Proposición

731 130 6
                                    

Pensé que ser vampiro sería pan comido, pero ha sido muy difícil acostumbrarme a un ritmo de vida muy diferente a la que llevaba. Si bien no siento sueño, cansancio o malestares en el cuerpo, el hambre y la sed es algo muy insoportable. Mi parte humana siente asco cada vez que tengo que beber de la sangre directamente de un animal o la de un humano que es donada, pero esa necesidad y ansiedad con la que vivo cada segundo del día, me lleva a beberla como si se tratara de agua endulzada.

Antes la sangre me sabía asqueroso. Era un sabor metálico y muy desagradable para el paladar, pero ahora me sabe muy dulce, aparte de que refresca mi garganta y me llena de vida y energía. Es una necesidad que me sigue chocando y no puedo controlar el hambre.

Blake ha estado entrenando mis habilidades, pero no puedo concentrarme en sus palabras ni en sus órdenes mientras me mire tan intensamente y me maraville con ella. Es difícil contenerme cuando de esa vampiresa preciosa se trata. Quisiera tenerla cada instante del día y de la noche entre mis brazos, probando sus dulces labios y recibiendo esas caricias que tanto me hacen bien para el corazón.

Verla correr por el bosque bajo la luz de la luna mientras caza es lo mejor que he podido apreciar en mi vida. Su velocidad es sorprendente y puedo ver claramente cada uno de sus movimientos a la perfección, algo que no podía hacer cuando era humano.

Blake alcanzó al pequeño conejo que corría por salvar su vida y clavó sus colmillos justamente en su cuello, asegurándolo y quitándole la vida al instante. Ella no se alcanza a imaginar lo mucho que me prende que haga eso. Se ve tan sexi. Quisiera llevarla a casa y hacerla mía. Desde nuestra unión no hago otra cosa que pensar en ella, en sus adentros, lo bien que me hace cuando la siento vibrar y perder el control. Los deseos por ella han ido en aumento con el pasar de los días. Estar cerca de ella y no poder besar sus labios se convierte en un calvario.

«¿Qué rayos fue lo que me hizo? ¿Con qué carajos me drogó esa vampiresa preciosa?»

Aunque me ha contado todo acerca de las parejas de los vampiros, la marca, la unión eterna y ese amor inagotable, todavía se me hace extraño que ellos amen de esta manera. Un humano puede tener un sinfín de amores, todos diferentes y todavía existe el hombre o la mujer que muere completamente en soledad y sin encontrar a quien amar realmente. Los humanos somos pasajeros, ¿se debe a eso, puesto que los vampiros viven eternamente?

«¿Por qué somos tan diferentes, aunque físicamente nos parezcamos?». Todavía tengo muchas preguntas referentes a mi nueva especie y Blake se ha encargado de responderlas una a una, más me sigue pareciendo todo muy extraño y nuevo. Soy como un niño que apenas está descubriendo este mundo tan fantástico y del cual no ya no quiero irme.

—Es tu turno, delicia —tiró el conejo a lo lejos y la abracé, descansando la cabeza por su hombro—. Wyatt.

—No quiero esa sangre tan insípida y asquerosa. Sabe muy mal —olí su cuello y mordí mis labios—. Quiero algo más dulce y delicioso, como tú, por ejemplo.

—Por esta razón es que no puedes controlar tus habilidades. Te distraes con suma facilidad.

—Es tu culpa, vampiresa.

—¿Mi culpa? —se cruzó de brazos, más no se alejó de mí.

—Sí, siempre estás provocándome —acorralé su cuerpo contra un árbol y me mostró una sonrisa bastante maliciosa—. Verte cazar me pone caliente. ¿Vas a hacerte cargo de lo que provocas en mí?

—Que honesto y desvergonzado te has vuelto, ¿eh?

—Todo es por tu culpa —le remarqué una vez más, hundiendo mi rostro en su cuello y deleitándome con su dulce aroma—. Eres exquisita y no puedo sacarte de mi cabeza en ningún momento. Tengo muchas ganas de ti.

—Wyatt —gimoteó al sentir mi lengua deslizarse por su piel—. Estamos cazando...

—Acabo de cazar una vampiresa —abrí sus piernas con mi rodilla y me presioné contra ella—. Y pienso comerte completa justo aquí.

Enredé mi mano en su pelo y me adueñé de sus labios, perdiéndome en el mar de sensaciones que el roce de su boca provoca en mí. Mi hambre por ella es insaciable. Quiero amarla hasta el fin del mundo.

Descendí mi otra mano por su cuerpo y la adentré por su pantalón, tocando ese punto tan sensible y húmedo. Su calor me envuelve, incluso sin tocarla puedo percibir lo caliente que está. Deslicé mis dedos por sus pliegues y soltó un fino gemido, despertando aún más mis deseos de hacerla mía.

Sus caderas se movieron a la par de mis dedos sin dejar ir mis labios. Desde que nos complementamos, no hay día que no nos amemos. Saberla mía es lo mejor que puedo sentir.

Saqué los dedos de sus adentros y la giré, sometiendo su cuerpo contra el árbol. Bajé su pantalón sin mediar palabras e hice lo mismo con el mío, guiando mi pene palpitante y duro a su sexo y curvó la espalda, liberando olas de calor exquisitas que me invitaban a hundirme en ella de un solo golpe.

Me adentré en ella con prisa y profundo, llegando a su punto más débil y sensitivo. Arremetí con fuerza, guiando su cadera hacia mí y enterrando mis uñas en su piel. Sus gemidos son música para mis oídos, escucharla decir mi nombre mientras la lleno de mí es algo que no tiene nombre.

Se dobló más hacia adelante y capturé sus manos entre las mías, llevando su cuerpo hacia atrás sin dejar de taladrar sus adentros. Aquí dentro se siente muy bien. Su manera de apresarme, de contraerse a mi alrededor y humedecerme me tiene descontrolado. No puedo dejar de explorar en círculos sus adentros, sintiendo que me derrito con su exceso de humedad y de calor.

En un principio quise irme de aquí y no volver a saber nada de este mundo, pero ahora ya no puedo alejarme de ella y de todo lo que me hace sentir. No puedo escapar de ese sentimiento que corre por mis venas y se centra en el centro de mi pecho. Estoy muy enamorado de Blake, tanto que no me importa incluso lo que suceda conmigo. Sinceramente, lo único que extraño de mi vida humana es a mi hermosa madre, porque el resto me daba muy igual.

—¿Estarías dispuesta a casarte conmigo? — pregunté, acercando mis labios a su oreja y presionando su cuerpo contra el mío—. Lograste capturarme por completo. Ya no puedo vivir sin ti, mi diosa.

—¿Me estás hablando en serio? —vibró en mis brazos.

—Jamás he hablado tan en serio en mi vida.   No puedo entenderlo, pero mi corazón late muy a prisa por el tuyo, mi mente solo tiene tiempo y espacio para ti y nadie más. Me tienes en tus manos —giré su rostro hacia mí y besé sus labios—. Cásate conmigo, mi vampiresa preciosa. No me importa que sea muy prematuro. Lo único que me importa eres tú. ¿No ves lo enamorado que estoy de ti?

—Acepto ser tu esposa —su voz se quebró, pero la felicidad que sentía en su pecho se unió con la mía, acelerando aún más los latidos de mi corazón—. Amarte y que me ames es mi único sueño.

Sellando mi proposición con un beso húmedo, tierno y lento, me seguí adentrando en sus profundidades hasta que el corazón dejó de bombearme. No sé lo que estoy haciendo y tampoco estoy pensando en todo lo que se nos viene encima, pero estar lejos de mi primer y único amor no es una opción que pueda contemplar.

Dulce Prohibido[✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora