Capítulo 19

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Los rumores vuelan rápido, ahora el tema principal era mi envenenamiento la noche de anteayer. Ayer la había pasado en los aposentos del príncipe, comiendo y bebiendo solo alimentos que Anabella me trajera y que haya probado el mismo cocinero. Aquel grupo de mujeres que me habían molestado han sido llevadas para investigar sobre el caso.

El rey se había enterado y ha mandado a su mejor hombre de investigaciones para sacarle información a aquellas mujeres. Si alguien pudo envenenarme podría hacerlo igual con el príncipe, nadie quiere eso.

Miré por la ventana como la nieve aumentaba, era una lástima que ni podía disfrutar de ella como en todos los inviernos.

-Señorita Zaria, su cena -Anabella entra a la habitación y deja una bandeja con comida junto a mí.

-¿Y Alex? -pregunté.

-El príncipe tiene asuntos que atender... no podrá cenar con usted esta noche.

Asentí comprendiendo, seguramente estaría aún investigando sobre este asunto que trae tensos a todos.

-¿Han conseguido saber quien ha sido?

-Por el momento... no. Lo siento.

-Está bien, no te preocupes. Gracias por la comida -le sonreí.

Ella me devuelve el gesto antes de irse, cerrando la puerta tras ella. Miré la comida en la bandeja y agarré los cubiertos. Tragué con dificultad antes de meter la comida en mi boca, desde lo sucedido me ha costado comer otra vez a pesar del protocolo que se ha iniciado para traerme la comida.

El primer bocado estuvo bien y no le había sentido nada importante, aunque tampoco sabría qué debería de sentir. Solté un suspiro de cansancio y decidí tratar de hacer a un lado mi miedo al veneno y seguir comiendo hasta acabar la mitad, cuando el apetito se me había ido.

Dejé la bandeja nuevamente a un lado y me levanté de la cama, agarré un abrigo y salí de la habitación para ir por los pasillos hasta el jardín. Quería estar un momento allí y callmar mis nervios.

Encontré la banca y me senté allí, por suerte tenía un techo así que no estaba cubierto de nieve. Me dediqué a observar y admirar mi alrededor, me tranquilizaba y me hizo sentir aliviada por un momento.

Entonces escuché pasos acercándose hasta mí y al voltear la mirada me encontré con Alex.

-Hola...

-Hola... -le sonreí- ¿Qué tal va la investigación?

-Todas ellas siguen diciendo que son inocentes -responde sentándose a mi lado.

-Entonces... ¿y si lo son de verdad?

-No sé si creerles o no... Creo que las mantendré alejadas del harén por un tiempo más. No me arriesgaré.

Lo miré atenta, se veía decidido a descubrir todo esto... y a diferencia de su padre, él lo hacía por mí. Sonreí leve y me abracé a su brazo a la vez que acostaba mi cabeza en su hombro, él se sorprendió pero no se movió.

-Gracias por preocuparte tanto, Alex... pero intenta relajarte, aunque sea un poco.

-No sé si pueda...

-Por eso dije intenta, ¿no? -reí al imitarlo, y él suspiró pero sonrió-. Escucha, volveré a mi habitación esta noche y dormiré allí.

-Pero... ¿y si te ocurre algo y no estoy allí?

-No pasará, recuerda que también está Anabella. Ella cuidará de mí como lo ha estado haciendo hasta ahora.

No se le veía muy decidido así que me elevé un poco para alcanzar su mejilla y dejar un leve beso allí.

AUNQUE ESTEMOS ENFRENTADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora