.

Es de esperar que esa fingida tranquilidad no duré mucho, no cuando en la casa de los Jung se encuentran dos terremotos juntos.

Una vez terminado el "acto" YoonGi que no pierde algunas costumbres se retira de la mesa. Desde siempre debían recoger lo que quedaba después de cada comida como muestra de agradecimiento y también como un pequeño aporte al hogar, su padre lo llamaba un ápice de corresponsabilidad y reconocimiento. No era la gran cosa, pero la intención era noble. Aunque para YoonGi era el momento de jugar al mago, era costumbre suya desaparecer y así lo hizo. En silencio y sigilosamente se esfumó.

Un YoonGi falsamente relajado, divisa el paisaje mientras se recarga en la blanca pared de la terraza. Escucha unos pasos acercarse y no se sorprende cuando su hermana termina por  encontrarlo. YoonGi amaba ir allí a mirar el jardín, era una vista agradable con un paisaje como de escritorio, sin mencionar las corrientes de aire refrescantes y la soledad, algo que el joven ha aprendido a apreciar.

Retomando sus viejos hábitos, YoonGi pone un cigarrillo en su boca mientras juega con el encendedor. Nunca lo fuma realmente, solo lo usa como una distracción que le permite relajarse. Es agradable el sonido de prende... apaga, un tic...tac que silencia su mente hiperactiva.

- Sigues huyendo cuando algo no te gusta.

- No tenía que quedarme. No necesito ese gesto para mostrar mi gratitud; además, seis manos son más que suficientes.

- Si tú lo dices. - Ji-woo repara a su hermano con una ceja alzada y una mueca de censura - ¿Cómo es que aún te queda esa ropa?

- ¿Que te hace pensar que lo sé?

- No pensé que un asesino pudiera lucir tan... ¿inofensivo?

- Que no te engañen las apariencias - es realmente espeluznante lo amenazante que puede sonar esa voz, cualquiera se estremecería al escucharlo, pero Ji-woo no es cualquiera.

- Contigo eso es todo, apariencias. Por eso nos dejaste, por eso no te importó nada. Se suponía que éramos tu familia y la familia es primero. ¿Y para qué? Mírate ahora ¿De qué ha servido todo lo que has hecho, si te has convertido en ... - piensa en la palabra correcta para describir lo que para ella es ahora el hombre que tiene en frente, ese que un día fue su ideal a seguir, y el mismo que amó como al mejor hermano del mundo - un monstruo.

YoonGi rueda los ojos. Esta dispuesto a dejarlo pasar, por su madre, por su padre y porque la menor no tiene idea de nada, no se imagina siquiera lo que ha llegado a hacer y mucho menos las razones que motivan sus actos.

- Y estas aquí como si nada. Involucrándonos en tus mierdas.
Acabando con lo que esta familia ha logrado construir y no precisamente con tu ayuda.

- House of cards - murmura el mayor mientras deja caer el cigarrillo nunca encendido de entre sus labios y lo pisa. Una casa de cartas, eso es lo que él cree que han construido, una que en cualquier momento puede derrumbarse. Una débil, dañina y peligrosa casa de cartas.

La joven lo mira y se pregunta "¿Cómo alguien puede ser tan diferente, pero a la vez seguir siendo el mismo de siempre?"

- ¿Siquiera pensaste en él? ¿Pensaste en Taehyung cuando actuabas como un maldito imbécil? - sus manos presionan furiosas contra el pecho firme de YoonGi, empujándolo - ¿Puede alguien como él amarte si sabe que no eres más que un asesino?

- No me jodas Ji-woo. - con brusquedad aparta esas pequeñas manos que descansan sobre el.

- Creo que no, no lo haría. Nadie puede amar a un monstruo. - frota sus manos entre sí como si acabará de tocar alguna suciedad.

- Te falta odio* - responde YoonGi.

- Al menos no me faltó amor - Y YoonGi siente un tirón en su pecho. Permanece en silencio mientras la joven sabe que ha tocado un punto bastante sensible. Ha dado justo en el blanco y decide retirarse siendo consciente de que ha ganado esta batalla. Camina orgullosa, soberana, llevándose el mundo a su paso, con la victoria dibujando su sonrisa.

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* Te falta odio: ok, solo diré que los hermanos del clan Uchiha están mamadisimos.

Reverso * YoonSeok * Donde viven las historias. Descúbrelo ahora