Capítulo 58: las pesadillas pueden hacerse realidad

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Con HoSeok cerca todo era más sencillo de soportar. El problema era que él no estaría ahí para siempre. Era imposible que siguiera estando después de lo que estaba haciendo y de lo que haría en cuanto reuniera el valor suficiente.

Bastaba cerrar los ojos para repetir las imágenes de esa horrible pesadilla. Resistía dividido entre la fantasía y la realidad. Su único bálsamo consistía en esos brazos que lo sostenían y esa voz pequeñita que le susurraba al oído que solo había sido un mal sueño, que las pesadillas eran solo eso, hechos ficticios que se quedan atrapados lejos de realidad y mueren al momento de despertar.

Aún con sus grandes preocupaciones y el regusto amargo de ese horrible sueño YoonGi terminó sumergiéndose en un casi estado de coma que se alargó hasta el día siguiente. Sin duda alguna gracias al efecto soporífero que provenía de quien dormía a su lado.

Cuando el estridente sonido del despertador le obligó a abrir los ojos YoonGi frunció el ceño y gruñó con molestia, a pesar de ser domingo debía madrugar a estudiar o esos eran los planes antes, cuando no esperaba despertar acompañado.

Apenas estar consiente de sí mismo y de su entorno sintió la calidez de un cuerpo pegado contra el suyo, estaba completamente atrapado. El pecho de HoSeok presionaba su espalda, sus brazos seguían rodeándolo y ahora una pierna aprisionaba la parte inferior de su cuerpo.

Era un día caluroso y con aquellos cuerpos unidos el calor no hizo más que acumularse en la habitación y sobre todo bajo el edredón.

Por costumbre y puro instinto el mayor llevó la mano a esa pierna desnuda y acarició el muslo. HoSeok debería dejar de dormir en esas pantalonetas cortas que no dejaban nada a la imaginación y más cuando decidía no llevar ropa interior debajo como en ese momento.

No supo cuánto tiempo paso disfrutando de esa calidez y acariciando vagamente la cara externa del muslo de HoSeok. Tal vez minutos, quizá horas. Solo continúo haciéndolo hasta que el menor se desveló, tiró las mantas a un lado y bajó la pierna para darle un poco de espacio a su hermano. YoonGi se sintió vacío al instante, extrañaba esa cercanía. Se giró para quedar cara a cara y acariciar la perfilada nariz de HoSeok con la suya, mimo aquel cabello castaño y sedoso para dedicarse a buscar sus labios y empezar de la mejor forma posible aquel domingo de verano.
Le regaló unos besos perezosos y acarició su cuerpo con anhelo, recorriendo y apretando sus hombros y rozo las palmas sobre su torso bajo la fina franela. Antes de darse cuenta estaba agarrando y estrujando sus nalgas.

HoSeok gimió de placer y agregó lengua a esos besos de buenos días. Le gustaban mucho, pero había algo que le gustaba más y eso solo podía ser un polvo de buenos días. YoonGi no se negó a dejarlo ser, ese día no se negaría a nada. Se esmeró por devolver a fondo aquel beso brusco y salvaje, recorrió la lengua húmeda del menor con la propia y succionó un poco para luego introducir la suya más profundo.

Las cosas siguieron su rumbo y como era de esperarse estando los dos jóvenes solos, besándose y tocándose en la intimidad de aquella cama de soltero terminaron poniéndose bastante sexosos. Decir que fue un polvo intenso se queda corto. YoonGi le hizo una sórdida mamada a HoSeok y después se empleó en prepararlo y cogerlo a cuatro patas, lo cual no duro mucho porque HoSeok quería el control y tras unas cuantas embestidas luchó por hacer su voluntad. Esa extraña lucha de poder terminó con el mayor extendido boca arriba con HoSeok cabalgándolo mientras YoonGi sujetaba sus caderas y se aseguraba de mantener su polla en el lugar correcto.

El menor danzaba, balanceando y agitando las caderas, necesitado de mayor profundidad; a la vez que dejaba  escapar gemidos y jadeos de placer, en realidad HoSeok nunca fue precisamente silencio durante el sexo.

YoonGi no podía controlarse a sí mismo y daba fuertes estocadas elevando la cadera y sacudiendo su pene erecto en el interior del menor.

Las manos firmes sobre la cadera de castaño lo obligaron a marcar un nuevo ritmo. Entonces YoonGi se hizo cargo del trabajo, embistiendo con necesidad y enterrándose por completo con fuertes y rápidas embestidas que arrancaron a HoSeok profundos jadeos.

Reverso * YoonSeok * Donde viven las historias. Descúbrelo ahora