—¿En dónde se quedaron las agallas que me mostraste hace un momento? —sentí que me levantaban del piso de un solo tirón—. ¿Este será mi reemplazo? Que decepción. De ser así, todos aquí vamos a caer con suma facilidad. Un líder de verdad no tiene tiempo de lamentarse ni mucho menos de llorar por las pruebas que se nos atraviesen en el camino. Un verdadero líder, capaz de guiar a los suyos, en lugar de echarse a la pena, maquina la forma de salvar a su amada y a todo su clan de la desgracia. Llorando, pataleando y quejándome no he me ganado el título del mejor soberano entre todos los reyes que han existido. Que lamentables y débiles son los humanos.
Limpié mis lagrimas con el dorso de mi mano y bajé la cabeza, sintiéndome mal. Antes de adoptar otra especie, fui humano y uno muy sensible. Pero el suegro tiene razón, no puedo quedarme de brazos cruzados, llorando y muriendo porque Blake me necesita tanto como yo ella. Debo luchar por llegar a ella y salvarla, porque siento aquí dentro de mi pecho lo mucho que me necesita y sufre.
—Los tres reinos quedan relativamente cerca y están divididos por caminos montañosos, llenos de vegetación y un amplio mar que es capaz de tragarse a una bestia —desplegó un enorme mapa frente a mí y señaló tres castillos en este—. Nosotros estamos en el medio de los otros dos reinos, por lo que tendremos que formar dos grupos que se desplacen en sentido contrario. Uno irá por el mar furioso y el otro se adentrará a un lugar plagado de vegetación. Dudo que los lideres la vayan a encerrar en sus propios castillos, eso sería muy estúpido y poco inteligente —señaló varios puntos en el mapa a gran velocidad, dejándome más perdido de lo que me encontraba—. Existen centenares de calabozos a lo largo de los tres reinos, por lo que debemos descartar uno a uno hasta encontrarla. Será una tarea muy difícil que requiere de bastante energía y conllevará tiempo, pero no vamos a descansar hasta dar con mi hija, ¿verdad? —me miró, enarcando una ceja y ladeando la cabeza—. ¿Crees que pueda viajar a largo alcance?
Pensé que me hablaba a mí, pero fue Baco el que respondió.
—Por supuesto. Blake lo ha estado entrenando en todos los aspectos. La velocidad la puede mejorar con tu ayuda y la de Ambrose, ya que son los vampiros más veloces del clan.
—Te doy la razón —hizo círculos por el mapa—. Estos son los calabozos que están escondidos y se usan para casos especiales como el de Blake. Cabe la posibilidad de que la lleven allí, pero no descarto al más simple. La mayoría de estos calabozos quedan en cuevas, por lo que se debe descender varios metros. ¡Demetrius! —gritó y el vampiro apareció al instante, como si con un chasquido de dedos lo hubiera hecho aparecer.
—Sí, señor.
—Reúne a los vampiros más veloces, ya sabes, con total discreción.
—Comprendo. ¿Algo más, mi señor? —se acomodó las gafas, dándole una breve ojeada al mapa—. Con mi señora encontramos otra cueva y queda en lo más remoto de esta isla —señaló un punto verde a lo lejos de los otros círculos y el padre de Blake sonrió—. Ya sabe cómo es de curiosa mi señora y en esa cueva encontramos rastros de cadenas y animales disecados.
«Ese "mi señora" no me gusta ni un poco como suena en la boca de otro». Con el hecho de pensar que estuvo a solas con otro, la ira me domina.
—No te refieras a mi mujer como tu señora. Para ti es la Sra. Blake —ambos me miraron, pero solo fue el padre de mi vampiresa preciosa el que soltó tremenda carcajada.
—Humano a fin de cuentas —carraspeó—. Tendremos en cuenta esa isla. Informa de todo a Ambrose, aunque sabiendo como es, ya debe estar al tanto incluso de lo que todavía no hablamos. Reúne a los más que puedas.
—Sí, señor —me miró un segundo y se inclinó hacia mí—. De ahora en adelante le diré Sra. Blake a mi señora, mi señor.
El padre de Blake volvió a reír y bufé, viendo cómo el vampiro salía de la oficina a paso rápido. ¿Ese quién es? Ahora que lo recuerdo, desde el primer día que llegué, se ha dirigido a mi vampiresa como "mi señora".
—Los celos es el enemigo, pero no deberías preocuparte por Demetrius. Él ha sido el asistente de Blake desde hace más de dos siglos. Es su mano derecha, el que pondría en riesgo su vida si se encontrara en peligro. Y ahora que sabe que eres su pareja, también te debe lealtad a ti, así como yo te protejo —Baco me tranquilizó, descansando su cabeza en mi cuello y frotándola con suavidad.
—¿Por qué no vas con ella?
—No puedo percibirla —Baco se veía muy afectado e inquieto—. Si no siento su olor, no puedo llegar a donde se encuentre. Es como si nuestro lazo ya no existiera.
—Es por el veneno del guardia de Pussett —explicó el líder—. Usan ese tipo de vampiro para que nadie de nosotros pueda seguir su rastro.
—¿Cuándo vamos a ir a buscarla? —le pregunté.
—En cuánto tengamos los dos grupos reunidos, partiremos.
—¿Y eso cuánto puede tardar? ¿Horas? ¿Minutos? ¿Un día?
—Incluso semanas. Todo tiene una estrategia a seguir, humano. Además, debemos pulir tu velocidad y eso se logra practicando —se recogió su largo cabellera en una coleta a lo alto—. No podemos perder tiempo, así que iremos directamente a entrenar. Te necesito fuerte, rápido y audaz. En cuanto entremos al territorio de los otros lideres, una guerra se puede desatar.
—¿Eso qué quiere decir?
—Estoy yendo en contra de las reglas para salvar a mi hija, pero lo haría una y otra vez con tal de tenerla a ella de vuelta en casa. No soy tan desalmado como otros piensan que lo soy. Mis hijos y mi esposa son lo más importante para mí, por encima incluso del clan y de este título de líder.
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Dulce Prohibido[✓]
FantasyLuego de que el único asistente que ha tenido por más de dos siglos renunciara, este mismo se ve obligado a buscar uno nuevo para sustituir su lugar por un tiempo indeterminado, pero nadie contaba con que un simple humano se postulara a la oferta de...