Capítulo 45

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Escuchaba las órdenes de Darren mientras se mantenía sobre Koa, dirigiendo a otros hombres encargados del establo. Al parecer me vio o escuchó porque volteó a verme y pude notar como su expresión seria cambiaba a una un poco más sonriente. Se acer a a mí en lo que yo me detenía y esperaba que lo hiciera.

-Lícia... has venido entonces.

-Pues quería darle un poco de esto a Koa -levanté la canasta que traje donde tenía manzanas verdes.

El caballo suelta un leve relincheo a la vez que rasgaba la tierra con sus pezuñas. Agarré una manzana y se la di, Koa parecía feliz de tener de estas manzanas de nuevo.

-Tenías razón, sí le gusta -dice Darren observando al caballo.

-Lo conozco. Oh, no le des semillas de girasol, no le gustan y te las escupirá en el rostro -me reí ligeramente-. Puedes balancear sus alimentos con otras cosas pero con eso no.

-No semillas de girasol, entendido.

Darren sonríe más mientras yo seguía dándole manzanas a Koa quien las disfrutaba como si no hubiera un mañana. Acaricié su cabeza con cariño mientras tanto.

-¿Quieres ir a dar un paseo? -la pregunta de Darren me toma por sorpresa.

-Hm... no sé si pueda.

-Será uno corto, lo prometo.

Levanté la mirada hasta conectar con la suya. Tenía algo que me estiraba a él, quería ir... quiero ir.

-Solo por un rato, le prometí a Tanith que le contaría una historia antes de dormir.

-No te preocupes, llegarás antes de que se duerma.

Dejé la canasta en la mesa y me acerqué a un lado, Darren me tiende la mano y como si no pesara nada me levanta hasta colocarme en frente de él. Me costó equilibrarme y como Koa empezó a moverse un poco yo casi caigo de espaldas.

-Cuidado...

La mano de Darren sobre mi espalda baja me hizo sentir un estremecimiento extraño, aunque no tan diferente a los que sentía con Alexander... Me acomodé de nuevo y esta vez tratando de ocultar mi sonrojo.

-Lo siento.

-No te disculpes, no tienes qué.

Me sonríe amable y yo le devolví el gesto. Ambos nos preparamos y Darren agarra las riendas de Koa.

-¿Lista?

Asentí en respuesta, Darren hizo andar a Koa y lo hizo ir lejos del establo. Sonreí un poco estando en esta posición, aunque para mi sorpresa, salimos de los territorios de la mansión y nos metimos en los árboles.

-No sabía que podía salir -mencioné.

-Estás conmigo, puedes hacer lo que quieras.

Volví la vista al frente para ver a los alrededores y notar como cruzabamos sobre un río bajo. Era tan lindo por aquí, aunque el que estuviera oscureciendo lo hacía un poco más temerario.

-No te preocupes, no pasará nada.

Supongo que no pude esconder mi temor de Darren, lo miré y asentí sonriendo agradecida de que intentara calmarme.

-Está bien, te creeré.

Él sonríe y ambos prestamos atención a lo que nos rodeaba, los sonidos del bosque eran tan hermosos pero a la vez me daban algo de miedo, sentía que iba a salir algo de entre los árboles y atacarnos, pero hasta Koa estaba relajado.

Suspiré profundo e intenté solo disfrutar del paseo hasta que fue el momento de regresar. Así como lo prometió, fue corto pero lindo. Llegamos a los establos y él me ayudó a bajar nuevamente, quedando de frente otra vez. Esta vez se sentía más pesado... el ambiente gritaba por algo esperado, el contacto entre ambos. Pero no. A mi mente llegó Alex por lo que aparté la mirada y me di media vuelta.

-Tengo que ir con Tanith.

-Sí, está bien. Yo me aseguraré de que Koa esté bien.

Asentí mientras le dedicaba una pequeña sonrisa para después volver a mirar al frente e irme caminando a paso rápido. Entré en la mansión y fui directo a la habitación de Tanith quien me esperaba sentada en su cama, al verme sus ojos brillaron y su sonrisa se ensanchó.

-Lícia has llegado -menciona-. Creí que no llegarías.

-Te prometí una historia, ¿no?

Me senté en el borde de la cama y ella se acomodó en esta, se cubrió com la manta aunque yo la arropé mejor.

-¿De qué temática quieres la historia?

-Hm... ¡romance!

Sonreí ya que era la respuesta esperada, ella era tan fan del amor como yo hace un tiempo.

-Está bien... La historia que voy a contarte trata sobre una joven mujer...

Ella guarda silencio durante todo el relato, se emocionaba por los pequeños detalles y se lamentaba por las partes trágicas pero que estaban ambientadas para niñas de su edad. Aunque, antes de terminar la historia, ella ya se había quedado dormida sin poder evitarlo.

Sonreí al verla dormir plácidamente, me causó tanta ternura que no pude evitar inclinarme y darle un leve beso en la frente, ella parece sonreír por eso. Me alejé y me fui cerrando su puerta tras de mí.

Tanith es una niña tan linda y tierna, me causa tanta tristeza por la enfermedad que está pasando. Quisiera hacer más por ella...

AUNQUE ESTEMOS ENFRENTADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora