S2: Complicado

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Ambrose

Así que, ¿luego de todo lo que ha pasado entre los dos, todavía tiene tiempo para pensar en ese insignificante humano? ¿Qué más debo hacer para que solo me vea y piense en mí? Blake la tuvo muy fácil con Wyatt. ¿Por qué esta pequeña y dulce rosa es tan difícil y complicada? ¿Acaso le cuesta comprender que ella está hecha para mí y yo para ella?

—¿Me estás escuchando, Ambrose?

—¿Hum? —miré a mi padre y suspiró—. ¿Decías? 

—Esa humana te tiene muy distraído, hijo. Sé que ella es tu pareja, pero aquí te necesitamos concentrado. No olvides que Blake te necesita y nosotros dependemos de ti y tus habilidades. 

—No lo olvido, padre. Permití que se la llevaran y me arrepiento de no haber intervenido cuando podía, pero eso no quiere decir que vaya a permitir que le hagan algún tipo de daño. No voy a dejar que la historia del abuelo se repita.

No soportaría ver a uno de los míos sufrir una vez más. Cuando el abuelo murió, mamá se deprimió y se ausentó bastante de la realidad. No quiero ni pensar siquiera que mi hermana puede tener su mismo final. Estar lejos de la persona que amas no es una condena digna.

Qué rápido puede cambiar el parecer, ¿no? Antes de la presencia de mi pequeña y dulce rosa, me parecía ridículo y denigrante que mi hermana se hubiera fijado en un humano. Al igual como muchos en este mundo, los humanos no eran nada más que una fuente de energía y fuerza para mí. Pero ahora con su presencia todo es diferente.

Juzgaba a Blake cada que perdía el control de sí misma cuando estaba cerca de su patético humano, mas cuando estuve en su lugar, pude entender lo difícil que es resistirse y luchar con ese lazo que nos une en eternidad con nuestra pareja.

No hay segundo del día y de la noche que desee estar cerca de ella, embriangando mis sentidos de su dulce aroma, sino también bebiendo de su ser hasta quedar completamente satisfecho. Y, siendo sincero, nunca tendré suficiente del dulce néctar de su sangre. Su mirada me cautivó y su cuerpo me tentó a más no poder. Su sabor sigue estando en mi paladar, torturándome y haciéndome desearla con más fuerza.

Ella es tan linda aunque se haga la difícil y sea tan testaruda. Su cuerpo es perfecto, encaja demasiado bien en mis manos. Su piel es tan suave y huele deliciosa. Es pequeña, pero tiene unas proporciones únicas, que la hacen destacar por encima de cualquiera. Su panza es tan gelatinosa, blanda y suave. Quisiera poder fundirme una vez más en sus adentros y derretirme con su calor y dulzura.

Deseo ser uno solo con esa pequeña rosa y que solo me vea a mí. Me entristece y me enfurece cada que piensa en otro y se atreve a llamarlo el único amor de su vida. Ni muerto ese insignificante humano deja de ser una molestia.

—¿Quieres dejar de pensar en esa humana y concentrarte en lo que te estoy diciendo? —gruñó mi padre, dejando un fuerte golpe en la mesa—. ¿Qué diantres tienen esos malditos humanos?

—No lo entenderás nunca, suegrito —Wyatt apareció de entre las sombras y quise reír por esa fulminante mirada que mi padre le lanzó—. Somos sabrosura pura, algo de lo que ustedes carecen. Claro, a excepción de mi vampiresa preciosa. Ella es una ricura.

—Te mataría yo mismo de no ser la pareja de mi pequeña —murmuró entre dientes y oí la risa de Wyatt.

Lo miré por unos instantes y fruncí el ceño. No es la gran cosa, eso sin contar que es miedoso y cobarde, aun así, ha demostrado ser fuerte y contar con muchas habilidades. Desde que se llevaron a Blake ha cambiado mucho. Tiene una buena recepción y sigue al pie de la letra todo lo que mi padre y yo le enseñamos. Dejó la cobardía y el miedo de lado para enfrentarse por sí solo a un mundo diferente al que conocía.

Wyatt será un buen líder, lo que me tranquiliza en demasía.

¿Mi pequeña rosa algún día se unirá así conmigo? Ese sueño lo veo un poco más cerca, pero hasta que ella no me acepte, tendré que contenerme para no hacerla mía como tanto lo deseo.

—¿Para qué soy bueno, suegrito? Ya te dije que si no es para decirme que partiremos en búsqueda de mi vampiresa preciosa, no me hagas perder mi preciado tiempo.

—Justamente te llamé para eso, simple humano —aunque mi padre lo trate despectivamente, él hace mucho que lo aceptó—. En tres días partiremos.

—¿En serio? —una sonrisa se plasmó en sus labios.

—Sí. Ha sido suficiente. Mi pequeña no tiene que ser sometida a ningún castigo, porque ella no ha hecho nada malo. Quizás se haya fijado en un patético humano, pero ante lo que el destino nos tiene deparado, no podemos hacer absolutamente nada.

—Seguiré entrenando lo que reste de estos días, aún tengo mucho que aprender.

—Concuerdo contigo. Mi pequeña merece un vampiro que esté a su altura y sea capaz de defenderla de todo, no a un débil humano.

Mientras ellos discutían entre sí, no podía dejar de pensar en mí pequeña rosa. Una opresión se estableció en mi pecho con solo saber que debo alejarme de ella. No quisiera irme, mucho menos sabiendo que la voy a necesitar cada instante para poder mantener la fuerza, pero Blake me necesita más que nadie en este momento. No puedo dejar a mi familia sola. Por más de que ahora tenga a Wyatt, mi deber es proteger a cada miembro de mi clan.

¿Cómo voy a ganarme su aceptación en un par de días? Entender a esa humana que tanto me enloquece y ansio tener entre mis brazos es más complicado de lo que creí.

Dulce Prohibido[✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora