Wyatt
Todo el esfuerzo que hicimos para llegar hasta aquí fue en vano. Después de tanto esperar, puedo sentirla más cerca de mí, pero ¿de qué me sirve, si no puedo llegar a ella como tanto lo deseo?
La desesperación de soltarme del agarre de este vampiro me llevó a tirarle patadas a diestra y siniestra sin éxito alguno. Sus uñas se incrustan cada vez más hondo en mi piel y más rabia siento correr por mi ser. Este infeliz no puede salirse con la suya, así de fácil, como si nuestro esfuerzo no sirviera de nada.
Ver al Sr. Angus inconsciente me causa mucha rabia y tristeza. Son muchos sentimientos encontrados, más es inútil luchar, si no cuento con la misma experiencia de ellos. Aunque aprendí todo este tiempo a manejar mis habilidades, aun no logro dominarlas por completo.
—¿Creíste que venir aquí sería fácil? Angus me subestimó.
—Es a mí a quien quiere. Déjelos ir a ellos.
—En un principio solo te quería a ti, pero luego tuve mejores ideas. Además, es hora de un cambio —sonrió torcido— Me ahorraron el trabajo de ir hasta el castillo a buscarlos. Hubiera querido tener esa impura en lugar de Angus, pero ya te darás cuenta de cómo funciona la muerte incluso en la unión eterna.
Apreté los puños a un costado de mi cuerpo, deseando molerlo a golpes, pero por más que lo intente, no puedo hacer nada. El Sr. Angus es su hija y Blake su nieta, ¿qué tipo de basura es? ¿Por qué hacerles daño a su propia familia?
—Llévalo junto a Blake —le indicó al vampiro que sujetaba al Sr. Angus y este asintió, desapareciendo de mi vista en un instante—. Espero que hayas disfrutado de esta vida. No voy a decirte que tienes oportunidad de despedirte de Blake, porque no es así. Un humano jamás entrará en mis aposentos.
Alzó su espada y la puso en el centro de mi pecho, esbozando una sonrisa mientras sus ojos se tornaban rojos.
Baco se había mantenido oculto y quieto, recobrando fuerzas y energías para cuando fuera su turno de atacar.
Baco se enrolló en el cuerpo del vampiro, inmovilizando todo su cuerpo y lo fue aprisionando con fuerza hasta que sentí que su agarre en mi cuello se aflojó y la espada cayó al suelo, por lo que aproveché ese instante para golpearlo y soltarme por completo.
Reis se unió a Baco, pero ella se envolvió en su cuello, cerrando su cuerpo en el. Se veía furiosa y no era para menos, si su complemento se encontraba inconsciente.
—¡Toma la espada! —me indicó Baco.
Levanté la espada del suelo justo cuando más vampiros nos rodearon para ayudar a su amo, pero se quedaron inmóviles y a distancia sin quitarme la mirada de encima. Estaban atentos a mi siguiente movimiento. ¿Acaso temen a esta espada?
—Llévame con Blake —le ordené a uno de ellos y se envaró—. No lo voy a repetir una vez más. Llévame con ella —lo amenacé con la espada y me gruñó como respuesta.
Una gran cantidad de vampiros se hicieron alrededor de nosotros como un segundo anillo, impidiendo el paso. Pensé que esos vampiros estaban en mi contra y que en cualquier momento todos nos atacarían a los tres, pero Ambrose cayó a mi lado con Blake en sus brazos, luciendo irreconocible y aterrador. Estaban cubiertos de una espesa mancha oscura.
Me acerqué a ella sin pensarlo dos veces y la apreté contra mí. Sus ojos parecían no tener vida alguna, no me miraban y tampoco reaccionaban a mí. Se veía tan delgada y más fría de lo habitual. Mi pecho dolía como nunca y las lágrimas no dieron espera para salir despavoridas de mis ojos.
—Mi amor, ya estoy aquí —puse su mejilla contra mi pecho y la abracé con fuerza—. Despierta, por favor.
Ambrose me arrebató la espada y se acercó al rey.
—Ve con padre, Reis —le ordenó y ella se desvaneció—. Ayuda a Wyatt.
Baco dejó ir el cuerpo del vampiro y se enrolló alrededor de mí y de Blake, como si se tratara de un escudo protector, pero dejando su cabeza a la altura del cuello de su complemento. Se veía triste y enojado.
—He escuchado tanto de ti, que tenía gran curiosidad de conocerte. Los rumores resultaron ciertos, eres igual que yo. Tienes tanto potencial, sería una lástima si no lo aprovechamos. ¿Por qué no te unes a mí? Tú serás el próximo rey.
Ambrose se mantuvo estoico y con el ceño fruncido. Su furia era palpable e incrementó con esas palabras que dijo su abuelo.
—No me interesa ser el rey —respondió, palpando con la yema de sus dedos el filo de la espada—. Y tampoco me interesa ser parte de nadie, mucho menos de un hijo de puta que es capaz de matar a su propia sangre. Quizás sí nos parecemos, y es que yo tampoco perdono al que es un traidor.
Apreté más fuerte a Blake contra mi pecho cuando la batalla se desató a nuestro alrededor.
—Tenemos que irnos —le dije a Baco, pero se negó a soltar a Blake.
La sujeté firmemente y traté de salir del medio de la guerra, pero estaba siendo imposible. Demetrius nos protegía como otros vampiros, pero eran demasiados y no podía salir para poder alimentar a Blake.
Hundí el rostro en su cuello y sentí la inmensa necesidad de morderla y llenarme de ella, pero no podía hacerlo ya que estaba muy débil. Su corazón latía cada vez más lento.
Me puse de rodillas e hice un corte en lateral en mi muñeca. En cuanto la sangre brotó de mí, la puse en su boca, pero esta cantidad de sangre no es suficiente para que recobre todas sus fuerzas. Debo salir cuanto antes de este lugar.
—Necesita alimentarse más —Baco puso la cabeza en el vientre de Blake—. Está embarazada, Wyatt.
Mi corazón se detuvo por un segundo y lo miré confundido.
—¿Qué estás diciendo?
—Hay dos latidos más aparte del de Blake —se frotó con suavidad, mientras mi corazón estallaba en mi pecho y cientos de emociones me gobernaban.
—Los sacaré de aquí cuanto antes, mis amores —dejé un corto beso en sus labios y la afirmé en mis brazos—. No voy a permitir que nadie les haga más daño. Resiste un poco más, mi preciosa vampiresa.
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Dulce Prohibido[✓]
FantasyLuego de que el único asistente que ha tenido por más de dos siglos renunciara, este mismo se ve obligado a buscar uno nuevo para sustituir su lugar por un tiempo indeterminado, pero nadie contaba con que un simple humano se postulara a la oferta de...