Capítulo 37: ¿te gusto?

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YoonGi estudiaba para un parcial. Ya había estudiado lo suficiente en su cuarto así que fue a la terraza para dar la última repasada del tema en un ambiente más amigable.

Estaba de buen humor. Cuanto más leía más se daba cuenta de lo bien que había estudiado. El clima parecía mandado a hacer, era un día fresco, con vientos enérgicos, de esos inquietos que doblan árboles, levantan faldas y se llevan sombrillas* pero con un sol brillante que daba una hermosa vista del siempre hermoso paisaje. Además, la señora Ota en persona se había tomado la molestia de ir a ofrecerle una merienda que por supuesto no podía rechazar.

Estaba tan concentrado en la lectura que cuando lo ofrecido llegó a su mesa, no se percató de su presencia hasta un instante después, cuando un cuerpo cálido se sentó a su lado haciendo hundir el sillón con su peso.

- Te vi la otra noche. En la terraza con Su-ran nuna* – dijo HoSeok comiendo su propio algo*. 

Durante la velada anterior, el menor se preocupó cuando no encontró a YoonGi en el salón.  Sabía que cualquier persona normal se inquietaría por los comentarios y susurros mal intencionados y que hubiera salido de allí sin decir nada a nadie le dejaba un desagradable y persistente mal sabor de boca.  Por eso, aprovechó el menor descuido para escabullirse sigilosamente. Sabía dónde encontrarlo, pero no adivino como lo encontraría. Pensó que el en su lugar estaría llorando y que YoonGi siendo como era, probablemente estaría golpeando cualquier cosa para canalizar su disgusto.  Sin embargo, al llegar al lugar vio al pálido aferrado a la cintura de Su-ran mientras compartían un beso húmedo. No era necesario interrumpir. Agradeció que no estaba como pensó que estaría y que, si lo estuvo en algún momento ya había encontrado el consuelo o la contención que necesitaba. Se sintió estúpido por creer que él podía ayudarlo y aunque debía sentir alivio por equivocarse con YoonGi, no podía sentirse así; en su lugar sentía una nueva sensación, un sentimiento desconocido que le apretujaba el pecho y una ansiedad repentina que iba en ascenso.

- Ya veo – YoonGi dejó el libro de lado para pasar su atención a lo que tenía en frente. Que no era HoSeok por supuesto; sino, un rico brownie de chocolate belga con helado.  Y, su tan querido vaso de leche fría.

- ¿Por qué tomas leche fría con helado?

- ¿Por qué no te callas y me dejas disfrutar tranquilo?

- No vine aquí a incomodarte. – “pues lo haces” pensó YoonGi, pero se abstuvo de decirlo.

- ¿Entonces?

- Tengo una duda – YoonGi restregó sus manos por la cara con frustración.

- ¿En serio? – cuando fijo su atención en el menor este mordía su labio inferior en señal de nerviosismo.

- Yoon

- Umm – se había perdido mirando como el menor se llevaba una cucharada a la boca y en la tarea un rastro de chocolate se fijaba en el ángulo de sus labios.

- ¿Cómo sabes que alguien te gusta? – su lengua limpio el dulce ante la mirada felina de YoonGi que con ese simple hecho sintió que una corriente eléctrica recorría su columna vertebral.

- No sé. Solo lo sabes. – volvió a su plato antes de que su mente pervertida empezara a jugarle sucio.

- Sí, pero ¿Cómo?

- Supongo que te pones nervioso.

- Tú me pones nervioso – YoonGi sonrió maliciosamente. “¿debería tomar eso como una confesión?”

- ¿Enserio? – lo miró por el rabillo del ojo dispuesto a no perderse la expresión que ponía al responderle.

- Sí, pero no de esa forma… tu ... tú me intimidas. – la decepción golpeó su cara y para disimularlo se llevó una cucharada a la boca. Hizo una mueca de dolor cuando el gran trozo de helado congeló su cerebro. HoSeok se rio disimuladamente.

Reverso * YoonSeok * Donde viven las historias. Descúbrelo ahora