Cien años

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El silencio reinó por eternos minutos mientras la desesperación, la impotencia y la incertidumbre se apoderaban cada segundo más de mí. No entiendo cómo este ser de otro mundo puede estar tan tranquilo luego de que se la llevaran. ¿Realmente su hija no le importa ni un poco? Tan solo de pensar que le vayan a hacer daño, mi corazón se quiebra en cientos de pedazos. Tengo que llegar a ella antes de que se atrevan a ponerle un solo dedo encima, pero este imbécil solo me está haciendo perder el tiempo.

—No quiero presionarlo, pero mi mujer espera por mí —corté con el silencio que se había formado entre todos los presentes y su oscura mirada se posó en mí—. ¿Qué es lo que tiene que decirme? De una vez le digo que, si no tiene que ver con la forma en que vamos a traer de vuelta a Blake, no me interesa escucharlo. Me está haciendo perder el tiempo.

No sé de dónde cojones me salió aquella gallardía, pero me sentía entre la espada y la pared, cual punta envenenada se enterraba de una manera muy lenta en mi pecho. No logro ni explicarme a mí mismo por qué siento tanta ansiedad y desesperación por llegar con mi vampiresa preciosa y protegerla de todo entre mis brazos. No logro entender este vacío que siento por dentro de mi pecho. Arrebataron de mis brazos al amor de mi vida y lo más frustrante de todo es que no pude hacer nada para evitarlo.

—Déjanos solos, Demetrius.

—Sí, señor —bajó la cabeza antes de abandonar la oficina a gran velocidad.

—Entonces, ¿qué va a decirme? ¿O solo piensa quedarse ahí mirándome?

—¿No sabes a quién te estás dirigiendo?

—No, y tampoco es como que me interese saberlo —mi respuesta lo hizo endurecer el gesto—. Va a hacer algo por su hija, ¿sí o no? Porque si la respuesta al final es no, es mejor que ahorre saliva y tiempo.

Su incomparable velocidad me tomó por sorpresa, más cuando cerró su mano en mi cuello sin llegar a ejercer tanta presión y me levantó en el aire como si me tratara de un objeto super liviano. Sus ojos negros se veían muy aterradores, aun así, no me dejé amedrentar por su gran poder.

—Será mejor que controles tu lengua, insignificante humano, o me veré en la penosa obligación de despedazarla con mis propias uñas —se veía muy molesto—. ¿Qué se puede esperar de un simple humano como tú? Te recuerdo que no estamos en tu mundo, sino en el mío y aquí hay reglas que deben seguirse al pie de la letra. Desafortunadamente, tuviste que aparecer para que mi hija las rompiera todas —ladeó la cabeza, desviando su mirada por detrás de mí y fue cuando sentí que mi espalda se abría, causándome gran dolor, picazón y molestia en la piel—. Te habías tardado en aparecer.

—Soy fiel y mi deber es protegerlo —Baco asomó la cabeza y siseó—. Suéltalo, Angus.

Poniendo cara de pocos amigos ante el mandato de la víbora, me soltó, pero eso era lo de menos. Esa sensación de que algo bullía por dentro de mi piel me resultó desagradable y muy dolorosa. Sentía que mi espina dorsal se movía, pero no era más que Baco saliendo de mí. ¿Cómo es posible que eso suceda? Este mundo de los vampiros es de locos.

El suegro se fue a su poltrona y se hundió en ella, apoyando su codo sobre el reposabrazos y la quijada en la palma de su mano. Su enojo disminuyó un poco, pero todavía era notorio ese gran poder que su sola mirada produce.

—La primera regla prohíbe todo contacto humano, la segunda se basa en no salir de nuestro territorio y consumir sangre humana. Si esto sucede, el rebelde se someterá al severo castigo que los tres reinos le otorguen. Unos se destierran, mientras otros viven en un verdadero infierno por unos cuantos años. Blake, al ser mi hija y la siguiente líder de este clan, recibirá el mayor de los castigos.

—¿En qué se basa ese castigo? —pregunté.

—No lo sé. Los otros dos reyes me dejaron por fuera al tratarse de mi hija —bajó la mirada al piso—. Lo único que sé, es que mi hija estará lejos de su hogar por un siglo entero.

—¡¿Cómo?! —sentí que me enterraban una daga en el corazón—. Eso es mucho tiempo. No voy a estar lejos de ella por cien años. Blake no se acercó a mí por rebeldía o porque no supiera dominar su instinto más primitivo. El destino nos unió, quiso que al fin pudiéramos estar juntos y vivir nuestro amor. ¿Qué hay de malo en que sea humano? Aquí todos somos libres de amar. ¡No entiendo sus ridículas reglas!

—No entenderías nuestro mundo por más que te lo explique. Mis hijos pertenecen a la realeza, además, ellos no serían tan estúpidos de caer tan fácilmente en la asquerosa sangre humana sin una razón. Yo mismo me encargué de entrenarlos y desde muy jóvenes consiguieron controlar su instinto animal. ¿Cómo no me di cuenta de que se trataba del destino haciendo de las suyas?

—¿Eso quiere decir que no podemos hacer nada para salvarla? —mi pecho de nuevo hormigueaba de dolor, el aire me faltaba y las lágrimas se encontraban al borde de mis ojos—. Dígame qué debo hacer para salvarla. Hago lo que me pida con tal de traerla de vuelta a mis brazos. Entienda que sin ella no podría vivir.

Me miró con una seriedad y profundidad que me hacía doler cada vez más el corazón. No puedo soportar este vacío y dolor que me está recorriendo por dentro. ¿Cien años? Si ahora mismo no me hallo, no quiero imaginar lo que sería estar lejos de mi amada por tantos años.

—Blake sobrevivirá a los cien años, es inmortal y no puede morir. Pero... —hizo silencio y mi corazón se alborotó aún más, temiendo a lo siguiente que diría.

—Pero ¿qué?

—Que no podrá sobrevivir tanto tiempo lejos tuyo. Ambos se necesitan para complementarse. En el mismo instante en que se empiecen a debilitar, empezarán a morir hasta que no quede rastro de ustedes. Desaparecerán, justo como lo hará su amor.

No pude contenerme más y estallé en llanto, cayendo de rodillas al suelo y sintiendo que el hueco en mi pecho se hacía más grande. ¿Por qué la vida tiene que ser tan hija de perra con nosotros? ¿Por qué justo cuando nuestro amor se hizo un solo y teníamos muchos planes de una vida juntos? El recuerdo de su hermosa sonrisa al momento de que le pedí que fuese mi esposa me quemó como fuego en el alma. ¿Por qué tuvo que durar tan poco? ¿Realmente todo acabará siquiera sin haber comenzado?

Dulce Prohibido[✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora