Capítulo 18

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-No puedo creerlo... Nunca pensé que intentarían envenenarme -comenté asombrada y paralizada luego de escuchar aquello.

-¿Quién haría algo así? -preguntó Anabella.

Todos quedamos en silencio por un tiempo pero mi mente recordó casi al instante a aquellas mujeres del harén.

-Es posible... -pensé en voz alta.

-¿Qué? ¿Qué es posible? -pregunta Alex.

-Algunas otras mujeres están enfadadas conmigo porque solo me llamas a mí -comenté.

-¿Crees que pudieron haber sido ellas? ¿Por venganza? -pregunta Anabella sorprendida-. Jamás había ocurrido esto...

-Pues ellas también son nuevas aquí, es posible... pero no quiero asegurar nada.

-Si son ellas y pudieron hacer algo así no quiero arriesgarme a que lo intenten de nuevo o hagan cosas peores -Alex estaba más enfadado-. Dime, ¿quién crees que fue?

-¿Qué piensas hacerles? -pregunté severa-. Te he dicho que no sé si fueron ellas, solo es una suposición.

-Zaria, te han intentado asesinar. No quiero personas así cerca de mí.

-Pero...

-Solo dame un nombre. Te prometo que no les haré nada grave.

Lo miré a los ojos, estaba preocupado además de molesto... Resoplé y bajé la mirada.

-En realidad no sé sus nombres... pero pueden preguntarle a Nastaran, Verena o Thalassa, ellas estaban allí cuando se me acercaron a molestar.

Alex mira a Anabella y con solo esa mirada ella entendió lo que debía hacer. Hizo una reverencia antes de salir a paso apresurado de la habitación. Alex suspira sonoramente y vuelve a acercarse a mí.

-¿Realmente no les harás nada? No quiero tener ese cargo de consciencia si ellas no fueron -dije apretando las mantas en mis manos.

-Confía en mí, solo haré que hablen pero no les pasará nada... si cooperan.

Abrí los ojos de par en par pero él acaricia mi mejilla y besa mi frente para calmarme.

-Ya, intenta descansar...

-No sé si pueda...

-Por eso dije que lo intentes -me sonríe.

Suspiré acomodándome y él me cubre mejor con la manta, nos quedamos en silencio por poco tiempo cuando volví a hablar.

-¿Crees que haya sido la comida de la cena? -pregunté.

-Yo he comido lo mismo que tú y compartimos del mismo plato... Si fue por razones de celos no creo que se arriesgaran a envenenarme a mí.

Tenía sentido, ciertamente hemos comido lo mismo y él está bien. Tragué con dificultad por la idea de que alguien quería matarme, Alex nota mi intranquilidad y decide acostarse a mi lado y rodearme con sus brazos para calmarme. Funcionaba...

-Zaria... no te preocupes, no dejaré que te ocurra nada. Lo prometo.

-¿Tanto odio generan los celos como para intentar matarme? -cuestioné asustada, me aferré a Alex un poco más-. Si es así deberías llamar a las demás.

-Si en serio es una de ellas la culpable no me gustaría estar cerca de alguien así.

-Lo sé pero de igual forma, sea o no sea, hay mujeres molestas porque tú no las has llamado.

-Eso no debe de importarte. Aquellas que se molestan por eso demuestran que no merecen ni un poco de mi tiempo ni mi atención.

Me quedé en silencio después de su respuesta, volví a suspirar profundo para intentar calmarme y Alexander acarició mi cabello para hacer lo mismo. Poco a poco mis nervios bajaron al igual que mis parpados. Intenté abrir los ojos de nuevo pero estar cerca de Alex me daba la calidez y tranquilidad necesaria para poder dormir.

Como último, sentí un beso tierno en mi cabeza y escuché un "descansa... amor mío", creo que eso último lo ha agregado mi mente. No hay forma de que Alexander dijera eso, o al menos eso creo yo.

No pude ni siquiera seguir pensando pero eso no me importaba ya, solo quería dormir y dejar de preocuparme por un segundo. Fingir que nada estaba pasando y que todo estaba bien aunque fuera por poco tiempo. Luego tendría que despertar, volver a la realidad y encarar la situación en la que me he metido.

Alguien me ha intentado matar esta noche... No sé quién es ni estoy segura de sus razones.

Quisiera que esto jamás hubiera pasado porque ahora no podré estar tan tranquila. Tampoco sé cómo ni cuándo me ha envenenado, ¿y si fue comiendo algo o bebiendo? ¿Podré volver a hacer esas cosas sin el pensamiento de que la comida o la bebida están envenenadas?

Moriré de preocupación todo el tiempo y eso me agota hasta de pensarlo siquiera.

AUNQUE ESTEMOS ENFRENTADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora