Cuando era niña siempre pensaba en el futuro, pensaba en cuándo iba a crecer y poder hacer todas las cosas que siempre quise hacer pero que nunca he podido por mi edad. Pensaba en cómo me vería, si hermosa o aún como una infanta. Pensaba en cómo cambiarían las cosas, si mis padres aún me arroparían antes de dormir o dejarían de hacerlo; si andaría a caballo sola o aún con quien lo guíe sin dejarme hacerlo por mi cuenta.
Bueno... pues este día es cuando lo sabré finalmente.
-Feliz cumpleaños, mi amor -mamá besa mi mejilla sonriendo ampliamente.
-Gracias mamá -dije devolviéndole la sonrisa hasta ver a papá.
-Has esperado este día con ansias, hija. Felicidades... -él me abraza con cariño y claro que le correspondí al instante.
-Gracias papá... -sonreí separándome-. Apenas pude dormir anoche por esto, finalmente ya tengo diecinueve años.
-Sí, y aquí tienes tu regalo -dice apuntando a un lado donde una sirvienta se acerca con una caja en manos.
-Lo hemos mandado a hacer para ti, de la mejor calidad solo para ti -menciona mamá apoyándose en papá.
Miré la caja dorada por el oro en los detalles del borde, la abrí sonriendo y abrí los ojos de par en par al ver el contenido.
-Es... Es hermoso, ¿de diamante? -pregunté notando la piedra del centro del collar que llevaba el logo de nuestro reino.
-Así es, solo lo mejor para mi dulce princesa -responde papá.
Agarré el collar y me lo puse emocionada, era tan hermoso que no podía dejar de mirarme por el espejo que otra chica trajo para mí.
-Queda tan bien contigo, cariño -comenta mamá.
-Me encanta, gracias -los abracé a ambos.
-Y no es todo. Tenemos una invitación para una fiesta en la ciudad vecina, Meira. Queremos que tú vayas para representarnos.
-¡¿Es en serio?! -salté emocionada- ¡Oh Dios, sí!
-Ahora que tienes la edad necesaria podrás hacerlo, ya no necesitas nuestra compañía. Puedes representar a la familia VonStein tú misma -dice él.
-Los sirvientes prepararán tus cosas, partirás en la tarde. Mientras tanto puedes ir a divertirte, hoy es tu día -habla mamá.
Volví a sonreír con amplitud y asentí, nuevamente les di una abrazo a ambos antes de salir corriendo.
-¡Modales, hija! -grita mamá.
Me detuve en seco y me di vuelta, hice una pequeña reverencia sonriendo.
-Nos vemos, padre, madre.
-Mucho mejor. Anda, ve.
Volví a darme vuelta y a caminar pero al salir del salón y estar fuera de la vista de mis padres salí corriendo una vez más. Vi el carruaje ya preparado así que me monté.
-Buenos días, Axel -saludé al lacayo.
-Buenos días, señorita. Feliz cumpleaños -responde él levantando y bajando su sombrero.
-Gracias. ¿Me llevarías al palacio, por favor?
-Por supuesto, señorita.
Me acomodé en mi lugar mientras que él hace poner en marcha a los caballos. Mi sonrisa no desaparece en ningún momento del trayecto; cuando salimos de los terrenos de casa enseguida todas las personas me saludaban y felicitaban por el día. Mi familia es la más conocida de la ciudad, o mejor dicho, del reino entero.
Somos los nobles más ricos después de la familia Real. Y como tal es normal que tengamos relación con ellos, por lo que la hija menor de los reyes, Sadie Terrasen y yo... somos mejores amigas.
-Hemos llegado, señorita.
-Gracias, Axel -él me ayuda a bajarme del carruaje.
-A sus servicios -responde con una reverencia-. No olvide la fiesta en Meira, la vendrá a buscar a las cinco de la tarde.
-Tiempo suficiente, está bien.
Ambos nos despedimos antes de que yo entrara por el gran portón del palacio, caminé a paso rápido hasta la entrada que abrieron enseguida.
-¡Líciaa!
Antes de subir las gradas Sadie sale corriendo y salta sobre mí.
-¡Feliz cumpleaños!
-¡Sadie! Gracias, amiga -respondí.
Ambas nos levantamos ya que con ese salto habíamos caído. Nos limpiamos los vestidos y volvimos a abrazarnos.
-Te tengo un regalo -dice ella y aplaude.
-No tenías que hacerlo.
-Por supuesto que sí, eres mi mejor amiga y quería darte algo en este día tan especial -se da la vuelta y abre la caja que un sirviente había traído.
Agarra algo y me lo tiende con ambas manos. Un brazalete de oro con detalles de rubíes.
-Wau... -comenté viéndolo.
-Genial ¿no? Cuando lo vi dije que tenía que regalártelo en un día especial. Pues hoy es el día.
-Es tan bello... gracias, Sadie.
Lo agarré y me lo puse en la muñeca derecha, lo admiré tanto tiempo que Sadie tuvo que agitar su mano frente a mi rostro para despertarme. Ambas quedamos en pasar el tiempo juntas antes de que yo tuviera que irme. Fuimos a nuestro restaurante favorito.
Ambas nos la pasamos genial juntas que el tiempo se nos había pasado tan rápido, no queríamos separarnos pero yo ya debía irme. Ella no iría a este evento porque tiene que quedarse a asistir a otro por aquí. Axel fue a buscarme y me llevó a casa donde ya me esperaban para prepararme.
Pronto estuve lista y había regresado al carruaje, uno diferente. Este estaba cerrado, un carruaje para viajes largos.
-Diviértete, cariño. Enorgullece a la familia -dice mamá.
-Recuerda presentarte a todos y saludar por nosotros.
-Lo haré, no se preocupen. Los quiero.
-Y nosotros a ti hija.
Me despedí de ambos antes de subir al carruaje junto a Juliette, mi sirvienta personal que me estaría acompañando.
-Julliete, no puedo con la emoción -comenté mirando por la ventana cuando el carruaje empezó a moverse- ¡Mi primer evento sola!
-Es sorprendente, señorita. Me alegro por usted -me sonríe suavemente.
Le devolví la sonrisa antes de volver la mirada a la ventana, correr un poco la cortina y ver el paisaje cuando salimos de la ciudad capital de Adrestia.
El viaje duraría un par de horas pero llegaría a tiempo para prepararme y asistir a la fiesta. No podía contener mi emoción, sabía que esta noche sería fantástica. He asistido a tantos de estos eventos que sé como comportarme, así que estaba segura que todo saldría perfecto.
Me encantan las fiestas, aunque a veces sí que suele ser un poco aburrido por ser siempre lo mismo... pero bueno, no puedo mi oportunidad de ver por nobles lindos por allí. Esa es mi gran distracción y entretenimiento. Aunque sea tan complicado encontrar al adecuado...
Ha quienes son de mi tipo, pero su actitud es espantosa. Otros tienen lindos sentimientos pero no los veo como algo más... Y finalmente están los que no son lindos ni por dentro ni por fuera, pero que se creen lo último en moda. Me arruinan la noche.
Espero que esta noche sea diferente.
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AUNQUE ESTEMOS ENFRENTADOS
RomanceLa hija de un noble finalmente cumplirá la edad suficiente para poder participar de fiestas importantes por su cuenta, pero ¿cómo iba a saber que esa primera fiesta en el día de su cumpleaños sería el mismo día en que el reino enemigo decidiera atac...