Delicia

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Mi padre era descarado y solía hacer su voluntad, pasando por encima de quien quisiera y sin importarle nada, lo que lo había llevado a tener muchos problemas con los otros Lords. Era el mejor de los líderes, sabía escuchar, mantenía la armonía entre todos y era tan estricto como protector, pero eso no le quitaba el hecho de que le gustaba ser arriesgado y llevarle la contraria a todos. Era precavido, astuto y sabía identificar a todo aquel que tuviera un buen potencial para hacerlo parte de su guardia.

Por supuesto que estaba orgullosa de Demetrius, después de todo, yo misma le había enseñado. Es un vampiro con grandes capacidades, que capta todo a la perfección. Para que haya llamado la atención de mi padre, tuvo que haberse dado cuenta de su gran velocidad y de su excelente técnica de pelea. Demetrius era obediente, la mayor parte del tiempo era un vampiro retraído, silencioso y podía pasar desapercibido para cualquiera, pero tenía un gran instinto de guerrero, algo que me sorprendía dado el caso que había nacido en una familia de servidumbre.

Durante los dos siglos que había servido para mí me dediqué a reforzar cada una de sus fortalezas, después de todo, él sería mi guía en cuanto yo tomara la posición de mi padre. Sería los ojos que me hacía falta en la espalda y el complemento de mis sentidos.

Deambulé por el frondoso bosque, buscando algún animal fresco que pudiera quitarme la tensión de mis hombros. Además de que la noche estaba muy bonita, como siempre fría, húmeda y tenebrosa, pero preciosa ante mis ojos. Detestaba no poder contemplar la luz del sol y descubrir lo que en ella se reflejaba, pero para ser honesta, me era más atractiva la densa oscuridad.

Me detuve al sentir un intruso y me senté en lo más alto de la copa de un árbol, haciendo que mi hermano menor se detuviera a mi lado. Traía un conejo muerto colgando entre sus dientes y sus ojos amarillos brillaban más que los míos en medio de la noche. La sangre caía por su barbilla en hilos finos y otros pocos más gruesos.

—Me enteré de lo que papá te hizo — habló un vez bebió toda la sangre del animal y lo tiró cuesta abajo.

—No es de sorprenderse.

—Pero no entiendo qué le vio a tu asistente.

En mis labios se dibujó una sonrisa socarrona.

—Tiene lo que a la tuya le hace falta.

Ambrose no era alguien que se mostrara abierto con los demás. Pocas veces hablaba. Era solitario, frío, inusualmente callado y mordaz cuando intervenía en alguna discusión.

—Me hubiera hecho un favor si se la hubiera llevado — hizo una mueca de desagrado—. No la soporto, es demasiado irritable.

—Es su naturaleza de protección, Ambrose. Pero está en ti saberla guiar.

—Me irrita su voz — volvió a quejarse.

—A ti te irrita todo — golpeé su brazo y mostró una leve sonrisa—. ¿Una carrera?

—Mientras no hagas trampa.

Antes de que pudiera replicar, ya había desaparecido. Hacer carreras con él era uno de mis pasatiempos favoritos, aunque debía admitir que, a pesar de ser un siglo más joven, era muy veloz.

***


Aun me costaba mantenerme despierta durante el día, era algo a lo que todavía no me acostumbraba. Me gustaba la noche, pasear por el bosque, recorrer la ciudad libre de humanos, ir al lago y nadar por largas horas, pero era tan corta que debía regresar de nuevo al encierro.

La mansión estaba rodeada de muchos árboles que daban sombra y podíamos contemplar parte de los rayos del sol, pero no podíamos sentir el tacto de este porque quemaba como si se tratara del infierno. Nuestra piel es extremadamente sensible y descubrí cuando era tan solo una niña las lesiones que podía ocasionar el sol, cuando en un intento de atraparlo en mi mano, hizo que mi palma se enrojeciera y ardiera. Mis padres solían contarnos que nuestra piel podría enrojecer hasta sangre, pero eso solo podía pasar si nos exponíamos por mucho tiempo a los rayos del sol.

Luego de comer y beber mi ración del día, me quedé contemplando por la ventana como los rayos del sol impactaban en el pasto y se filtraban entre las ramas de los árboles. Por más que me gustara hacer mi vida nocturna, el día me hacía sentir curiosidad. Sentía deseos de explorar cada rincón y comparar la luna y el sol.

Estaba sumida en mis pensamientos, tratando de imaginar a todos los humanos pasear por esas calles que yo transitaba cuando estaban vacías e hice una mueca al percibir un olor diferente en el aire. Era tan dulce que me nubló la razón por un momento.

Ese olor no solo me alteró a mí, sino a la gran mayoría de la servidumbre e incluso a mis padres que se apresaron en llegar a mi lado, analizando ese aroma que me tenía al borde de un delirio.

—¿Cómo demonios entró un humano a nuestro territorio? — mi padre se veía enojado mientras mi mente se diluía en cientos de partículas.

—¿Estás seguro de que es humano? ¿Tienes cita con el ministerio? — inquirió mi madre, visiblemente afectada por ese dulce aroma.

—No, de ser así, ellos me hubieran informado, además de que nunca permitiría entrar a un humano en mi territorio. Blake, encuentra a ese humano y sácalo de aquí antes de que el clan pierda el control.

—Sí, padre.

Cerré los ojos y aspiré el aroma en el aire, sedienta y ansiosa de sentirlo en mi paladar. Fue cuestión de segundos en los que llegué al dueño de esa sangre tan pura, pero fueron sus ojos verdes con motes amarillos lo que más me cautivó. En el clan nunca había visto unos ojos tan diferentes y bonitos como esos, además de que en su mirar, la pureza se reflejaba.

—¿A quién tenemos por aquí? — aspiré el aroma de su cuello, sintiendo como su respiración se aceleraba y su vena palpitaba con mayor fuerza—. Tenemos a un tierno y curioso humano, ¿eh? —nuestros ojos hicieron conexión y sentí como la electricidad me traspasaba todo el cuerpo—. ¿Tienes alguna idea en dónde te has metido, delicia?

🌟🌟🌟

¡Hola, mis amores!
Les traigo esta historia corta, muy diferente a lo que suelo hacer y espero que salga de maravilla. Es la segunda vez que me animo a hacer el género de fantasía, así que, bueno, puedo considerarme una novata todavía.

¡Espero que les guste, porque, aunque sea algo bien diferente, ese toque picante y divertido no se perderá ni un poco!

Mil gracias por todo su apoyo 🖤

¡Los amo!

¡Tengan una lectura apoteósica!

Actualización: martes y jueves

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Dulce Prohibido[✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora