Narra Omnisciente
Alexander solo podía fijar la vista al frente. Traía a un ejército enorme tras de él, había conseguido hacer que Adrestia lo escuchara. Todo por mencionar a Lícia VonStein, con solo hacerlo sus padres y la princesa saltaron a defenderlo y hacer que lo escucharan. Ahora están bajo una alianza de urgencia y Alex es quien dirige el ejército junto al rey.
-Si nos traicionan, no dudaremos en levantar las armas contra ustedes también -amenaza el rey, aún desconfiado.
Alexander solo asiente sin preocuparse ni estar sorprendido. Aceptaba el castigo por la traición, pero no le importaba ya que eso no iba a suceder.
Ahora, ambos ejércitos estaban marchando hacia la batalla, sin descanso. Dudaron una noche entera en avanzar. Alexander se detuvo y levantó el puño para indicar que todos se detuvieran igual. Nadie hizo ni dijo nada por tanto tiempo, pero entonces lo vieron. Con los primeros rayos de sol se alzó un gran ejército en el horizonte. Ambos hermanos se miraron fijamente pero Idalia sonríe de lado e indica con la cabeza que la trajeran al frente.
-Es bueno volver a verte, querido hermano -habla ella con gran cinismo.
-Quisiera poder decir lo mismo, Idalia.
-¿No te alegra verme? Ow, es una pena. Quería darte un hermoso presente por nuestro encuentro.
Dos soldados lanzan al suelo a Zaria, quien se queja por ello. Alexander la ve y reprime sus ganas de ir a por ella de inmediato. Zaria levanta la vista y conecta su mirada con su amado príncipe, sintió alivio de verlo pero al instante se volvió sorpresa por ver a su reino tras él y luego preocupación y miedo por saber que la guerra iniciará en cualquier momento.
-Alex -menciona ella.
Él aparta su mirada de ella para ver a su hermana. Hace avanzar a su caballo unos cuantos pasos, los soldados se alertaron y vigilaron sus movimientos para proteger a su reina, quien levantó el brazo para detenerlos con ese simple gesto.
-Idalia creo recordar... que una vez te dije que si volvías a tocarla... me olvidaría de que eres mi hermana.
Idalia ríe entre dientes por no creerle a su hermano. Mira a los soldados junto a Zaria y asiente; ambos le devuelven el gesto. Uno de ellos empuja a Zaria hasta arrodillarla en el suelo.
-No sabes cuánto deseaba que llegara este día, hermanito -habla Idalia en el momento en que el otro soldado saca su espada.
-¡No!
Alex corre hacia ellos en su caballo. Zaria jadea del miedo cuando siente el metal filoso y frío de la espada contra su cuello, cierra los ojos para no ver la expresión de Alex.
-Despídete de tu amada Adrestiana.
-¡Idalia! -suelta Alex con ira pero ella solo sonríe.
El soldado levanta la espada para agarrar fuerza. Todo pasaba tan rápido pero para Zaria fue como verlo lentamente; no quería seguir viendo pero escuchó el golpe de metales a un lado de su oreja que la aturdió y sorprendió. Alguien la empuja justo antes y al voltear a ver notó a Darren con la espada del soldado de a un lado, ya muerto, deteniendo la espada del otro.
Zaria comienza a hiperventilar por el miedo, miraba sin poder creerse nada de esto. Tocó su cuello con ambas manos como para asegurarse de que estaba completa.
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AUNQUE ESTEMOS ENFRENTADOS
RomanceLa hija de un noble finalmente cumplirá la edad suficiente para poder participar de fiestas importantes por su cuenta, pero ¿cómo iba a saber que esa primera fiesta en el día de su cumpleaños sería el mismo día en que el reino enemigo decidiera atac...