Los días se hicieron cortos, o al menos así los sentía yo, parecían no durar lo suficiente mientras yo la pasaba con Tanith y a veces con sus hermanos. En este tiempo en el que la pasé aquí me sirvió para conocer más acerca de esta familia. Ambrose y Killian eran divertidos aunque Killian no dejaba de intentar coquetear conmigo.
-¿Qué te parece si cuando termines tus tareas vamos juntos a un paseo?
Agarré la cesta de ropa que estaba en el suelo luego de colocar la ropa recién lavada en esta. Estaba algo pesada por mi húmedo pero podía cargarlo.
Jamás me imaginé haciendo estas tareas, cuando llegué aquí no sabía nada de esto... pero creo que ya logro comprender.
-Lo siento, joven Killian... estaré muy ocupada hoy, mañana y... en los siguientes años -comenté sonriendo e ignorándolo-. Ahora sí me disculpa...
Me alejé de él dejándolo atrás porque dejó de perseguirme para hacer un berrinche en "silencio". Doblé por un pasillo riendo pero me detuve cuando alguien más lo hizo en frente y me di cuenta de que ahora estaba frente a frente con Darren.
-Lo siento -murmuré haciéndome a un lado y tratando de pasar junto a él.
-Oye... -me detuve y lo volteé a ver de nuevo.
-¿Si?
Darren se me queda mirando, como si quisiera decir algo que no puede, entonces baja la vista a la cesta de ropa en mis manos.
-Se ve un poco pesado, permíteme llevarlo por ti... -extiende las manos hasta la cesta pero yo retrocedí un paso.
-No es necesario, no se preocupe. No es tan pesado como cree.
-Insisto... -me dedica una sonrisa amable y tierna que me hizo no saber como funcionar por un momento.
Él aprovecha mi parálisis para agarrar la cesta y quitármela de las manos, empieza a caminar en la dirección a la que iba y yo me obligué a reaccionar para seguirlo.
-Supongo que... gracias -mencioné.
-No es nada, veo lo mucho que trabajas y creo que debe ser agotador.
-Pues... no estoy acostumbrada a trabajar así, por lo que sí... lo es, y mucho.
-Escuché que eras de la nobleza... ¿es cierto?
Hice una mueca sin saber si era buena idea contarle la verdad o no, ¿se burlaría? Digo... muchos lo harían si lo supieran, de noble a esclava... es algo humillante.
Resoplé con pesar y solo asentí con la cabeza, en realidad no quería hablar mucho sobre eso.
-Sí, lo era... pero no quiero hablar sobre aquello.
-Entiendo.
Nos quedamos en silencio el tiempo que nos tomó llegar hasta el patio donde colgaría la ropa.
-Puedes dejar la ropa aquí -mencioné apuntando la mesa de a un lado.
Darren asiente y eso es lo que hace, murmuré otro agradecimiento y de inmediato me puse a colgar la ropa y sábanas. Sentía a Darren aún aquí pero trataba de ignorarlo lo mejor posible.
-¿Sabes? -lo miré de reojo cuando habló, notando que agarró una de las camisas y se acercó a mí-. Koa es un caballo muy noble, es muy bueno.
-Así es, lo sé.
Me sorprendí por dentro cuando lo vi colgando la ropa junto a mí. Traté de no darle mucha importancia y me volví a acercar a la cesta de la ropa y agarrar otra.
-Pero creo que no está dando todo de sí... al menos no conmigo.
-¿Qué quieres decir? ¿Le pasa algo? -no pude evitar preocuparme pero al notarlo Darren niega rápidamente.
-No, no... está perfectamente bien. Solo digo, que cuando los vi montando juntos... fue la mejor vista que pude ver de alguien sobre un caballo. Koa es mucho mejor contigo.
Miré hacia un lado, tenía una vista lejana de los establos y alcancé a ver como limpiaban a Koa por lo lejos. Sonreí leve, volviendo a bajar la mirada a la cesta y agarré una de las sábanas.
-Pasamos mucho tiempo juntos. Creo que es normal.
Miré la cuerda en donde debería colgar la sábana pero sabía que se me dificultaría hacerlo, Darren se acerca y sorprendiéndome de nuevo toma uno de los extremos de la sábana.
-Es posible que sea por eso, o por el hecho de que ese caballo te ha elegido.
-¿Ah?
Ambos colgamos la sábana y cada uno se encargó de poner las pinzas de madera sobre su lado.
-Eso es lo que creo, y también creo que tú sabes que es así.
Me quedé nuevamente en silencio al no saber que más decir, pensaba en todos mis momentos con Koa y podría pensar en que sí teníamos una conexión entre ambos, pero no sabría decir si es por nuestra cercanía o por aquella conexión que Darren supone que tenemos.
Decidí no decir más, ambos terminamos de colgar la ropa y yo volví a agarrar la cesta. Iba a irme pero me detuve un segundo.
-Le encantan las manzanas verdes, quizás y eso te ayude con él.
Darren sonríe y se acerca de nuevo hasta mí.
-O quizás puedas dárselas tú, es tu caballo después de todo.
-¿Puedo hacerlo?
-Si es lo que quieres, adelante. Ahora pensaba en pasear con él, ¿quieres venir?
-Lo haría... pero tengo más tareas -comenté apartando la mirada.
-Te aseguro que eso no será un problema -su sonrisa vuelve a aparecer un poco más amplia y eso me hizo dejar salir un suspiro.
Es muy amable... pero no puedo dejarle engañar, no de nuevo. Después de lo de Alexander ya no estoy segura si creer en lo que una persona dice o muestra ser.
-Lo pensaré.
Me di la vuelta para finalmente alejarme otra vez. Darren se mantiene allí y yo volví a entrar a la mansión, solté un suspiro ahora de cansancio antes de ir a dejar la cesta a su sitio.
Mis piernas dolían, ya casi no podía mantenerme en pie por lo cansada que me sentía. Decidí sentarme un momento y descansar por unos cuantos minutos. Pero al hacerlo mi mente fue invadida por pensamientos y recuerdos.
Ahora mismo... estaba confundida. Extraño a Alex, pero... Darren...
Negué con la cabeza para quitarme esos pensamientos. Es verdad que Darren es guapo y amable, pero no puede estarme gustando cada tipo con esas cualidades. No, ya cometí ese error, debo conocer mejor a quien se me plante en frente.
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AUNQUE ESTEMOS ENFRENTADOS
RomanceLa hija de un noble finalmente cumplirá la edad suficiente para poder participar de fiestas importantes por su cuenta, pero ¿cómo iba a saber que esa primera fiesta en el día de su cumpleaños sería el mismo día en que el reino enemigo decidiera atac...