No es posible que una persona se dirija a una entrevista de trabajo y no regrese a casa nunca más. ¿Asesinato? ¿Suicidio? ¿Alguna deuda pendiente? ¿Aburrido de la vida? ¿Un lío amoroso? Existen un sinfín de razones por las que Wyatt no regresó, aun así, su desaparición me sigue pareciendo muy extraña. Detrás de este tipo de situaciones, siempre hay algo fuerte que no vemos.
La Sra. Elsie asegura que su hijo se veía muy feliz e ilusionado por dicha entrevista, luego de las tantas horas que les dedicaba a sus estudios. Reafirmó que era un hombre de bien, juicioso y de su casa. No salía con amigos ni mucho menos asistía a fiestas o frecuentaba bares. No tenía pareja, por lo que se le hacía imposible que se hubiera ida con alguna chica. Era lo que se denomina un hijo modelo.
Gracias a Ronan tuve oportunidad de echarle un vistazo al caso archivado de Wyatt, pero no hay información relevante que pueda ser de utilidad y me dé alguna pista. Todo lo que investigaron los policías es lo mismo que la madre del desaparecido me ha venido contando hasta ahora. No existen sospechosos, ni un lugar en específico. no hay nada más que la declaración de la Sra. Elsie.
•••
—Debe haber algo útil ahí —le insistí al técnico que contraté para revisar el computador de Wyatt—. ¿Está seguro de que puede sacar toda la información?
—Me tomará unas horas más, pero trataré de sacar la mayor información posible. El dueño de esta máquina la dejó muy bien protegida.
—Mi hijo vivía en ese aparato todo el día y gran parte de la noche. Espero logre encontrar algo que nos dé indicios de su paradero.
—Verá que lograremos encontrarlo, Sra. Elsie.
—Gracias por toda la ayuda que me has dado. Nunca me rendí, jamás lo haría, pero sola y sin contar con un apoyo, es imposible dar pasos en un camino que no existe. Estaba a punto de tirar la toalla cuando apareciste. Eres un ángel que cayó del cielo.
—No tiene que agradecerme, Sra. Elsie. Lo hago de corazón y porque realmente para mí es doloroso e injusto que la maldad del mundo se empecine con los más inocentes. Le prometo que daré mi último esfuerzo para encontrar a su hijo.
Me dio un fuerte abrazo, rompiendo en llanto y quebrando mi corazón en cientos de pedazos. No puedo imaginar ni un poco por el dolor que ha atravesado ella sola, luchando día a día para tratar de encontrar a su único hijo con bien.
—No la dejaré sola, Sra. Elsie. Juntas lo vamos a encontrar.
—Gracias, mil gracias.
Mientras el técnico realizaba su trabajo, le pedí permiso a la Sra. Elsie para revisar el cuarto de su hijo, puede que encuentre algo que a simple vista no se ve.
El cuarto de Wyatt se encontraba totalmente intacto, sus cosas bien organizadas y la cama hecha. Revisé su estante de libros y me sorprendí al ver la cantidad de libros de matemáticas que tiene, aunque también tiene de fantasía e incluso toda la colección de Harry Potter. Este chico me recuerda al esposo de mi tía, pues tiene toda la saga completa.
No encontré nada en sus cosas más personales. Su agenda repleta de problemas matemáticos, formulas y anotaciones las cuales no entiendo. Como lo dijo su madre, no cuenta con fotografías donde salga con amigos o con alguna chica. Buen joven sí parece ser, pues tiene muchos trofeos y medallas de olimpiadas matemáticas. Toda una promesa es lo que era. Pero ¿qué fue lo que le pasó? ¿Será que decidió alejarse de su casa y de todo esto? O, por el contrario, ¿alguien envidiaba su vida y quiso deshacerse de él? En este mundo tan podrido, todo puede pasar.
—Sra. Elsie, ¿cuál es la empresa en la que su hijo tenía la entrevista el día que desapareció?
Se quedó pensando por un momento.
—No, no tengo ni la menor idea cual es la empresa. No sé si llegó a la entrevista o, por lo contrario, nunca lo hizo.
—¿Las autoridades no fueron a indagar?
—No, ya que desconocía la empresa a la que iría.
—Entiendo. Si el técnico logra dar con la empresa, lo más conveniente es ir a preguntar por él.
—Me parece lo más correcto de hacer.
En vista de que no hallé nada entre sus cosas, fui con el técnico, el cual seguía concentrado revisando el computador de Wyatt, pero hasta el momento no había encontrado nada importante. Este caso me está obsesionando, algo usual en mí, pues siempre me tomo mi trabajo muy en serio. Por eso amo esta carrera, más si se trata de las vivencias de las personas.
Cuando Ronan pasó por mí a la casa de la Sra. Elsie, ya era de noche, pero no podía irme con las manos vacías.
—Perdiste la cabeza, justo lo que te dije que no hicieras —me reprochó.
—No puedo quedarme de brazos cruzados y lo sabes, Ronan. Siento que hay algo más —me acerqué a su oído—. ¿Por qué cerraron su caso?
—Ya sabes que sin pruebas ni testigos ni nada, no hay caso, Mari.
—Tremenda estupidez.
—Encontré lo que me pidió, señorita. Lo reclutaron para el puesto de asistente —me acerqué al técnico sin pensarlo—. Pero lo más curioso y extraño es que la empresa no está registrada.
—¿Dónde está ubicada esa empresa?
—Le enviaré la localización de inmediato.
—De acuerdo. Gracias —sonreí emocionada, girando mi cuerpo hacia la Sra. Elsie—. Mañana mismo iré.
—¿Qué? No puedes ir sola, Mariana —Ronan me interrumpió—. Puede ser peligroso, además de que debes contar con una orden.
—Entonces ven conmigo. Eres policía, ¿no? —me miró como queriendo decirme muchas cosas—. ¿Por favor? —hice un puchero, juntando mis manos a modo de súplica.
—Está bien —suspiró—. Cuando haces esa carita no puedo negarme a nada.
Sus palabras calentaron mis mejillas y aceleraron los latidos de mi corazón. No sé por qué tengo el loco pensamiento de que mañana pueden pasar cosas interesantes entre los dos.
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Dulce Prohibido[✓]
FantasyLuego de que el único asistente que ha tenido por más de dos siglos renunciara, este mismo se ve obligado a buscar uno nuevo para sustituir su lugar por un tiempo indeterminado, pero nadie contaba con que un simple humano se postulara a la oferta de...